Capítulo 08: Pedio

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Brrr! Que frío hace! ¿En donde estoy? ¿Qué es este lugar? Oigon ruidos y un tren sonando a lo lejos ¿Qué hace un tren por esta zona? Me levanto lentamente del piso, el olor peculiar a juguetería se hace presente, me eh sacudido las rodillas ¿En donde habré caído? Voy caminando a mi al rededor. ¡ouch! ¿Qué es este...dolor? Mi pierna, Dios, mi pierna está sangrando, necesito acurrucarme en algún lado, camino arrastras mientras llego a esta inmensa estructura negra.

-¡Hola! ¿Elaine? ¿Angelo? ¿Leslie? ¿Denney?- Dios, siento la boca seca, me encuentro desorientado en el lugar ¿en donde estoy? Oigo susurrar en el viento: "Agora, Aicmo, Claustro, Hemato, Aicro, Pedio, Riti, Tafio, Xilo, Bogi, Nicto, Ligo, Eiso, Tripo, Fobo, Panto y Acro" ¡Este dolor es insoportable!

-¡HOLA! ¿DENNEY? ¿ELAINE? ¿LESLIE? ¿ANGELO? - El viendo resopla con mayor fuerza, necesito...como...re...ajusta.... mi....pierna..... Creo que me la fracturé, miro detenidamente mi pierna y con suma fuerza, corrijo mi.... ¡Oh Dios! ¡Qué sufrimiento! ¿Qué hemos echo?

Johan toma con mucho valor su pierna rota y de un sólo giro reacomoda su pierna en su lugar, solo se oía el crujir de los huesos y el grito con dolo Johan.

[PRACK], suena la pierna hasta  oir escuchar un grito desgarrador de Johan.

-¡Maldita sea! ¡Como duele! ¡Ah!  ¡Ah! ¡Que dolor! Mi pierna rota, ahora me duele aún mucho más

Johan a como pudo, se paró del sitio y comenzó a caminar de manera errática para poder avanzar, había una puerta muy extraña en aquel pasillo donde se encontraba, empujó aquella puerta y se encontraba en una oscura y polvorienta aula de preescolar.

Johan se adentró en el oscuro y polvoriento aula de preescolar, con la esperanza de encontrar alguna pista que lo ayudara a descubrir el paradero de sus amigos desaparecidos. A medida que sus ojos se ajustaban a la oscuridad, comenzó a sentir que algo no estaba bien. Escuchó murmullos infantiles que provenían de algún lugar de la habitación, aunque no pudo localizar su origen.

De repente, una risa aguda y chillona lo hizo saltar en su lugar. Johan giró rápidamente, buscando a su alrededor, pero no encontró a nadie. Unos segundos después, comenzó a sentir pequeñas manos que lo tocaban y tiraban de él desde diferentes direcciones. Giró hacia la derecha y vio un grupo de figuras borrosas de niños corriendo a través de las sombras.

Johan se estremeció de terror al darse cuenta de que los niños parecían transparentes, como si no fueran completamente reales. A medida que los niños se acercaban, Johan intentó retroceder, solo para descubrir que algo lo estaba sujetando, como si lo mantuviera atrapado en su lugar.

Las risas y los murmullos se volvieron más intensos, y la sensación de pequeñas manos agarrándolo se convirtió en una abrumadora sensación de terror. Johan comenzó a luchar por liberarse, pero fue en vano. Las figuras infantiles lo rodearon, pero aún no podía ver sus rostros.

Johan gritó y cerró los ojos con fuerza, tratando de bloquear la imagen aterradora de los niños. Pero entonces, sintió cómo algo le agarraba el brazo. Abrió los ojos y vio a un niño pequeño, cuyos ojos eran negros como la noche, sosteniéndolo con fuerza.

Johan trató de liberarse, pero el niño lo sostenía con una fuerza sobrenatural. Y entonces, el niño comenzó a hablar con una voz siniestra y amenazante. "No puedes escapar de nosotros", dijo el niño. "Estamos aquí para perseguirte y atormentarte para siempre".

Johan sintió cómo el terror se apoderaba de él, y supo que tenía que escapar de allí lo antes posible. Finalmente, logró liberarse de la presa del niño y corrió hacia la puerta. Pero cuando se giró para mirar hacia atrás, vio cómo los niños se abalanzaban sobre él, gritando y riendo de una manera espeluznante. Johan salió corriendo de la habitación, temblando de miedo.

Una vez que estuvo afuera, se dio cuenta de que su miedo a los niños era mucho más profundo de lo que había imaginado. Johan sabía que tendría que enfrentarse a su miedo si quería sobrevivir a la pesadilla que estaba viviendo.

Johan se apoyó en la pared del pasillo, tratando de recuperar el aliento y calmarse. Sabía que no podía permitirse perder la cabeza ahora. Tenía que seguir adelante y encontrar una forma de derrotar a la entidad que estaba detrás de todo esto.

Mientras respiraba profundamente, Johan recordó algo que había leído en su investigación sobre la pediofobia. Se decía que algunas personas que sufrían de este miedo irracional a los niños, tenían dificultades para relacionarse con ellos o para entender sus comportamientos.

Johan sabía que este no era su caso. Él había tenido una infancia feliz y había disfrutado de la compañía de sus primos y amigos pequeños. Pero entonces, recordó algo más. Algo que nunca había mencionado a nadie.

Cuando tenía alrededor de 8 años, se había perdido en un centro comercial mientras estaba con su madre. Había intentado buscar a su madre por todos lados, pero sin éxito. Y entonces, un grupo de niños desconocidos lo había rodeado, preguntándole qué hacía solo en el centro comercial. Johan había intentado explicarles su situación, pero los niños se habían reído de él y se habían burlado de su apariencia.

Johan había logrado escapar de ellos y encontrar a su madre, pero el incidente lo había traumatizado. No había hablado de eso con nadie, y nunca había pensado que ese momento podría estar relacionado con su miedo a los niños.

Pero ahora, mientras luchaba contra su miedo en ese oscuro pasillo de la escuela, Johan comenzó a entender. Su miedo no era a los niños en sí, sino al sentimiento de vulnerabilidad y abandono que experimentó en ese centro comercial años atrás.

Con esa nueva comprensión en mente, Johan se preparó para volver a la aula de preescolar. Sabía que no sería fácil enfrentarse a su miedo, pero ahora tenía una nueva perspectiva y un nuevo propósito.

Cuando entró de nuevo en el aula, se encontró con las mismas figuras de niños borrosas, pero esta vez no sintió pánico. Respiró profundamente y avanzó hacia ellos, diciéndoles que no tenía miedo.

A medida que se acercaba a ellos, las figuras comenzaron a disolverse y desaparecer. Johan sonrió, sabiendo que había encontrado la clave para vencer a la entidad que estaba detrás de todo esto.

De repente, se escuchó un fuerte ruido detrás de él. Johan se giró y vio cómo una puerta secreta se abría en la pared. Sabía que era hora de enfrentar al verdadero enemigo, pero estaba decidido a hacerlo sin miedo. Con un último suspiro, avanzó hacia la puerta abierta y desapareció en la oscuridad.

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