𝒜𝒻𝓇𝒶𝒾𝒹 ━ 𝐖𝐢𝐳𝐚𝐫𝐝𝐢𝐧𝐠 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝

𝔇𝔦𝔢𝔠𝔦𝔰𝔦𝔢𝔱𝔢

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Dos semanas después, Adhara seguía sin recibir noticias de Sirius. Para ella eso solo podía significar que el fugitivo ya había emprendido camino hacia Inglaterra.

Esas dos semanas habían sido tortuosas para ella y por lo que había visto, para Harry Potter también. Se fijaba en él durante el desayuno, cuando todos recibían el correo por medio de búhos y lechuzas; el chico miraba a todas las aves buscando a Hedwig y mostraba decepción cuando esta no aparecía. Adhara era más sutil, pero por dentro estaba igual de preocupada que el pelinegro, tal vez incluso más.

Finalmente, luego de otra noche intranquila, la rubia tomó una decisión que probablemente lamentaría después. Se levantó temprano por la mañana y bajó a la sala común para poder escribir a gusto. Redactó una carta para la única persona que creía podría ayudar o al menos brindarle alguna especie de apoyo o consejo. Cuando terminó la releyó varias veces hasta que se convenció de que estaba bien y que si alguien más la leía, no sabrían de qué se trataba.

Querido Remus:

Espero que se encuentre bien. Le escribo porque tengo noticias que podrían interesarle sobre nuestro can favorito. El perro quiere volver a casa donde hace frío porque al parecer escuchó que un roedor anda cerca.

Me pregunto si usted podría calmarlo un poco y sugerirle que se quede donde está y que disfrute del sol, para evitarnos problemas a todos. Las cosas están tranquilas por aquí y es mejor que continúen así.

Posdata: Tenemos un nuevo profesor de DCAO pero no es ni la mitad de bueno que usted.

Los extrañamos.

Adhara Malfoy

No tenía nada más qué decirle aunque había mucho que quería contarle, pero se convenció de que lo mejor era mantener la comunicación simple y escueta. No quería preocuparlo de más, pero tampoco quería que su mensaje pasara desapercibido.

Se puso de pie y salió en dirección a la buhonera. Ya que Mist aún no había vuelto, tomó a uno de los búhos sin dueño que se mantenían en la torre y envió la carta con él mientras que el búho Real de Draco la miraba expectante. Hubiese podido usarlo, pero en el fondo prefería que fuera un ave sin dueño para que nadie sospechara nada y menos su hermano.

Volvió a su sala común y se preparó para su primera clase del día, Defensa Contra las Artes Oscuras.

Las clases Moody se habían vuelto más difíciles de lo que hubiera esperado, pero por suerte, el ex Auror no les había tomado odio ni a ella ni a Draco. Al contrario, parecía poco interesado en ellos.

Ese día, se le ocurrió llevar a cabo la maldición Imperio sobre sus alumnos, y aunque Adhara no estaba muy segura de que aquello fuera correcto, no dijo nada y acató todas la indicaciones de Moody.

Uno a uno sus compañeros fueron pasando ante Moody y ejecutaron las acciones más extrañas y vergonzosas que la rubia había presenciado en una clase. Daphne tuvo que imitar a una hiena y reírse como una, Blaise tuvo que bailar una canción tradicional irlandesa y Milicent Bulstrode tuvo que hacer piruetas que solo se lograban con arduo entrenamiento.

Cuando fue el turno de Draco, el muchacho se mostró molesto por tener que recibir la maldición al tiempo que se jactaba de que él no era un 'mente débil' como sus compañeros y que podría resistirla. Pero no pudo. En cuanto Moody le lanzó el Imperio, el chico comenzó a recitar un poema escrito por un brujo famoso, con ademanes y entonación incluidos. El poema terminaba de forma trágica, así que a Draco se le ordenó llorar desconsoladamente mientras recitaba la estrofa final, cosa que hizo.