—Aver niño...
—No soy un niño —Interrumpí a Santos elevando el dedo índice.
—Aver —está ves fue Honey quien habló—. ¿Se puede saber por qué consumes drogas?
—Creo que yo haría la misma pregunta —pronuncié.
—Nosotros lo hacemos por gusto —Respondió Santos.
—Yo lo hago simplemente para relajarme, no lo tengo como vicio.
—¡Ya si! —soltó Honey, Santos y yo lo miramos—. Vinimos a divertirnos, no a estar hablando sobre nosotros.
—Si, deberías disfrutar tus últimas horas aquí porque mañana temprano te vas —Dije.
...
Y con eso nos levantamos para ir de fiesta.
Caminamos por un par de calles y nos encontramos con un grupo de chicos que iban a mi misma secundaria.
Todos me miraron y soltaron unas risas, luego siguieron su camino.
Me sentí muy incómodo, era normal para mí eso, a pesar de que los ignoraba, siempre dolía.
¿Saben?
No necesitas golpear para herir a alguien.
Las palabras duelen.
—¿Qué fue todo eso? —Preguntó Honey.
—Fue por mi... —respondí, dejé salir un largo suspiro.
—¿Siempre te molestan? —preguntó Honey, pude notar un poco de lastima en su voz.
—Es normal para mí —Dije mirando al suelo.
El resto de la noche fue para mí incómoda, esas personas si que pudieron bajarme el autoestima.
No quedaba de otra que disimular que estaba pasándola bien.
Aveces debemos fingir una sonrisa solo para ahorrarnos preguntas.
[…]
Meses después.
...
Silencio.
Un silencio profundo.
—¿Se fue la luz? —Pregunté entrando a la cocina.
—Sí —contestó mi madre—. ojalá y llegué en un rato.
Pero no fue así.
Pasaron exactamente 3 sin electricidad.
—¡David despierta! —La voz de Harold me despertó, se podía ver algo agitado.
—¿Que pasa? —pregunté con voz átona.
—Ven rápido —saltó de la cama y salió de la habitación.
Podía escuchar un disturbio afuera de la casa.
Me alarme rápidamente, me puse de pie y salí descalzo.
Por suerte no era aquí en la casa era cerca, un grupo de personas habían roto las rejas de un negocio y lo estaban robando.
Interesante lo que puede llega a hacer la gente solo por pasar 3 días sin electricidad.
Podía ver a muchas personas con comida, electrodomésticos, colchones.
Así estuvo la mañana, la gente robando en distintos negocios.
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La vida de David ©
NezařaditelnéTenía tan solo 9 años cuando me di cuenta de lo que quería en realidad, aunque desde muy pequeño lo sentía, solo que para esa edad estaba muy pequeño para saber las cosas. Mi vida desde los 9 tuvo un cambio radical, muchas cosas pasaron desde que cu...