Capítulo 9

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Nueva York, Año 2016.

— Happy te hará compañía. Necesita revisar el inventario de la mudanza — Anunció Tony bebiendo un sorbo de café.

— Que bien — Nat intentó sonreír.

A la espía no le desagradara la compañía del guardaespaldas de su amigo, al contrario, Happy era gracioso y le vendría bien hablar con personas que no estén detrás de una pantalla.

Últimamente sólo entablaba comunicación a través de videollamadas y con las únicas personas que tenía verdadero contacto era con Tony, Pepper y Happy.

Había transcurrido más de un mes desde el incidente con Peter en el Ferry y Natasha no había vuelto a saber nada del muchacho. De cierta forma, estaba preocupada por el niño, seguramente debía estar desanimado y deprimido.

Sin embargo, aquella mañana no podía concentrarse en nada más que las terribles náuseas que estaba experimentando durante el desayuno. Una horrible sensación que no la dejaba disfrutar de su comida.

No entendía la razón de tal malestar, pero hasta el momento se había impuesto la tarea de ignorar a su estómago. Lamentablemente era casi imposible seguir reprimiendo las ganas de vomitar.

— La mudanza será este jueves. Por fin tenemos una fecha, Happy se tardó más de cuatro meses en eso — Se quejó el genio.

— Estoy segura que... Todo saldrá bien — Hizo otro intento para sonreír y bebió un sorbo de té antes de continuar — ¿Qué has sabido de Peter? — Trató de concentrarse en otra cosa.

— Según el informe que pedí en la Escuela Midtown sus calificaciones están subiendo, así que asumo que nuestro chico está haciendo sus tareas — Bromeó terminando su café y como aún era temprano se sirvió otra taza — ¿Café? — Ofreció.

Natasha hizo una mueca de asco al ver la cafetera que señalaba el castaño y la sensación de náuseas se triplicó al ser testigo de como el oscuro líquido era vertido en l taza mientras el humeante aroma se colaba a través de sus fosas nasales.

La espía pelirroja no pudo responder la pregunta del genio, sólo negó con la cabeza al tiempo intentaba retener arcadas aún más fuertes para posteriormente salir corriendo al baño más cercano.

— ¿Estás bien? — Quiso saber el dueño de la torre.

Tony al ver a su amiga correr dejó su café completamente olvidado y se dispuso a seguirla. Se quedó en la puerta del baño, pero al oír las arcadas no pudo evitar entrar para encontrar a la chica con el rostro pegado al inodoro.

— ¿Qué pudo hacerte mal? — Murmuró el genio agachándose junto a la chica para sujetar su cabello y regalar algunas caricias en su espalda — No comimos nada raro anoche — Dijo pensativo.

Los pensamientos del castaño se vieron interrumpidos por la voz de Viernes anunciando la llegada de Harold Hoggan. Natasha aprovechó para ponerse de pie y enviar a Tony hasta el recibidor para esperar a Happy.

— ¿Segura que te sientes bien? Puedo llamar a un médico. El Doctor Simmons podría hacer unas pruebas, quizás las pastillas te están haciendo mal — Concluyó.

— No, sólo ve por Happy y yo tomaré una ducha — Dijo escapando hacia su habitación.

El genio no pudo evitar preocuparse por su amiga por lo que decidió hacer un par de llamadas. Primero fijaría una cita con Simmons para esa tarde y después llamaría a Pepper para notificar su ausencia en el trabajo.

— Sólo es una junta, puedo con esto. Tú encárgate de cuidar a Natasha — Comprendió Pepper.

— Gracias. Eres la mejor — Sonrió.

365 días que lo cambiaron todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora