Capítulo 02: Diario de Amanda Wise

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24 de noviembre 1958

He tomado el carro, el conductor me ha ayudado a subir mis cosas, mis padres no se dieron cuenta ¿Tanto les gusta pelear, que no se dieron cuenta que me eh salido? ¡Mierda! Eh olvidado mi muñeca, le acabo de decir al conductor que me espere, entraré rápido a buscarla.

¡Bien! Me eh vuelto a salir de mi casa, veo que mis padres decidieron encerrarse en la habitación, me imagino que, a seguir discutiendo, ¡No importa! ¡Yo me largo! ¡Que se maten si quieren ellos! Antes de salir me fijé en el reloj y eran la 1:00 de la madrugada, no puedo dejar mi obsesión por ver el reloj, pues siempre que lo dejaba de ver, algo me tenía que pasar, ya el vehículo está avanzando, el camino es un poco rocoso, ¡espero que sepa el conductor hacia donde llevarme!

De las ganas por irme de mi casa, no logré verle el rostro completo al conductor, sólo vi que sus rasgos son de una complexión alta, un poco robusta, lleva consigo una boina o gorra negra, su forma de vestir es un poco anticuada para la época, a lo mejor así visten los de la ciudad. Nota al pie, buscar trabajo y luego comprarme ropa para pasar desapercibida en la ciudad.

¡Siento una extraña sensación! ¿Hice lo correcto? ¡Sólo volteo a ver hacia atrás y suspiro! ¿Hasta dónde he llegado para salirme de los problemas? ¡Espero que en la ciudad las cosas vayan mejor! Idearé planes en el camino para cuando llegue plasmarlos en mi diario apenas llegue...

24 de noviembre 1958

¡Me eh quedado dormida! ¡Un extraño ruido me ha despertado de un salto! Le pido la hora al conductor, me ha dicho, con su voz ronca, que son las 2:45 de la madrugada, miro a los espejos y veo una madrugada tormentosa, el camino a la ciudad es largo, escucho los truenos rezumbar en los cielos y los rayos iluminar aquel camino oscuro por donde me estoy dirigiendo, veo las señales y estoy entre el kilómetro 58, observo al conductor y lo noto un poco cansado.

¿Será oportuno que le pregunte si se encuentra bien? A lo lejos diviso una luz cegadora, el conductor parece adormecido, le eh gritado que tenga cuidado y ha reaccionado al momento, ¡Vaya estuvo cerca! ¿No sabía lo peligroso que era manejar a altas horas de la noche? ¿Acaso el conductor es nuevo? O ¿La tormenta lo ciega con aquellos rayos en el cielo?

Mientras escribo estas líneas, sostengo muy fuerte a mi muñeca de porcelana, me tranquiliza un poco al sentir el aroma de la que fue mi casa, ¿A estas alturas será buena idea pedirle al conductor que regrese? Siento una mirada encima de mi ¿Qué extraña sensación? ¿Acaso el conductor me está espiando? O ¿Sólo está viendo si me encuentro bien? ¿Será que es primera vez que una menor como yo le haya pedido a un conductor que la lleve lejos de su casa?

Mientras escribo estas líneas alumbrándome con una pequeña lampara de vela, volteo a ver sigilosamente el espejo del conductor y, efectivamente, la mirada que siento encima de mí es la de él. ¿Qué estará pensando? Ahora me pregunto ¿Será que fue buena idea salirme de mi casa a altas horas de la noche? ¿Acaso el conductor tendrá pensamientos libidinosos conmigo? No logro ver enteramente su rostro, pero si logro vislumbrar su mirada, mejor sigo escribiendo, porque el escribir me tranquiliza todos mis miedos, como mesa estoy usando aquel libro extraño, no dejo de pensar en estos extraños símbolos. ¿Qué significan? ¿Por qué la estrella tiene dieciocho picas? ¿En qué idioma están escritos aquellos extraños nombres? No me había percatado que la cantidad de nombres son la cantidad de picas que tiene la estrella.

La tormenta sigue cobrando fuerzas, tantas fuerzas que es casi imposible mirar de frente y a los costados, me estoy comenzando a sentir nerviosa, el conductor no me ha quitado la mirada de encima, y eso me pone aún más nerviosa. Le acabo de preguntar qué piensa, no me responde y ese silencio más me pone nerviosa, soy solo una niña de 15 años, ¿Qué está pensando el conductor?

De reojo puedo ver que uno de sus brazos se mueve mucho ¿Qué estará buscando? ¿Qué estará haciendo? ¿Por qué me siento nerviosa?

¡Estoy sintiendo unas arrugadas manos que me están tocando! ¡Me siento paralizada! ¡A puras fuerzas y puedo seguir escribiendo! Siento que el carro está disminuyendo la velocidad, ¿Qué está sucediendo? ¿Acaso hice algo mal? ¿Acaso el conductor me quiere hacer daño? ¡Perdóname madre! ¡Perdóname padre! ¡No quería llegar a esto! ¡Ustedes me orillaron hacerlo!

Si lees esto, probablemente ya no exista más en este plano o algo mehabrá pasado ¡Tengo miedo! ¡El conductor se ha levantado de su silla y me estáacariciándome el cabello! ¡Sigo escribiendo por que escribir me tranquiliza!Sólo veo otra luz blanca acercándose cada vez más y más, lo único que me quedaes cerrar los ojos, mientras los cierro escribo estas palabras, escucho unsonido estremecedor y el grito del conductor...

PHOBIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora