Recuerdos.

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Quackity de Karmaland se encontraba alimentando a Anselmo, Calamardo y Tenta- culos en la casa del chico castaño que hace días no habitaba ahí.

Estaba enojado. Muy enojado. Vegetta le había dicho que la ausencia de Luzu le afectó tanto que le está dando alguna clase de paranoia ¡Solo por decirle que él mismo ira a por esa persona que empujó a Luzu al portal!

—Pinche triple siete... Con razón nadie te hace caso, cabron... Porque eres bien pinche raro.

Dijo con una mueca de claro enojo en su rostro, mientras se sentaba en el suelo a lado de los platos de comida de sus "hijos".

Metió su mano en su bolsillo de pantalón, sacando aquel pedazo de ropa algo desgastado.

Miró el susodicho fijamente... Sintiendo una leve nostalgia.

Cerró los ojos intentando recordar algo de la silueta vista al salir corriendo de la cueva.

What history?!

Abrió rápidamente los ojos, asustado y algo confundido.

Casi caía de espaldas. ¿Qué había sido aquella voz? ¿De dónde venía? ¿Por qué es tan... Familiar?.

Sin querer sus ojos se cristalizaban... ¿Qué historia?.

¿De qué historia... Qué?

Su pecho se sentía oprimido y en su cabeza no paraba de resonar aquella voz repitiendo lo mismo.

De nuevo volteó a ver aquel pedazo de tela... Su corazón dolió.

El chico de lindos cabellos castaños caminaba por los pasillos el último piso del casino, directo hacia su habitación asignada

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El chico de lindos cabellos castaños caminaba por los pasillos el último piso del casino, directo hacia su habitación asignada.

Tenía una genuina sonrisa plasmada en su rostro, se lograba ver feliz... Solo que, no sé daba cuenta de algo.

El grandísimo Big Q le miraba a escondidas, debía admitir que llevaba rato siguiéndole sin parar. Quería saber que pasa... Y, no es por presumir, pero todo lo que quiere lo obtiene.

Su mente rápidamente ideó un plan para hablar con ese conocido pero extraño chico, así es, fingiría chocar epicamente con él.

Por lo que se desplazó por su casino, aquel que conocía como la palma de su mano, para llegar a la entrada del cuarto del de, ahora, ojos azules.

Esperaba escondido entre los pasillos al más bajo, listo para fingir ver si inventario y caminar frente a él para chocar.

Y así fue, al escuchar el tarareo de una melodía y asomarse un poco hasta ver a Luzu dirigiéndose hasta la puerta de aquella habitación hizo lo planeado, saliendo a la perfección, casi como siempre.

Cómo fue planeado y pensado, solo cayó de sentón aquel chico de sudadera gris, aunque Big Q se desestabilizó un poco, se logró mantener de pie.

—¡Ay! ¡Lo... siento!

En Otro Universo || Luckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora