¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nunca en su vida había despertado tan bien como hoy. Su cuerpo estaba aún cansado, pero su humor estaba en el cielo.
No mentía cuando pedía despertar así todos los días de su vida, porque despertar y ver el panorama más hermoso del mundo era lo que lo podría poner de buen humor aún si su vida fuera una mierda.
El despertar al lado de la chica que ama fue la mejor parte de la mañana. Sentir su piel desnuda contra la suya, y la forma tan adorable en la que su pelinegra dormía acurrucada en su pecho lo volvía loco.
Minho sonrió extremadamente feliz y dejó un pequeño beso en la frente de Ha-ri, haciendo que esta poco a poco fuera abriendo los ojos, encontrándose con la dulce sonrisa del mayor.
— ¿Te desperté? — Susurró acercando su rostro al de Ha-ri, dejando un pequeño beso en su nariz.
— No, ya estaba por despertar — Respondió volviendo a colocar su cabeza en el pecho de Minho, a lo cuál él acarició su cabeza con delicadeza.
— Buenos días, hermosa — Dijo aún cerca de su rostro, haciendo que Ha-ri levantara el rostro y respondiera a su saludo mañanero de una manera en la que Minho podría acostumbrarse todos los días.
— Buenos días, hermoso — Ambos rieron suave, y sin mucho apuro juntaron sus labios en un beso, uno de muchos que habrían en el día.
— Me encantaría despertar así todos los días, si te soy sincero — Susurró contra sus labios.
— Eres demasiado romántico como para ser el mismo niño que encontré anoche llorando — Minho sonrió tímido y escondió su rostro en el cuello de su novia, haciéndola reír.
— Gracias por venir por mí bajo la tormenta, aunque no me lo merecía después de todo — Ha-ri tomó su mano y la apretó. Minho sacó su rostro de su escondite y la miró sonreír.
— Cometiste errores, pero es normal, Min. Eres humano, después de todo, y sé que es la primera vez que tienes amigos. Te emocionó que Suni fuera tu "amiga", aunque nunca fue con una buena intención, pero tú no sabías eso. Además, ¿crees que hubiera venido por ti con mi cuerpo real solo porque sí? — Y ahí fue cuando Minho abrió los ojos de golpe.
— ¿Entraste por la puerta? — Preguntó sorprendido y asustado.
— Creo que es momento de contarte la verdad sobre todo — Ha-ri se sentó en la cama, sin recordar que estaba desnuda, y la sabana se resbaló hasta caer en su regazo, dejando sus pechos al aire y su estómago descubierto. Minho tragó seco y asintió, sentándose igual que ella. La menor notó la mirada de su novio y comenzó a reírse, mientras se tapaba y acomodaba la sabana para que no se volviera a caer.
— ¿Contarme sobre como es que apareces de la nada a través de un rayo? — Ha-ri asintió, tomando las manos del mayor para comenzar el relato.
— Hace 140 años atrás, una mujer conoció a un hombre en el parque, este estaba refugiándose de la lluvia bajo el techo de un tobogán. Cuando de pronto, un rayo cayó frente a él, y de el, salió una mujer de cabello negro y ojos café, logrando detener la lluvia incesante. El hombre estaba completamente sorprendido, y la mujer se presentó ante él...
