Capítulo 20: Fobo

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Diario de Elaine-

La habitación se sumió en un silencio cargado de expectación después de enfrentar las Intricadas Obsesiones de Fantoche Nocturno. La luz de nuestras linternas titilaba, arrojando sombras inquietantes sobre las paredes. La muñeca de Amanda permanecía en el suelo, una presencia silenciosa que parecía observar cada uno de nuestros movimientos.

Avanzamos por los pasillos con cautela, conscientes de que cada rincón de la Casa de los Wise escondía secretos y fobias aún por descubrir. La Ligo persistía, y la mansión parecía alimentarse de nuestros temores más profundos.

Entramos en una nueva sala, esta vez decorada con espejos antiguos que reflejaban destellos de luz de nuestras linternas. La atmósfera se volvía más densa a medida que nos adentrábamos en el espacio lleno de reflejos. El suelo crujió bajo nuestros pasos, y el eco resonó en la oscuridad.

De repente, los espejos comenzaron a distorsionar las imágenes que reflejaban. Las sombras se movían de manera errática, y nuestras propias figuras parecían torcerse y estirarse en formas grotescas. La sensación de estar siendo observados intensificó la tensión en el aire.

—Esto no parece real —murmuró Johan, mirando su reflejo distorsionado.

El miedo al miedo se apoderó de nosotros como una sombra invisible. Las risas nerviosas se mezclaron con suspiros inquietos mientras nos enfrentábamos a la paradoja de nuestros propios temores. Cada espejo parecía reflejar no solo nuestra apariencia física, sino también nuestras ansiedades más profundas.

La habitación se llenó de un susurro constante, como un eco de nuestras propias preocupaciones. La fobofobia se manifestaba en cada reflejo distorsionado, en cada sombra danzante que parecía susurrarnos sobre los miedos que aún no habíamos enfrentado.

—No podemos dejarnos llevar por esto —dije, con voz firme pero con un dejo de incertidumbre.

A pesar de nuestras palabras, la ansiedad palpable se apoderaba de la sala. La sensación de ser observados, juzgados por nuestros propios temores, se volvía insoportable. Los espejos parecían actuar como portales hacia un reino oscuro donde la fobia misma tomaba forma.

Nos miramos unos a otros, buscando consuelo en la familiaridad de nuestros rostros. Sin embargo, cada reflejo parecía distorsionar la realidad, recordándonos que la línea entre lo real y lo temido era borrosa en la Casa de los Wise.

***

La habitación estaba impregnada de un silencio tenso, y los espejos parecían susurrar sus propios secretos. Cada reflejo se retorcía y deformaba, como si intentara manifestar los miedos que yacían en lo más profundo de nuestras mentes.

El sonido de nuestras pisadas resonaba en la sala mientras avanzábamos, pero la sensación de que algo acechaba en la penumbra nos mantenía en alerta. Cada espejo se volvía una ventana a la ansiedad, y los reflejos distorsionados proyectaban sombras inquietantes en las paredes.

De repente, una risa tenue resonó en la habitación, pero no provenía de ninguno de nosotros. Nos miramos con expresiones de desconcierto, tratando de localizar el origen de esa risa macabra. Los espejos parecían capturar la esencia de nuestro miedo y devolverlo en formas perturbadoras.

—¿Quién está ahí? —preguntó Aron, su voz resonando en el espacio cargado.

La risa persistió, y las sombras parecían moverse de manera independiente en los reflejos. En uno de los espejos, una figura borrosa se materializó, riendo con malicia. Era como si la fobia misma hubiera tomado forma y estuviera burlándose de nuestra vulnerabilidad.

—No pueden escapar del miedo, ¿verdad? —la figura murmuró, su voz resonando en nuestros oídos.

Tratamos de alejarnos, pero los espejos parecían multiplicarse, creando un laberinto de reflejos inquietantes. La risa se intensificó, convirtiéndose en un coro de burlas que resonaba en nuestras mentes.

Cada reflejo mostraba nuestra lucha interna, los temores que nos perseguían incluso en la oscuridad de la Casa de los Wise. La fobofobia se apoderaba de nosotros, desafiándonos a enfrentar lo que más temíamos: el propio miedo.

—No pueden esconderse de ustedes mismos —la figura se burló, su presencia retorciéndose en los espejos.

A medida que intentábamos encontrar una salida de esta sala de los horrores reflejados, la risa se fundía con el sonido de nuestras propias respiraciones agitadas. Los espejos parecían estirarse hacia nosotros, como si intentaran absorbernos en un abismo de ansiedad.

***

A medida que avanzábamos entre los espejos distorsionados, la risa se desvaneció en un susurro inquietante que resonaba en la sala. Cada paso que dábamos parecía llevarnos más profundamente hacia el abismo de nuestra propia ansiedad. Las sombras danzantes se contorsionaban en los espejos, creando ilusiones que desafiaban la lógica y jugaban con nuestras percepciones.

De repente, nos encontramos frente a un espejo que reflejaba una imagen peculiar: una puerta entreabierta en medio de la oscuridad. La risa se intensificó, ahora emanando de la abertura como un eco retorcido. La figura borrosa que se burlaba de nosotros estaba al otro lado, esperando entre las sombras.

—¿Deberíamos abrir esa puerta? —preguntó Johan, sus ojos examinando la imagen reflejada.

Miré en el espejo con determinación, mis instintos me advertían sobre lo que podría aguardar al otro lado. Sin embargo, el misterio y la necesidad de avanzar superaban mis temores momentáneos.

—No hay vuelta atrás —declaré, empujando la puerta entreabierta.

La sala de los espejos se desvaneció, y nos encontramos en un pasillo oscuro. La risa se desvaneció, pero la sensación de que algo nos observaba persistía. Cautamente, exploramos el nuevo entorno, preguntándonos qué revelaría la Casa de los Wise a continuación.

A medida que avanzábamos, la oscuridad parecía cerrarse a nuestro alrededor. Mi linterna iluminaba destellos de algo que se retorcía en las sombras. A lo lejos, una figura se materializó, parpadeando entre las sombras como un espectro ansioso por revelar su verdadero ser.

—¿Quién está ahí? —preguntó Aron, su voz resonando en el pasillo.

La figura avanzó lentamente, revelándose como un reflejo distorsionado en un espejo invisible. Era una versión de nosotros mismos, pero sus ojos irradiaban una malicia sutil, como si fueran guardianes de los secretos más oscuros de la mansión.

—Bienvenidos a sus propios miedos —susurró la figura, desvaneciéndose en la penumbra.

La sensación de que la fobofobia estaba entre nosotros creció. Nos enfrentamos a nuestras propias ansiedades proyectadas en el espejo invisible, lidiando con el temor de no solo lo que veíamos, sino de lo que aún estaba por venir en la Casa de los Wise. Con la incertidumbre acechándonos, nos adentramos más en la oscuridad, listos para enfrentar lo desconocido que aguardaba en el siguiente desafío.

Las figuras se desvanecieron, dejándonos con la sensación de que los espejos invisibles seguían reflejando nuestros temores más profundos. El pasillo parecía estirarse hacia la eternidad, y la oscuridad acechaba en cada esquina, susurrándonos los miedos que aún no habíamos enfrentado por completo.

Con cautela, continuamos nuestro camino, sin saber qué nos deparaba la próxima curva del pasillo interminable. La risa burlona se desvaneció, pero la fobofobia persistía, envolviéndonos en una espiral de ansiedad. Los secretos de la Casa de los Wise se mantenían ocultos en la penumbra, y estábamos decididos a desentrañarlos, aunque cada paso parecía sumergirnos más profundamente en la trama retorcida de nuestros propios miedos.

Apreté la linterna con fuerza, como si pudiera desterrar la oscuridad con la luz. Sin embargo, sabíamos que la verdadera batalla estaba ocurriendo en nuestras mentes, donde los reflejos distorsionados de nuestros temores más oscuros aguardaban pacientemente su turno.

Así, en medio de la oscuridad y el misterio, nos adentramos en la siguiente fase de nuestra odisea en la Casa de los Wise. La fobofobia nos rodeaba como una niebla inquietante, y aunque anhelábamos descubrir la verdad detrás de esta pesadilla, también temíamos lo que encontraríamos en las sombras.

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