❝Cualquiera sea el camino que elijas, yo te apoyaré siempre.❞
→ Kaede fue criada para ser un arma, un simple objeto con el que jugaban por mucho que rogase por su mísera vida. Sus pensamientos, sus lágrimas, incluso los latidos de su corazón habían...
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ENCUENTRO.
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Aika creía a veces que había perdido toda su humanidad. Su cuerpo estaba modificado por culpa de tantos experimentos que no podía reconocerse a sí misma en ocasiones frente a un espejo, y su kosei evolucionaba cada cierto tiempo. En un principio solo le permitía anular los sentidos de la gente y dejárselos a ella por unos minutos, pero cuando se manchó las manos con sangre por primera vez y dejó de lado la cordura, la compasión y la piedad; su particularidad recorrió el mismo camino, y le permitió quedarse con los sentidos de la gente a la que le había arrebatado la misma vida. Y cuando asesinó a tanta gente que volvió a recuperar plenamente la visión que All Might le arrebató, su quirk le permitía quedarse temporalmente con los koseis de la gente a la que le robaba los sentidos si estaba relacionado con estos. Pero eso era solo en cuanto a lo físico, porque mentalmente era realmente un verdadero desastre.
No le importaba tener que dar su vida por su objetivo, porque a ella no le faltaba una fuerte convicción a diferencia de a su hermana, que dependía aún de la voluntad de otros como su maestro para actuar y alcanzar su sueño. A Curse le daba igual tener que asesinar de nuevo, tener que deshacerse de la poca humanidad que tenía; al punto de que ya ni siquiera parecía una persona de verdad. Pero esa crueldad podía dejar ver aún a una chica asustada que buscaba con dificultad algo de compañía, y que solo se dejaba ver con los miembros de la Liga de Villanos que la aceptaron tal y como era. Esa chica todavía se consideraba un error, inútil, y tenía una debilidad fácil de explotar y que Curse había tratado de evitar todo ese tiempo para no verse sin fuerzas de nuevo, para no sucumbir otra vez.
La debilidad de Aika era su hermana. Porque esa pequeña niña que siempre la buscaba y preguntaba por ella fue la única que no la abandonó, y a cambio su hermana mayor la dejó a su suerte alejándose de ella para buscar la libertad que le arrebataba su alrededor. Aika siempre se culparía por dejarla atrás, pero tenía muy claro que si Kaede seguía a su lado no podría por nada del mundo aprovechar su propia maldición para así cumplir sus objetivos. La pelirroja le daba la humanidad que tanta gente que había arrebatado, le daba la oportunidad de sonreír sinceramente de nuevo como una hermana mayor orgullosa de verla crecer; pero Aika no quería más esa humanidad, quería seguir su camino como villana sin que la Akaguro la detuviera. Y por ello no podía permitirse volver a su lado, no si quería seguir su descenso hacia la locura y la destrucción de la sociedad de héroes.
