PHOBIA

Capítulo 11: Aicro

Diario de Leslie Brown, 20 de marzo

Hoy ha sido otro día aterrador. Aunque pensé que estaba mejorando, parece que la Aicrofobia todavía me persigue. Me desperté esta mañana con una sensación de ahogo en mi garganta, como si algo me estuviera apretando el cuello. Traté de tranquilizarme, respirando profundamente y diciéndome que todo estaba bien, pero no podía sacudir la sensación.

Cuando fui a la universidad, todo parecía normal al principio. Pero luego empecé a notar que mis compañeros de clase tenían la piel cubierta de pequeñas protuberancias, como si tuvieran una reacción alérgica a algo. Comencé a sentir un pánico creciente en mi interior, preguntándome si algo en la sala de clases estaba causando esto. ¿Y si yo también estaba infectada?

Intenté mantener la calma y esperar hasta que la clase terminara, pero me sentí cada vez más ansiosa. No pude evitar mirar furtivamente a mis compañeros, temiendo ver sus protuberancias más grandes y más inflamadas. Pero cuando me di la vuelta para mirar al frente, vi a mi profesor con una gran marca roja y escamosa en su cuello. Grité involuntariamente y salté de mi asiento, y luego todos se volvieron para mirarme.

No sé cómo lo hice a través del resto de la clase. Me sentía como si estuviera al borde de un ataque de pánico constante. Incluso cuando salí de la clase, sentía la sensación de ahogo en mi garganta, y no podía dejar de pensar en las protuberancias y las marcas. ¿Qué demonios está pasando conmigo? ¿Por qué todo parece tan aterrador?

Creo que necesito buscar ayuda. No puedo seguir así, viviendo con miedo constante a las cosas más mundanas. Me siento como si estuviera perdiendo la cabeza. Tal vez debería hablar con alguien en la clínica de salud mental en el campus. Tal vez puedan ayudarme a superar mi Aicrofobia antes de que me vuelva loca del todo.

Leslie Brown abrió los ojos, sintiendo el sudor frío en su frente y su corazón latiendo fuertemente en su pecho. La última cosa que recordaba era estar acostado en una cama vieja en la mansión abandonada con sus compañeros secuestrados, pero ahora estaba en una habitación desconocida y oscura.

Se sentó en la cama, tratando de recordar lo que había pasado. Recordaba haber sido perseguido por un hombre con una máscara en la mansión y luego ser golpeado en la cabeza. ¿Había sido todo una pesadilla? Miró a su alrededor, y la habitación parecía vacía, sin ventanas ni puertas.

De repente, una voz lejana comenzó a hablar, una voz que parecía venir de ninguna parte. "¿Te atreves a enfrentar tus miedos, Leslie?", dijo la voz, y Leslie se estremeció.

Recordó la historia que les habían contado sobre la mansión y cómo estaba embrujada por los miedos más profundos de las personas. Había pensado que todo era solo una broma cruel, pero ahora no estaba tan seguro.

De repente, la puerta se abrió y entró un hombre con una máscara. Leslie gritó y trató de correr, pero el hombre lo agarró y lo arrastró fuera de la habitación.

Lo siguiente que supo Leslie, estaba rodeado de todos sus compañeros de clase, quienes parecían estar en un estado de pánico. Al mirar a su alrededor, vio que se encontraban en la sala principal de la mansión abandonada.

Leslie se dio cuenta de que estaban atrapados en una pesadilla, en la que sus miedos más profundos se estaban haciendo realidad. No sabía cómo escapar, pero sabía que tenía que enfrentar sus miedos si quería tener alguna posibilidad de sobrevivir.

Leslie avanzó con cautela por el oscuro pasillo de la mansión, sintiendo el miedo palpable en el aire. Cada paso que daba hacía eco en el suelo de madera podrida. De repente, escuchó un crujido detrás de ella y se detuvo en seco.

"¿Quién está ahí?", preguntó Leslie en un susurro, pero no hubo respuesta. Solo el sonido de su propio corazón latiendo fuertemente en su pecho.

De repente, un grito ensordecedor llenó el aire y Leslie saltó de susto. Era uno de sus compañeros de clase, gritando de miedo. Leslie corrió hacia el sonido, tratando de encontrar a su amigo.

Cuando llegó a la habitación, encontró a Ángelo acurrucado en una esquina, temblando de miedo. "No puedo hacerlo, no puedo hacerlo", murmuraba el chico una y otra vez.

Leslie intentó tranquilizarlo, pero antes de que pudiera hacer algo más, una figura oscura apareció en la entrada de la habitación. Era un hombre alto, vestido de negro, con una máscara que cubría su rostro. Leslie gritó y trató de correr, pero el hombre la agarró antes de que pudiera escapar.

La máscara del hombre estaba cubierta de sangre, y Leslie se dio cuenta de que este no era un juego. Estaban atrapados en la mansión con un asesino enmascarado, y su vida corría peligro.

Leslie luchó con todas sus fuerzas, tratando de liberarse de la garra del hombre, pero era demasiado fuerte. Los dedos del asesino se apretaron con fuerza en su cuello, cortándole la respiración. El mundo comenzó a oscurecerse a su alrededor, y Leslie sabía que estaba a punto de morir.

En un último esfuerzo, Leslie logró liberarse y corrió hacia la puerta. Pero justo cuando estaba a punto de escapar, sintió una fuerte sacudida y todo se volvió negro.