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Mariana

—¡Oye! Y ¿que paso con este chico... Armando? —pronuncié tratando de no molestarlo.

Ese imbécil lo estoy vigilando desde hace mucho y no se escapara de mis planes ─. Soltó en ese tono de voz grave que me impresiona.

—¿Que harás con el? —Pregunté mientras tomaba mi jugo.

—Le haré lo mismo que le hizo a David —Dio una pausa—. Pero está vez será mucho peor, sabes cómo soy de vengativo.

—¡Obvio! —solté—. hasta me da miedito si llego a hacer algo que ni yo misma me de cuenta y no te agrade, para luego hacerme la vida de cuadritos como lo has echo con ciertas personas.

Luego el sonido de la puerta nos hizo mirar a esa dirección.

Y hablando de "Ciertas personas" que él le ha hecho la vida de cuadritos.

Entró ella.

—¡Marvas!—. Soltó él cuando la vio.

Ella le sacó la lengua —Mi nombre es Marvin estúpido.

—Ay perdón —Él hizo un gesto exagerado de dolor—. Toma asiento.

Ella tomo asiento y se dirigió a mi —Un gusto verte Mariana.

Solo sonreí hipócritamente, ella no me agradaba después de ponerme celosa cuando ella y David estaban juntos cuando nos separamos en la secundaria, además de aver roto el corazón a mi mejor amigo.

¿Les mencioné que David y yo éramos esposos?

No literalmente, fue un término que decidimos usar ya que éramos inseparables, David era alguien muy especial para mí, pero igual tenia mi mejor amigo, su nombre Eumir.

—Que lindo es ver a las mejores amigas de David juntas en esta situación —Pronuncio él con un tono de entusiasmo mientras nos miraba a ambas.

—Se me hace raro ver a David así como está —Dijo Marvin.

—El está en buenas manos mi amor, así que no te alarmes —Soltó él rodando los ojos, dejando salir humo de sus labios, estaba fumando un cigarrillo.

—Bueno así que directo al punto —dijo ella seriamente—. ¿Que tengo que hacer?

—Tu seras mi ojos —soltó él y ella giró su cabeza en un modo de confusión—. ¿Recuerdas esa casa que quedaba al lado de la de David donde solían vivir unas viejas amigas?

Ella asintió repetitivamente y él siguió.

—Te vas a mudar ahí, tu tranquila que yo pagaré el alquiler —Soltó él expresándose con sus manos.

—¿Y que se supone que haré ahí —Preguntó ella.

—Vigilarán los padres de David —dijo finalmente él.

—¿Acabas de decir que viviré con alguien? —Preguntó ella.

El asintió —Puedes buscar a quien quieras que te acompañe, pero la que los vigilará serás tú, te daré este teléfono —le acercó un teléfono a ella—. Para que estemos comunicados.

—Esta bien, ¿Que más? —preguntó ella.

El estaba apunto de seguir pero luego la puerta de la habitación se abrió, entrando así Jhoseph.

—Hola Alejandro —saludo Marvin a Jhoseph.

Esperen un momento ¿dijo Alejandro?

—Hola Carolina —Saludó cordial—. ¿Ya hablaste con ella?

—Si ya hablé con ella, está dispuesta —respondió él guiñando el ojo.

—¿Puedo decir algo? —soltó Marvin para todos.

—Escupelo marvas.

—Se me hace muy extraño ver a David así —confesó.

—¿Como así? —soltó el dejando la diversión a un lado y ponerse serio.

—Fumando como chimenea...

—Hey señorita —él se puso de pie y caminó hacia Marvin tomándola del mentón—. ¿Como me está hablando usted?

—Oye calmate —soltó luego Jhoseph o Alejandro ya no sé, me tienen confundida, mientras ponía su mano en su pecho tratando de detenerlo.

—Es cierto —Rompí el silencio, luego él me miró Serio—. A mi también se me hace extraño ver cómo David fuma.

—Es porque no están acostumbradas mis amores —comentó él soltando el mentón de Marvin—. Y no soy David...

—Eso lo sabemos —Dije sarcásticamente rodando los ojos.

—Mi nombre es...

La vida de David ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora