Capítulo 29

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Alguien llamó a mi puerta después de la cena, me levanté de mi escritorio para abrirla ya que estaba sola, le había dicho a Louisa que descansara porque ya no ocupaba sus servicios por el resto del día, no me cuestionó por lo que imaginé que se dio cuenta de que me apetecía estar sola después de haber hablado con mi jefa.

Quedarme sola en la habitación solo había conseguido que me martirizara más con la situación.

─¿Sí?

Inquirí en cuanto abrí, cualquier sorpresa en mi rostro se borró al ver a Hellen.

─¿Puedo pasar? ─Preguntó en un tono de voz que me pareció arrogante.

─Adelante, su excelencia ─dije haciéndome a un lado para que pasara, me hubiera gustado decirle que no pero no tenía otra alternativa, no podía quedar mal.

La duquesa se abrió paso en mi habitación, por la manera que jugaba con sus manos lucía ansiosa.

─¿Puedo ayudarla en algo?

Pregunté tiempo después, ella se giró al verme antes de dar un leve asentimiento.

─Necesito hacerte un par de preguntas. ─Soltó y enarqué las cejas, ¿qué es lo que quería? Pensé, no me agradaba tenerla en mi habitación.

Como mis manos de pronto se habían puesto húmedas por mi repentino nerviosismo de tenerla en mi habitación, me las limpié en el pantalón que había optado por ponerme después de la cena. Admito que me gustaba ponerme aquellos bonitos vestidos a la hora de cenar, pero no me apetecía usarlos por mucho tiempo, eran demasiado elegantes desde mi punto de vista, dignos de una princesa y yo no me sentía digna de portarlos.

Observé el hermoso vestido azul marino que llevaba la duquesa, era hermoso y ella lucía hermosa y elegante con su sofisticado peinado y maquillaje.

─¿Qué clase de preguntas? ─Conseguí por fin decir.

─Sobre el príncipe ─jugó con sus manos nerviosamente.

─¿Qué sucede con él?

Hellen se tomó su tiempo antes de volver a hablar.

─¿Es alguna especie de plan echar a las duquesas? Porque me enteré de lo que pasó con la duquesa de Esbjerg.

Me sorprendí un poco por ello, al principio me pregunté como es que se había enterado, pero después supuse que debían tener comunicación, tal vez eran amigas o se conocían desde hace tiempo.

─¿Qué es lo que sabes?

Me atreví a preguntarle y vi la tensión en su rostro.

─El príncipe la insultó ─respondió y no oculté mi asombro. Me costó creerlo porque no creo que Carsten sea la clase hombre que va por ahí insultando a las mujeres, al menos, luce educado y caballeroso.

─¿Ah sí?

─¿No lo sabes? ─Me preguntó sorprendida y negué.

─Lo siento pero el príncipe es reservado con lo que pasa entre él y ustedes, solo conozco ciertos detalles.

Expliqué y ella arqueó las cejas en sorpresa.

─Ya veo ─hizo una breve pausa─. Entonces asumo que no sabes que el príncipe prácticamente le declaro la guerra a Dinamarca con la duquesa, ¿no?

Ladeé la cabeza.

─Es probable que lo haya escuchado por parte de la duquesa cuando fui a hablar con ella.

Le dejé saber y apretó los dientes.

─Entonces sabes lo mismo que yo ─asumió mirando al suelo, se mordió las uñas de su mano izquierda─. Al parecer todo iba bien entre ellos dos, pero según Naya, el príncipe le faltó al respeto no solo a ella sino a su país cuando hablaron sobre política y al parecer hubo otra situación más que hizo que él explotara.

Si la corona te quedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora