𝒜𝒻𝓇𝒶𝒾𝒹 ━ 𝐖𝐢𝐳𝐚𝐫𝐝𝐢𝐧𝐠 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝

𝔔𝔲𝔦𝔫𝔠𝔢

──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────

El primer día de clases, el cielo se mostraba turbulento y de un tono gris oscuro. Adhara y sus compañeros de Slytherin ya habían tenido varias clases, entre ellas Adivinación y Cuidado de Criaturas Mágicas con los de Gryffindor.

Tener clase con los leones siempre ponía a los Slytherin de mal humor y en esa ocasión, todos estaban más molestos que de costumbre, ya que a Hagrid se le había ocurrido la brillante idea de que criaran lo que él llamaba 'escregutos de cola explosiva'.

Las pequeñas criaturas resultaron ser bastante peligrosas y varios alumnos terminaron lastimados y fastidiados. Además de que Draco se encargó de lanzar más leña al fuego haciendo comentarios sarcásticos en contra de Hagrid.

Adhara, por su parte se sentía aún más irritada que sus compañeros. Los escregutos le habían lastimado la mano, Draco la había puesto de mal humor con sus quejas y Hagrid, quien aún estaba molesto con ella por liberar a Buckbeak, la había tratado de forma bastante fría. Y para empeorar las cosas, Lavender Brown y Parvati Patil no habían parado de cuchichear mientras le lanzaban miradas poco disimuladas.

La joven Malfoy estaba más que consiente de la impresión que su rostro causaría en los demás, en especial en sus compañeros de curso, pero no dejaba de incomodarle la forma en que la miraban personas como Brown y Patil. Había una mezcla de curiosidad, desagrado y lástima en sus miradas que Adhara encontraba realmente irritante. Sabía que no podía hacer nada al respecto así que solo rogó porque aquello durara por poco tiempo y que al cabo de unos meses todos se acostumbraran a ver las cicatrices en su rostro.

Luego del almuerzo, los chicos de Slytherin tenían dos horas de Herbología con los de Ravenclaw. Eso puso de mejor humor a varios ya que las serpientes se llevaban mejor con las águilas que con los leones, y Herbología siempre era una materia entretenida. A Adhara le gustaba porque podía hablar con sus amigos mientras se llenaba las manos de tierra y le lanzaba hojas secas y fertilizante a Draco, aunque ese día no se atrevía a hacer lo último ya que el chico seguía molesto con ella y no planeaba hacerlo enojar más.

Se entretuvieron las dos horas sacando el pus a los bubotuberculos, una especie de planta muy desagradable. Aunque la rubia encontró aquello bastante satisfactorio, ya que hacer explotar los bultos de las plantas era como liberar el estrés y la tensión de una manera asquerosa pero efectiva. Cuando terminaron todos estaban cansados y asqueados pero extrañamente relajados.

-Es como golpear algo por diversión- dijo Crabbe mientras subían el terreno de vuelta al castillo-, te ensucias las manos pero se siente bien.

-No podías describirlo de otra forma ¿cierto?- intervino Blaise- Para ti eso es lo divertido de la vida, golpear gente.

Crabbe no volvió a abrir la boca hasta que llegaron al vestíbulo.

Había fila para entrar al Gran Comedor así que la rubia y sus amigos se agregaron a ella. Pronto, las risas de Crabbe, Goyle y Draco pusieron en alerta a la joven Malfoy; dio media vuelta y se encontró con su hermano leyendo un ejemplar de El Profeta de hacía algunas semanas. Al parecer el periódico acababa de llegar a manos del rubio y contenía algo muy divertido, al menos para él.

-¡Oye Weasley!- gritó Draco.

Adhara aspiró hondo. Se avecinaba una pelea.

-¿Qué?- preguntó el pelirrojo con frialdad.

-¡Tu padre salió en el periódico!- anunció el rubio alzando el periódico sobre su cabeza para que todos se dieran cuenta-¡Escucha esto!

Entonces Draco comenzó a leer a voz en cuello para que todos en el vestíbulo lo escucharan mientras Weasley se ponía cada vez más furioso.