𝔇𝔬𝔠𝔢

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Dos días antes de volver a Hogwarts, Adhara se encontraba en su habitación preparando todo para su regreso al colegio cuando Fyffi toco a su puerta y desde fuera le anuncio que el señor Malfoy quería verla. Adhara bajó de inmediato y se dirigió al despacho de su padre.

Llamó a la puerta y esperó a recibir el permiso para entrar. En cuanto entró en la habitación se quedó un segundo congelada en su lugar; Lucius y Narcisa estaban de pie en el despacho con expresiones serias en sus rostros.

-Con permiso- susurró la chica mientras cerraba la puerta tras ella-. Fyffi me dijo que querías verme, padre.

-Ambos queremos hablar contigo- asintió Lucius luego de sentarse tras su escritorio.

Adhara se detuvo en el centro de la habitación y espero a lo que fuera que tuvieran que decir. Se hizo un silencio tenso y los nervios comenzaron a carcomerla por dentro. ¿Se habrían enterado de algo? ¿Conocerían ya alguno de sus secretos? La rubia no podía pensar en otra razón por la cual la hubiesen llamado ahí para hablar.

-Supongo que debes preguntarte por qué te mandamos llamar- dijo finalmente su padre.

-Sí, padre.

-Verás, Adhara- suspiró ligeramente Narcisa-, tu padre y yo hemos estado hablando estas semanas sobre el futuro de la casa Malfoy y hemos llegado a la conclusión de que debemos comenzar a arreglar ciertas cosas.

"Me van a desheredar" pensó la rubia de inmediato.

-¿Arreglar?- los miró a ambos confundida- ¿Se refieren a los negocios de la familia y eso?

-Sí, nos referimos a los negocios familiares 'y eso'- contestó su padre con cierta molestia-. Puede parecerte algo sin importancia pero son nuestra principal fuente de ingresos y son parte de nuestro legado.

-No era mi intención menospreciarlo.

-No claro que no- su madre se adelantó-, sé que estás muy consiente de la importancia de cuidar de el patrimonio familiar. Por eso nos pareció prudente hablar contigo antes de que te fueras a Hogwarts.

-Estoy de acuerdo, madre- Adhara tomó aire-. Pero, lo que no entiendo es por qué quieren hablar conmigo ¿No debería ser Draco el interesado?

Tanto Lucius como Narcisa se tensaron ante aquello. La joven Slytherin les dirigió una mirada de alarma a ambos y sin contenerse se adelantó unos pasos hacia el escritorio de su padre.

-¿Es que hay algo de lo que quieren que me haga cargo?

-Sí, de varias cosas en realidad- su padre se puso de pie y abrió uno de los cajones del escritorio.

De él sacó una pequeña caja de terciopelo negro y la puso sobre el escritorio de ébano. Con cierto temor, Adhara vio como su padre abría la caja y sacaba de ella un objeto pequeño y reluciente. No le costó mucho trabajo a la rubia adivinar qué era, pero sí le costó disimular su asombro.

-¿Es el anillo Malfoy?- era más una confirmación que una pregunta.

-El pequeño- asintió su padre-, el que se le da a los futuros herederos hasta que la persona que es cabeza de familia muere.

Adhara conocía muy bien la tradición que muchas familias de sangre pura aún practicaban. Habían dos anillos, el anillo que portaba el jefe de familia y el más pequeño que portaba el futuro heredero, que era generalmente el primer hijo. La persona que se encargaría de velar por el legado de la familia y administrar la fortuna y los negocios importantes, además de ser el que poseería la mansión familiar. Usualmente este puesto lo adquiría el hijo varón, aún si este tenía una hermana que hubiese nacido antes que él. En las familias en las que solamente habían hijas, como la familia de Narcisa, no había una heredera principal. La fortuna se repartía en partes iguales y la mansión familiar quedaba a disposición de la hija mayor; algo que no servía de mucho porque era costumbre que las mujeres vivieran en la casa de su esposo quien generalmente era igual de adinerado que ellas.

𝒜𝒻𝓇𝒶𝒾𝒹 ━ 𝐖𝐢𝐳𝐚𝐫𝐝𝐢𝐧𝐠 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora