365 días que lo cambiaron todo

Capítulo 5

Nueva York, Año 2016.

Tony llegaba ese mismo día luego de una semana en Nueva Delhi, capital de la India. Natasha lo miraba expectante mientras comentaba los detalles de su viaje, además de la pequeña intervención de Ironman para salvar al joven araña.

— ¿Cómo lo hiciste si estabas en la India? — Preguntó curiosa, quería saberlo todo, pues lo había extrañado demasiado.

— Con Wifi — Respondió con simpleza.

La pelirroja no pudo evitar reír al imaginarse a su castaño amigo conducir su traje como si fuera un juguete a control remoto. Definitivamente Tony Stark era como un niño, sólo que grande, barbon e ingenioso.

— Llamaré al FBI para que se hagan cargo de esas armas — Comentó.

— Será mejor así — Concordó la pelirroja.

Más tarde ese mismo día, Natasha se encontró con algunas dificultades en el baño. La pelirroja a veces olvidaba que al ser mujer debía llegar al menos una vez al mes aquel molesto e incómodo periodo.

— Maldición — Exclamó al no encontrar tampones en el baño — Friday... ¿Podrías llamar a Tony? — Pidió.

La espía no quería hacer participe a su amigo de aquel acontecimiento, pero no había nadie más en la torre, además de Tony, que podría llevarle los tampones de su habitación hasta el baño del gimnasio.

— Mejor hubiera utilizado el baño de mi habitación — Susurró para si misma.

Natasha solía mantener sus cosas en el baño privado de su habitación. No obstante, aquella tarde se encontraba realizando su rutina de ejercicios en el gimnasio de la torre cuando ocurrió la emergencia.

— ¿Que sucede Nat? — La voz de Tony se dejó oír detrás de la puerta del baño — ¿Estás bien? — Se escuchaba preocupado.

— Seré directa... ¿Puedes traer mis tampones de la gaveta del baño de mi habitación? Por favor — Dijo rápidamente.

— Ok — Contestó sin hacer preguntas y trás unos minutos ahí estaba con la caja de tampones — Si necesitas algo más, sólo dime — Sonrió cuando entregó las cosas.

— Gracias — Correspondió la sonrisa.

Una hora más tarde, Tony le ofrecería una taza de té caliente para evitar algún tipo de cólico y aunque Natasha no solía sufrir de ese modo, terminó aceptando gustosa aquel detalle por parte de su amigo.

— Te hará bien — Comentó el castaño al ver a la pelirroja beber de su té — Sabes... Cuando me hablaste de las viudas negras y la habitación roja, creí que al estelirizarlas, sacaban sus órganos femeninos — Agregó curioso.

— Bueno, por un tema hormonal no pueden deshacerse de todo. Ya sabes, las Black Widow no sólo deben ser letales, también deben ser seductoras y las hormonas femeninas que producen los ovarios son útiles para eso — Explicó.

— Entonces... Tú estelirizacion es ese procedimiento común dónde todo se basa en un bloqueo que impide que el óvulo llegue a las trompas de falopio — Concluyó.

— Algo así. Una vez leí que podría ser reversible pero reconstruir el tejido podría ser demasiado costoso y aún así por temas de fertilidad podría no funcionar — Mencionó con algo de pesar en su voz.

— ¿Te gustaría? ¿En serio piensas en la posibilidad de revertirlo? — Cuestionó incrédulo.

— Aunque no lo creas, siempre he pensado qué se sentirá tener un hijo — Reveló al tiempo que una de sus manos se posaba en su vientre — Me habría gustado — Sonrió con tristeza.