Desayuno.

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Luzu recorría todo el lugar, era absurdo.

El supuesto señor Q le había enseñado el establecimiento la noche pasada, era grande, e incluso había habitaciones completamente desoladas- o eso quería Big Q que Luzu pensara- a las cuales no podía entrar.

Luzu estaba totalmente aburrido, le jodía el hecho de que el azabache de esta dimensión solamente sea tan... Vasto, parece solo una máquina sin algún sentimiento de fondo.

No sonreía mucho y cuando lo hacía era sádico y egocéntrico.

Definitivamente éste Quackity no le agradaba.

Todo era definitivamente aburrido, no le había puesto a hacer ninguna clase de tarea, nada. Ni siquiera cocinarle algo u hacer papeleo.

Solo vagaba por los lugares... Tenía prohibido bajar a la parte del casino, pues, según Big Q podría ser confundido con un trabajador de ahí o incluso con alguien de apuesta.

Quackity le dijo al igual que no era necesario usar ropa formal todo el tiempo, cosa que agradeció.

En un descuido del híbrido había salido por su ropa y rápidamente regresó al lugar, dónde se cambió rápidamente y dejó el traje en la habitación asignada por el dueño del casino, cosa que se le hizo curiosa pues, es un casino, no un hotel.

Aunque la habitación era algo... Fea, era mejor que nada.

Luzu se dedicaba a observar a lo lejos todo, el como eran tratados los trabajadores... Y los que hacían trampa en los juegos del casino.

A lo que el había alcanzado a ver, los desaparecían por completo... Quería pensar que simplemente los botaban del establecimiento.

Ojalá.

Paseaba por los pasillos del enorme lugar, viendo las paredes blancas con rojo sin alguna decoración más que mesas cafés en cada esquina... Sin nada encima. Todo era vasto y simple, cosa que en si no le desagradaba, pero aún así era un tanto... Sospechoso y raro.

Una cosa que se le hizo rara es que estaba más distraído de lo que se debía. olvidaba las cosas con facilidad y estaba despistado, ¿Por qué será?.

Sin embargo lo dejó pasar, por ahora.

Un suspiro salió de su boca y decidido a ir a su supuesto cuarto se dió la vuelta, llevándose un susto enorme al ver al híbrido ahí.

—¡Coño d-...

Se abstuvo de maldecir. Simplemente se tranquilizó un poco y miró a el otro.

—¿Qué necesita, Señor Q?.

—¿Cómo me ibas a llamar?.

Preguntó algo molesto, ¿Quién se cree ese?. Le da trabajo y alojamiento y casi le mienta la madre.

—Fue una reacción obvia, lo siento. Pero no lo había visto ahí.

Se defendió, haciendo que Big Q le mirara mal.

—... Mira, lo dejaré pasar solo porque es el primer maldito error que cometes, pero, no te acostumbres. Si me llegas a hartar terminarás siendo comida para cualquier imbécil.

—'o para mí '

Dijo y pensó, haciendo que Luzu se volviera más pálido que antes, pero supo disimular.

—Oh... Claro, Señor Q, una disculpa de mi parte. La verdad es que... En realidad me tomó desprevenido, me ha pegado un susto que casi se me sale el corazón.

En Otro Universo || Luckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora