Empuñando la linterna con firmeza, Elaine y Johan continuaron su camino a través de los oscuros pasillos de la mansión, dispuestos a enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino. Sabían que su valentía y determinación eran su mejor defensa contra el terror que aún les aguardaba. El sonido de sus pasos resonaba en el silencio opresivo, creando una sensación de intranquilidad.
Mientras avanzaban, una puerta al final del pasillo atrajo su atención. Con cautela, se acercaron a ella y la abrieron lentamente. Se encontraron en una sala de estar decadente, llena de muebles polvorientos y oscuros. Sin embargo, algo en el ambiente les hizo sentir una incomodidad especial.
En medio de la habitación, Leslie Brown y Ángelo Parrish yacían en el suelo, inmóviles y con expresiones de terror congeladas en sus rostros. Un escalofrío recorrió la espalda de Elaine al ver a sus amigos en ese estado.
—¡Leslie! ¡Ángelo! —exclamó Elaine, corriendo hacia ellos junto a Johan.
Al acercarse, notaron que una extraña sustancia negra cubría sus cuerpos, como si hubiera sido derramada sobre ellos. Era como si algo hubiera despertado su mayor temor y lo hubiera materializado de alguna manera grotesca.
Un crujido resonó detrás de ellos, haciendo que se volvieran rápidamente. Una figura oscura emergió de la penumbra, avanzando con pasos lentos pero decididos. Era una criatura con el aspecto de un árbol retorcido y ennegrecido, con ramas afiladas que se extendían amenazadoramente.
Elaine sintió cómo el miedo se apoderaba de su ser. Reconoció esa abominación como Xilo, la personificación de la Xilofobia. Xilo emanaba una presencia aterradora y despiadada, como si estuviera alimentándose de la angustia de Leslie y Ángelo.
La linterna tembló en la mano de Elaine, pero ella se negó a dejarse dominar por el pánico. Recordó las palabras de sabiduría de Aron, que siempre le había dado fuerzas en momentos difíciles. Se obligó a sí misma a respirar profundamente y enfrentar su miedo cara a cara.
—Xilo, sé lo que eres, y no permitiré que sigas atormentando a mis amigos —declaró Elaine con voz firme.
La criatura se detuvo y la observó con ojos vacíos y huecos. Su presencia parecía intensificarse, envolviendo la habitación en una oscuridad opresiva. Sin embargo, Elaine no flaqueó.
Con determinación, se acercó lentamente a Leslie y Ángelo, extendiendo su mano temblorosa. Al tocarlos, una fuerza cálida y reconfortante los envolvió. Era como si el amor y la amistad que compartían irradiaran una luz capaz de contrarrestar la oscuridad de Xilo.
Las ramas de Xilo temblaron, emitiendo un sonido que se asemejaba a un gemido retorcido. La criatura retrocedió, incapaz de soportar la presencia de la valentía y el apoyo mutuo.
—No puedes ganar, Xilo. Juntos somos más fuertes que cualquier miedo que puedas crear —afirmó Elaine, enfrentando a la abominación con determinación.
Xilo se desvaneció gradualmente, desapareciendo en la oscuridad de la mansión. Elaine y Johan se quedaron en la sala de estar, agotados pero aliviados de haber superado esa prueba.
Con Leslie y Ángelo recuperándose poco a poco, el grupo se reunió nuevamente. Ahora más unidos que nunca, estaban decididos a enfrentar cualquier desafío que Phobia les presentara. Sabían que solo trabajando juntos podrían encontrar la forma de liberarse de la maldición que los perseguía y poner fin a la pesadilla que había invadido sus vidas.
Elaine, Johan, Leslie y Ángelo se adentraron en los oscuros rincones de la mansión, preparados para lo que aún les esperaba. No tenían idea de qué nuevos horrores se encontrarían en su camino, pero estaban decididos a resistir y luchar hasta el final. La valentía y la fuerza de su unión serían su mayor arma contra las fobias que los acechaban.
