Cinco Hargreeves regresa de 1963 con sus hermanos y encuentra un presente bastante aceptable y decide "retirarse".
Pero alguien está "cazando" a los de su especie y debe proteger a los últimos que quedan; ya que el mundo se está consumiendo a sí mis...
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Cinco
-¿A dónde vas?
-Iré con Gee, no voy a dejarlo solo. -Martina se dirigió al elevador y yo fui tras ella.
-¿Vendrás con nosotros?
-¿Nosotros? -preguntó confundida. -Creí que no serias parte de esto.
-Mataron a mi hermano, esa cosa que atacó a Gerard y a Diego lo hizo. Si puedo hacer algo al respecto, lo haré.
-Me parece bien Cinco, tu ya tomaste tu decisión y yo la mia.-Tomó mi mano con fuerza y me regaló una sonrisa de labios cerrados antes de salir.
-¿Qué quieres decir? -la tomé del brazo antes que saliera del elevador.
-No iré. Voy a quedarme aquí con Gerard y enfrentar lo que sea que pase en unos minutos.
-Pero... ¡Podemos salvarnos! No, no te entiendo.
-No hay nada que entender Cinco, tomamos nuestras propias decisiones y eso está bien. Yo respeto la tuya y espero que tu también respetes la mía. -Salió al pasillo de camino a la habitación Estrella.
-¡Espera! Si tu no vas, yo tampoco lo haré.
-Cinco, no quiero que hagas algo que en verdad no deseas. No quiero que te quedes solo por mi, en serio.
-¿A caso no significó nada lo que pasó, anoche?
-Significó tanto... jamás me sentí tan viva. Es la primera vez en años que pude dormir sin soñar pesadillas, y todo... todo fue por ti.
-¿Entonces?
-Entonces, eso es todo. Ya no quiero pelear, ya no quiero seguir intentandolo, ya no quiero que me usen. Prefiero quedarme con esta agradable sensación que recorre cada parte de mi cuerpo al pensarte.
-No quiero dejarte.
Eso sonó casi como una suplica y no es algo que acostumbre hacer, pero no pude evitar decirselo. Había una ultima oportunidad y ella se estaba dando por vencida, se estaba rindiendo... me estaba abandonando.
-Pero tienes que hacerlo, tu familia te necesita y se que en el fondo siempre quisiste ser parte de esto. Te gusta desobedecer las ordenes y sobrepasar los límites. Ese eres tú y eso está bien, no tenés que sentirte mal por eso.
-¿Y tu?
-Yo soy esto... una persona que tiene miedos que no se atreve a enfrentar. Y estoy bien con eso, de verdad.
-Esta bien. Creo que voy a tener que aceptar tu decisión... Estaré en la habitación Búfalo si me necesitas.
-Espera...
Se acercó y la fuerza con la que me empujó me hizo chocar de espaldas con una pared. Rodeó mi cuello con sus brazos y me besó de manera lenta, la correspondí de inmediato sujetandola de la cintura con una mano y acariciando su rostro con la otra.
Tomé una pequeña y escurridiza lágrima que resbalaba por su mejilla y me aparté unos pocos centímetros para poder mirarla a los ojos. Le sonreí y suspiré profundo, ella bajó la mirada y dio algunos pasos hacia atrás.
-Sos lo más lindo que me pasó. Ojalá hubiera durado mas...
-Cruzaré al otro lado y haré lo que tenga que hacer para tener una segunda oportunidad contigo, lo prometo.
-Adiós...
-Adiós hermosa.
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