Capítulo 11

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Nueva York, Año 2016.

Aquella mañana se encontraba sentado en su oficina en Stark Industries. Pepper no había ido a molestarlo con papeles que firmar por lo que estaba relajado admirando la ecografía enmarcada que resaltaba en su escritorio.

— Un arándano — Murmuró sin quitar la vista del cuadro.

Le costaba creer el hecho de que algo tan pequeño crecía cada día en el vientre de su pelirroja. Un pedacito suyo, un hijo, tenía muchas dudas pero al pensar que Natasha estaría con él las dudas se esfumaban.

¿Natasha estaría con él?

Esa pregunta se coló en su mente, pues aún no habían establecido el tipo de relación que tenían. Seguían siendo amigos pero eran algo más y ambos lo sabían, el único problema es que ninguno de los dos se atrevia a ponerle nombre a su relación.

— Tony — Los golpes en la puerta lo sacaron de sus pensamientos — Tenemos una junta en media hora ¿Por qué sigues aquí? — Preguntó Pepper asomándose por la puerta.

El castaño sonrió más amplio con esa boba sonrisa que últimamente no abandonaba su rostro y levantó el cuadro con la ecografía para mostrarla a la recién llegada. Pepper se contagio con su sonrisa y terminó de entrar a la oficina.

— No puedo dejar de mirarlo — Confesó en un suspiró.

— Ya lo noté — Mencionó entre risas.

— Bien — Dijo dejando el cuadro en su lugar para tomar su teléfono y ponerse de pie. Sonrió una vez más al ver la misma imagen en el fondo de pantalla de su móvil — Vamos a la junta — Determinó.

La mañana pasó entre reuniones y más reuniones que si no fuera por sus pensamientos centrados en su hijo, hubiera muerto de aburrimiento. Finalmente terminó convenciendo a Pepper de ir a almorzar a la torre y tomarse el resto del día.

Antes de volver a casa decidió pasar al centro comercial compró algo para almorzar y posteriormente se dirigió a una joyería. Quería algo para regalar a la madre de su hijo, pero aún no estaba seguro qué podría darle.

Pensaba que un lindo collar de rubíes se vería bonito alrededor de su cuello con su pelirrojo cabello cayendo por sus hombros, pero luego quedó cautivado con un precioso anillo cuya esmeralda resaltaba en el centro.

— Quiero ese — Pidió a la mujer de la tienda.

La esmeralda era tan brillante y verde como la mirada de su amada, definitivamente ese sería el mejor regalo. Sin embargo, no estaba seguro de cuál sería el mejor momento para dárselo o qué palabras debía decir.

Al llegar a la Torre Stark, anunció su presencia y se dirigió a la cocina para servir la comida. Natasha se unió al rato y Visión apareció tiempo después, ambos se veían muy animados y Tony no podía pedir más que la felicidad de su familia.

Una carcajada escapó de sus labios ante los comentarios del androide sobre la mejor alimentación para el bebé. El castaño podía asegurar que Visión sería un buen hermano mayor para su hijo y agradecía tenerlo presente en su vida.

— Esta noche será la mudanza — Recordó de pronto — Happy vendrá más tarde para cargar la nave — Avisó.

Visión se despidió de ellos después del almuerzo y partió rumbo al complejo de los vengadores dónde Rhodey lo esperaba. Por su parte, Tony decidió poner una película para pasar la tarde junto a la espía.

365 días que lo cambiaron todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora