Capítulo 12: Riti

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Johan Snider siempre había sido una chica segura de sí misma y nunca había temido a nada ni a nadie, o al menos eso pensaba ella. Sin embargo, todo cambió una noche cuando ella y sus amigos decidieron explorar la casa abandonada de Amanda. Johan estaba emocionada por la idea de entrar a la casa, pero en cuanto pusieron un pie adentro, algo extraño comenzó a suceder.

El aire se volvió frío y denso, y un olor a humedad y podredumbre llenó sus fosas nasales. Johan se estremeció al darse cuenta de que la casa estaba llena de arañas, y comenzó a sentir pánico al pensar en lo que podría pasar si una de ellas la tocaba. Pero su miedo pronto se volvió mucho más intenso, cuando comenzó a notar la presencia de algo más en la casa.

De repente, las arrugas comenzaron a aparecer en las paredes, como si la casa misma estuviera envejeciendo ante sus ojos. Johan se paralizó de miedo al darse cuenta de que su mayor temor, la rhytiphobia, se estaba manifestando ante ella. Las arrugas se expandían cada vez más, y parecía que iban a devorarla.

En ese momento, Johan se dio cuenta de que algo en la casa estaba tratando de comunicarse con ella. Una voz lejana y temblorosa comenzó a resonar en su cabeza, y ella supo que era la voz de Amanda, la chica que había muerto en un accidente de coche años atrás. La voz le suplicó que huyera de la casa, que era peligrosa y estaba llena de terrores que ella no podía comprender. Pero Johan estaba demasiado paralizada por el miedo para moverse.

Johan intentó salir corriendo de la casa, pero estaba completamente perdida. Las habitaciones se habían transformado en un laberinto oscuro, lleno de sombras inquietantes. Las paredes seguían envejeciendo a un ritmo acelerado, y parecía que la casa misma estaba intentando tragársela.

Johan comenzó a temblar de miedo, y sintió un escalofrío recorrerle la espalda cuando escuchó una risa malvada que resonaba en la casa. Era una risa fría y siniestra, que parecía estar burlándose de su miedo.

Entonces, Johan escuchó unos pasos detrás de ella, como si alguien o algo la estuviera persiguiendo. Giró rápidamente, pero no vio nada. Pero sabía que algo estaba allí, observándola. Y, de repente, sintió cómo algo la agarraba por la espalda y la hacía caer al suelo.

Johan intentó liberarse, pero era inútil. La cosa que la había atrapado era demasiado fuerte. Entonces, escuchó una voz que le susurraba al oído, una voz fría y hueca que le hablaba en un idioma que no podía comprender. Era una voz que parecía haber estado esperando durante mucho tiempo para encontrar a alguien para atormentar.

La última cosa que Johan recordó antes de perder la conciencia fue una sensación de frío intenso que la envolvía por completo. Cuando despertó, estaba fuera de la casa, temblando de frío y de miedo. Pero, por alguna razón, no podía recordar cómo había salido de allí.

A partir de esa noche, Johan comenzó a tener pesadillas cada vez más intensas y perturbadoras. En ellas, se veía atrapada en la casa abandonada de Amanda, rodeada de sombras y figuras grotescas que se movían en la oscuridad. Escuchaba risas malvadas, gritos de terror y lamentos que la perseguían a cada paso.

Pero no eran solo pesadillas. En su vida diaria, Johan comenzó a notar cosas extrañas. Cosas que no podía explicar. Al principio, eran solo pequeñas cosas, como objetos que aparecían en lugares inesperados o ruidos que no tenían explicación. Pero luego, las cosas empeoraron.

Johan comenzó a sentir que alguien o algo la estaba siguiendo a todas partes. Escuchaba pasos detrás de ella, veía sombras moviéndose en la periferia de su visión y tenía la constante sensación de que algo la estaba observando. Y cada vez que se acercaba a un espejo, veía una imagen borrosa y desfigurada de sí misma, con la piel arrugada y los ojos vacíos.

Johan intentó desesperadamente escapar de la presencia que la atormentaba, pero parecía estar en todas partes a la vez. Comenzó a sentir que algo se movía en su interior, como si una fuerza oscura estuviera apoderándose de su cuerpo. Sus movimientos eran torpes y descoordinados, y su mente se nublaba con visiones horripilantes de su propia muerte.

Esa misma noche, mientras intentaba escapar, escuchó un susurro en su oído. Una voz ronca y siniestra que le decía que no había escapatoria para ella, que siempre estaría atrapada en la casa abandonada de Amanda, y que pronto se uniría a las sombras que la perseguían.

De repente, Johan sintió una presión en su cuello, como si una mano invisible la estuviera estrangulando lentamente. Trató de gritar, pero sus cuerdas vocales no respondían. Entonces, la voz ronca volvió a susurrarle al oído: "¿Todavía tienes miedo, Johan?".

En ese momento, Johan supo que estaba condenada. No había escapatoria de su destino. La fuerza oscura que la había estado acosando finalmente se había apoderado de ella. Y mientras se debatía en la oscuridad, sintió una fría risa malvada en su interior. Sabía que su alma estaba perdida para siempre, atrapada en la casa abandonada de Amanda junto a las sombras y las criaturas horripilantes que la habían acechado desde el principio.

Elaine vío a Johan tumbada en el suelo, corrió a verla, comenzaba a llamarle por su nombre pero ésta no respondía, de pronto Johan abrió los ojos, se encontraban completamente oscuros, la vista completamente dilatada, una extraña fuerza la levantó; Elaine se encontraba en pánico por lo que estaba viendo, solo se oían pasos al rededor de ellas dos y de pronto un extraño crujir del cuello de Johan, como si algo o alguien le hubiera roto el cuello y cayó desplomada en el piso de la casa.

"¡Johan! ¡No! ¡Johan! ¡Auxilio! ¡Auxilio!" gritaba Elaine aterrada y no obtuvo respuesta de los demás chicos que se encontraban igual encerrados en la casa.

Lo último que pudo visuaizar Elaine, fueron unos extraños ojos rojizos ocultos desde la densa oscuridad de la casa y un destello de lo que posiblemente eran unos dientes.

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