***
A medida que avanzaban, los pasillos parecían estirarse en interminables laberintos retorcidos. El aire estaba cargado de una opresión cada vez más densa, como si la mansión misma respirara con malicia. Sombras danzantes se contorsionaban en las paredes, y susurros ininteligibles se filtraban desde las grietas.
De repente, una puerta se abrió frente a ellos, revelando una habitación que parecía ser un antiguo estudio. El olor a polvo y humedad los envolvió mientras entraban con cautela. La habitación estaba cubierta de estanterías repletas de libros antiguos y objetos misteriosos.
En el centro de la sala, había una figura encapuchada de pie junto a un escritorio. La capucha ocultaba su rostro, pero una malévola energía se desprendía de ella. Parecía emanar una presencia sobrenatural que envolvía la habitación y helaba los huesos de los intrépidos jóvenes.
—¿Quién eres? —preguntó Johan, con la voz temblorosa pero firme.
La figura encapuchada levantó lentamente la cabeza, revelando unos ojos oscuros y penetrantes que brillaban con una malicia palpable.
—Soy conocido como Malvora, el Maestro de las Pesadillas. He estado esperando su llegada —susurró la figura con una voz lúgubre, recordando la foto que vió en el cuarto de Amanda; Malvora cargaba consigo la muñeca de Amanda Wise consumida por los años, llena de moho, telaraña y un color opacado de la pintura de dicha muñeca.
El corazón de Elaine se aceleró mientras miraba a sus amigos, consciente de que estaban atrapados en una prueba aún más terrorífica. Malvora era el desencadenante de las pesadillas más profundas y perturbadoras, capaz de manipular la mente y el alma.
La figura levantó una mano esquelética, y de repente, las estanterías comenzaron a temblar. Los libros se arremolinaron en el aire, abriéndose y revelando páginas llenas de horrores indescriptibles. Las páginas parecían cobrar vida, mostrando las peores pesadillas de cada uno de ellos.
Elaine sintió un nudo en el estómago mientras observaba cómo sus miedos más profundos se materializaban frente a sus ojos. Las visiones de Malvora exploraban sus almas y los empujaban al borde de la cordura. Sin embargo, sabía que debía resistir.
—No te dejaremos dominarnos, Malvora. Nosotros decidimos cómo enfrentamos nuestros miedos —gritó Elaine, luchando por mantener la fuerza en su voz.
A medida que cada uno de los jóvenes se enfrentaba a sus peores pesadillas, se dieron cuenta de que la verdadera batalla estaba ocurriendo dentro de sus propias mentes. Debían encontrar la fortaleza para enfrentar sus miedos y desafiar las ilusiones que Malvora les presentaba.
Elaine cerró los ojos, respiró hondo y se concentró en su determinación. Debía encontrar la forma de superar su fobia y liberarse de las garras de Malvora. Sus pensamientos se volvieron claros y enfocados, y poco a poco, comenzó a percibir una fisura en las ilusiones que la rodeaban.
Elaine abrió los ojos y se encontró en una habitación vacía. Las estanterías estaban tranquilas y los libros estaban en su lugar. La figura encapuchada de Malvora había desaparecido. ¿La prueba había sido superada?, al menos por ahora.
El grupo se reunió nuevamente, exhausto pero aliviado de haber sobrevivido a la trampa de Malvora. Sin embargo, sabían que esta pesadilla aún no había llegado a su fin. La mansión ocultaba más secretos y fobias por descubrir, y se preguntaban qué les depararía el próximo desafío a medida que se adentraban más en las profundidades de la oscuridad, sólo les restaba encontrar a Aron Denney.
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PHOBIA
Mystery / ThrillerLa desgracia de una joven chica persigue a un grupo de jóvenes estudiantes materializando sus mas grandes miedos ¿Te atreverás a enfrentarlos? Del Autor de #Crurofilia y Los Ojos de #Steve, en esta entrega original te hará sentirte como si formaras...