5.: Flechazo :.

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Debía estar loco para estar otra vez frente de aquel lugar, esperando solo verlo, el tipo era casado, y estaba seguro de que el marido debía ser un celoso de aquellos, quien no lo sería con un esposo así, pero no podía evitarlo, lo había pensado la noche entera, ósea verlo en ese traje rojo sin duda despertó en él más cosas de las necesarias, Jimin era alguien tierno y lindo, y sexy sonaba irreal.

Se sentó en una cafetería que estaba al frente de la pastelería, esperó al menos media hora hasta que por aquella puerta salía, sin duda era guapo, el rubio se acomodó mejor su ropa, ya que parecía estar esperando a alguien, su esposo obviamente.

-Por qué tenías que estar casado hermoso- suspiraba a cada tanto, vio un auto bastante elegante parar frente al rubio y un tipo de mirada prepotente, bajar de él.

-Hola amor, cómo estás? -dijo feliz el rubio.

-¿Qué traes puesto Jimin? - este se miró, era su ropa de trabajo- creí que ya habíamos hablado de esto?

-Es incómodo trabajar con traje amor -

-Incómodo?- lo tomó fuerte del brazo zarandeandolo un poco, Yoongi solo apretó los puños- pareces el que barre, que pasa si alguno de mis amigos te ve vestido así-

-Kai me lastimas, suéltame - se quejó bajo, no queriendo armar una escena en plena calle- lo lamento, traje ropa de cambio solo que esta es más cómoda... -

-Amor, entiende, eres mi esposo, tienes que verte siempre bien -le acarició la mejilla y seguido lo beso.

-Lo sé y en serio perdón, te juro mañana será diferente, si?- lo trato de abrazar, pero kai lo alejo.

-Estás lleno de harina, me ensuciaras -

-Perdón- sonrió, sonrisa que se le hizo ridícula a su esposo, pero que derritió hasta lo más profundo el corazón de quien miraba la escena desde el frente, sacándole el suspiro número ya no sabía de la tarde.

-Me voy, no estés comiendo nada hasta la noche, oíste, quiero a mi esposo de regreso, no al cerdo que eres ahora - Jimin solo bajó la cabeza y mordió su labio.

-Si amor- Yoongi vio al idiota, porque así lo bautizó, subir a su auto e irse dejando al rubio bastante triste, o sea qué imbécil tienes que ser para dejar a un chico así triste, sin duda un idiota.

Se levantó y cruzó la calle, se acercó así como no queriendo y chocó "accidentalmente" con él.

-Oh, perdón, estaba distraído - Yoongi lo tomó de los hombros, ya que el golpe lo había desestabilizado- estás bien?-

-Si... Si tranquilo no fue para tanto - levantó la vista y ahí estaban esos ojos pardos, que lo miraban con ese brillo tan especial, como si él fuera especial- otra vez por acá? - dijo con una sonrisa algo triste.

-Sí, tengo que recoger unas cosas en la tienda de la esquina- Jimin miro, una farmacia- la otra esquina- una peluquería- solo pasaba por acá - el rubio rió, haciendo reír al peli negro.

-Ya veo, pues que tengas buen día Yoongi- si se acordaba de su nombre.

-Tú también señor Jimin -

-Solo Jimin tampoco estoy tan viejo -

-Es verdad- lo vio entrar y sonrió como tonto- claro que no eres viejo, tienes cara de ser el amor de vida hermoso - dijo bajo, sin ser muy consciente, se quedó mirándolo, aun con la ropa ancha, su trasero hacía acto de presencia- tan hermoso-

Jimin sintió la mirada sobre su persona y sé güiro viendo la linda mueca que este tenía en el rostro, lo saludo con la mano y Yoongi solo sonrió, eres un ser curioso cupido, mira que flecharlo justo con él.

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~Un Amor, No Tan Dulce~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora