Capítulo 49

6.7K 621 158
                                    

Ignoré cada uno de esos pensamientos que me pedían apartarme de él, que me decían que besarnos estaba mal y que solo nos traería problemas, sin embargo, en el fondo sabía que una parte de mí no podía evitarlo, no podía evitar e ignorar la gran atracción que existía entre Carsten y yo.

Negarlo era en vano, tal vez podría engañar a mi cabeza, pero no a mi corazón cuando esté sentía que iba a derretirse con cada roce de su boca contra la mía.

—Carsten —susurré entre el beso y eso lo hizo apartarse de mi, sus ojos se habían oscurecido y el azul de sus ojos era intenso. La mano que aún seguía en mi nuca acarició suavemente mi cuello y su pulgar acarició mi mejilla seguido de mis labios.

—Se honesta y dime que tú también lo sientes, Blair.

—Qué.

Solté de la nada, no sonaba como una pregunta, pero existía duda en esa palabra. Carsten buscó mi mirada.

—Estoy seguro que he sido claro. —Por supuesto que había sido claro y lo había escuchado bien a la primera, pero era yo quien debía cuestionarse las cosas más de una vez, me cuestionaba mis emociones para ser exactos—. Me gustas.

Fue completamente sincero, si comentario fue halagador y formó una esperanza en mí que dolió, aunque la respuesta en mi era obvia, no me atreví a decirla en voz alta por muchas razones que no deseaba aclarar.

Terminé negando.

—Sabes que no está bien, los reyes no lo aprobarían...

Cuando tardó un tiempo en responder, supe que tenía razón y el príncipe no tenía manera de contradecirme.

Suspiró.

—¿Qué si existiera otra alternativa?

Preguntó y elevé las cejas en asombro, ¿de qué estaba hablando? ¿Acaso había perdido la cabeza?

—Carsten... —llamé a su nombre al tiempo que coloqué mis manos sobre su pecho para apartarlo un poco de mí, necesitaba poner distancia. Cuando volví a encontrarme con su mirada, negué—. No lo compliques.

Terminé diciéndole y un bufido salió de él.

—Mi vida ya es complicada, Blair. Todo a mi alrededor es complicado —dejó en claro, sentí que quería asegurarme de que no había forma de complicar las cosas entre nosotros.

—Tienes un protocolo.

—Y no soy el tipo de hombre que sigue las reglas todo el tiempo.

De eso no me quedaba duda.

Una risita seca y amarga emanó de mí y volví a negar.

—Mi vida también es complicada y esto... —acaricié su pecho de nuevo—. Hay una línea que tú y yo nunca debimos cruzar y lo sabes bien.

Sentí un poco de alivio cuando no respondió de nuevo, guardó silencio por unos instantes sintiendo que me daba la razón.

Lo noté tragar con fuerza.

—Blair —me acarició la mejilla de nuevo—. Quizás nos dimos cuenta tarde de ello.

Ahora fui yo la que se quedó callada dándole el lado. Cuando su pulgar volvió a acariciar mis labios cerré los ojos. Quería volver a besarle.

Me costó mucho reunir todo de mi para dar un paso atrás y poner distancia entre los dos.

—Creo que deberíamos irnos, será lo mejor.

—Si.

Le costó decir.

***

Al llegar al palacio, entramos por la cocina de nuevo, compartimos una última mirada llena de complicidad y sentimientos reprimidos, Carsten no me acompañó a mi habitación como casi siempre solía hacerlo y sentí que era lo mejor, ya era tarde y si alguien nos veía a los dos merodeando por el palacio podría meternos en serios problemas.

Si la corona te quedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora