La vida de David ©

...

Desconocido

—¡Jhoseph! —lo llamé.

—¿Que pasa? —preguntó acercándose a mi.

—¿No has interrogado a los padres de David porque te conocen cierto? —Indagué.

—Sí, y no puedo llamar a alguien más por que ya serían muchas personas en el plan —Comentó y yo solo asentí.

—Yo si conozco a alguien —le hice una mirada pícara.

—¿Quien es?

—No lo conoces, el vive en Puerto la Cruz, es un agente del CICPC, ya le conté todo y quiere venir a llevar el caso de David —expliqué.

—¿Desde cuando lo conoces? —Soltó, se notaba su odio en la voz.

—¡Mira! Bájale a tus celos todas las rayitas por favor —Amenacé.

—Bien —alzó sus manos en acción de paz.

—Hace cómo 2 horas me dijo que estaba saliendo para acá, así que no tardará en llegar

Tomé un cigarrillo, me puse de pie.

—Ya es tiempo de que todos sufran las consecuencias —Succione el cigarrillo y esparcí el humo—. Por culpa de todos ellos, David y yo hicimos esto, y ya no hay vuelta atrás.

—Discúlpenme pero alguien te busca —Dijo Herrera entrando a la oficina.

—La próxima toca antes de entrar —reprochó Jhoseph.

—Tu cállate —Solté—. ¡ésta es su oficina y él puede entrar cuando él le de la regalada gana!

Jhoseph bufó.

—¿Quién me busca? —pregunté.

—Este chico —respondió Herrera abriendo más la puerta para ver quién era.

—¿David? —dijo Oswald.

—Oswald —Dije con una sonrisa.

Oswald entró a la oficina y se acercó a mí.

—Mucho gusto —estrechó su mano.

—El gusto es mío —dije mientras juntaba mi mano con la suya—. Cuanto tiempo.

—Si —dijo con una sonrisa.

Miré de reojo a Jhoseph y podía ver su odio hacía Oswald, está celoso.

—Bueno Oswald —di un suspiro—. ¿Listo para interrogar?

—¡Más que listo!