Sorpresa en el bosque

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Olivia no estaba pasando demasiado tiempo con Neal, ni con él ni con cualquiera con los que había llegado. Después de derrotar a esa tal Cora, todos parecían preocupados por una tal Regina, que Olivia pronto había aprendido que era la alcaldesa del pueblo, además de por pasar tiempo juntos, sobre todo, Neal y Henry. Así que Olivia había decidido que ella no pintaba mucho entre ellos. 

A pesar de ello, al día siguiente de llegar, Henry se había acercado a ella mientras comía en La Abuelita con un libro bajo el brazo. Se había sentado frente a ella y había puesto el libro sobre la mesa. Once upon a time rezaba como título. Parecía un libro de cuentos de hadas.

—Te lo presto —dijo Henry con una sonrisa

Olivia lo miró extrañada, pero sonrió levemente ante el gesto del chico

—¿Por qué? —dijo Olivia

—Si quieres entender la magia aquí, tienes que conocer la historia del pueblo —dijo Henry. Abrió el libro ante ella, y Olivia vislumbró la imagen de un niño de madera en brazos de un hombre mayor. Ambos estaban empapados, en la orilla del mar

—¿La historia de este pueblo son cuentos de hadas? —preguntó Olivia

—Si —contestó Henry con rotundidad—. Ya te dije ayer que Ruby era Caperucita Roja. Y luego están mis abuelos, David y Mary Margaret, los de ayer. O Blancanieves y su príncipe.

—¿Ellos son tus abuelos? No parecen tan mayores —dijo Olivia

—Eso es porque la reina malvada, Regina, que es mi madre adoptiva, lanzó una maldición sobre todos los habitantes del bosque encantado para traerlos aquí y arrebatarles sus finales felices —explicó Henry, muy serio—. Aunque la maldición ya la rompieron.

—Claro, así que... David y Mary Margaret son los padres de Emma, que probablemente es de su edad —dijo Olivia un tanto escéptica. Aquello era una locura, aunque sorprendentemente no le sonaba tan loco como hubiera esperado días antes.

—Exacto, porque mi abuelo protegió a mi madre mandándola por un portal a este mundo justo antes de la maldición, pero aquí durante la maldición el tiempo estuvo parado —dijo Henry—. Por eso mi madre creció, pero ellos no.

Toda aquella información estaba abrumando a Olivia y, aun así, por alguna razón, no podía dejar de creer en que era verdad. Era una sensación, una certeza que nunca antes había tenido, lo cual era lo más extraño de todo.

—Puedes quedártelo unos días, ya me lo devolverás —dijo Henry justo antes de levantarse de la mesa y salir casi con prisas de la cafetería

Olivia se le quedó mirando sorprendida mientras salía.  Luego, observó el libro, la imagen del cuento de Pinocho ante ella. No sabía muy bien que pensar. Pasó algunas páginas y distinguió otros cuentos. Hansel y Gretel, la Cenicienta... Aunque con algunos extraños giros en la historia. Y no pudo negar que había cierto parecido entre Blancanieves y su príncipe con la pareja que había conocido el día anterior. 

Pero, sin embargo, mientras más tarde paseaba por el pueblo para conocerlo mejor, todo le seguía pareciendo completamente normal. Las personas con las que se cruzaba no parecían personajes de cuentos. Bueno, excepto... Fue curioso al día siguiente ver a siete hombres, de estatura baja, que pasaban por La Abuelita a recoger su almuerzo para llevar, cada uno con un pico en la mano, mientras uno de ellos silbaba una cancioncilla familiar.

Esa misma mañana, decidió salir a dar un paseo por el bosque. Un poco abrumada por toda la reciente nueva información, necesitaba un poco de aire fresco para despejarse. El bosque tampoco parecía uno mágico, encantado. Caminó durante un buen rato, solo con una botella de agua en la mano. Al principio, seguía un pequeño sendero, luego decidió salirse cuando escuchó algo.

Ninfa | 𝙤𝙣𝙘𝙚 𝙪𝙥𝙤𝙣 𝙖 𝙩𝙞𝙢𝙚.​Donde viven las historias. Descúbrelo ahora