Capítulo 10: Hemato

5 1 0
                                    

El frío y húmedo aire de la noche se filtraba por la ventana abierta del dormitorio de Aron, haciendo que sus brazos se erizaran de pies a cabeza. Él se despertó sudando frío, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Se levantó de la cama, se puso su bata y se acercó a la ventana para cerrarla. Miró hacia afuera, pero todo lo que pudo ver fue la oscuridad de la noche.

Aron Denney estaba en la casa embrujada con el resto del grupo de estudiantes. Mientras caminaba por el pasillo oscuro, tratando de encontrar una salida, escuchó un ruido detrás de él. Se dio la vuelta y vio a una mujer vestida de negro, con el rostro oculto por una capucha, que se acercaba lentamente a él. 

De repente, un ruido lo hizo saltar. Era como si algo se estuviera arrastrando por el suelo del pasillo. Aron salió de su habitación, tratando de averiguar de dónde venía el sonido. No encontró nada, pero cuando se dio la vuelta para regresar a su habitación, se encontró con una figura espeluznante en el pasillo. Era una mujer vestida de negro, con el cabello oscuro y largo y los ojos inyectados en sangre. 

Aron sintió un escalofrío recorrerle la espalda al ver que la mujer llevaba consigo un cuchillo ensangrentado. Trató de retroceder, pero la mujer lo alcanzó y lo empujó contra la pared. 

 Aron dio un paso atrás, horrorizado, pero la mujer se acercó a él con los brazos abiertos. Aron intentó huir, pero sus piernas no respondían. La mujer lo agarró y lo arrastró por el pasillo hasta la sala de estar, donde lo tiró al suelo y lo inmovilizó. Aron trató de gritar, pero la mujer le tapó la boca con su mano helada. 

Aron intentó gritar, pero su garganta se cerró y se quedó sin aliento al ver cómo la mujer levantaba el cuchillo y lo apuntaba hacia su cuello. 

 "¿Tienes miedo de la sangre, Aron?" susurró la mujer con una voz rasposa. 

 Aron se estremeció. "¿Cómo lo sabes?" 

 "Lo sé todo sobre ti", dijo la mujer con una sonrisa malvada. "Sé lo que tienes, y yo voy a hacer que te enfrentes a ese miedo." 

En ese momento, Aron recordó su mayor miedo: la hematofobia, el miedo irracional a la sangre. Comenzó a sudar frío y su corazón latía tan fuerte que creía que iba a explotar. 

Aron trató de liberarse, pero la mujer era demasiado fuerte. De repente, la mujer se cortó la mano con una navaja y la sostuvo sobre la cara de Aron, haciendo que la sangre gotease sobre él. Aron gritó de terror mientras la mujer lo obligaba a tocar la sangre y a olerla. 

La mujer acercó el cuchillo a su cuello y Aron cerró los ojos, esperando lo peor. Pero, en lugar de sentir el frío metal cortar su piel, Aron sintió algo caliente y húmedo en su cuello. 

 "No huyas de tu miedo, Aron", dijo la mujer mientras se acercaba a él con la navaja en la mano. "Abraza tu miedo y deja que te consuma.

Abrió los ojos y se dio cuenta de que la mujer había hecho un pequeño corte en su cuello. Aron estaba aterrorizado, pero no podía apartar la vista de la sangre que brotaba de su herida. 

"La mujer cortó a Aron en el brazo, haciendo que la sangre brotara de la herida. Aron gritó de dolor y de terror mientras la mujer se reía. La sangre cubrió el suelo y las paredes, empapando todo en su camino. 

Aron se quedó allí, temblando y sangrando, sin saber qué hacer. Su miedo a la sangre se había materializado y ahora no podía escapar de él.

Finalmente, la mujer desapareció en la oscuridad, dejando a Aron solo y herido. Se arrastró hacia una habitación, tratando de contener la hemorragia. Cuando finalmente llegó a una habitación, se derrumbó en la cama, temblando de miedo y dolor. Sabía que nunca olvidaría la noche en que su miedo más profundo se había materializado ante sus ojos.

PHOBIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora