Neal

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Belle y ella se quedaron solas en el puerto tras ver el barco pirata atravesar el portal.

Por alguna razón, Garfio se había arrepentido de haberse llevado la judía y había vuelto para ayudar. Era demasiado tarde, pero podía ayudar de otra manera así que David, Mary Margaret, Emma y Regina, junto a Garfio y el señor Gold se habían aventurado en el barco a través de un portal siguiendo a Greg, Tamara y Henry.

Olivia había decidido no ir. Sabía que se las apañarían perfectamente sin ella, y aunque se estaba acostumbrando a las peculiaridades de aquel pueblo, viajar entre mundos aun era demasiado para ella. Prefería quedarse en Storybrooke y seguir investigando lo suyo. Pero, además, Emma le había pedido que vigilara el pueblo. Le extrañaba la confianza que de repente estaba depositando en ella, pero Emma había dicho que prefería que alguien con magia pudiese ayudar allí si era necesario.

De todas formas, Olivia no tenía intención alguna de marcharse. Le gustaba Storybrooke, y las personas de allí. No tenía ningún deseo de volver a Nueva York. Su vida allí tampoco es que estuviera siendo la mejor últimamente, y no solo por lo de Mark, su ex-novio. Por alguna razón, sentía a Storybrooke más su casa de lo que jamás se había sentido en Nueva York.

Quedarse a solas con Belle fue un poco incómodo. La mujer parecía agradable, pero lo cierto es que aun no la conocía de nada. Y no hubo ocasión de hacerlo en ese momento, pues un grupo de personas llegó de repente con prisas hasta el puerto. Entre ellas, Archie, los enanitos y el hada azul.

—¡Lo han conseguido! ¡nos han salvado! —gritaba uno. Leroy si Olivia no recordaba mal—. ¿Nos han salvado, no?

—Si, estáis a salvo —respondió Olivia por Belle que no parecía poder articular palabra intentando reprimir sus sollozos tras despedirse de Gold

—Belle, ¿te encuentras bien? —preguntó Archie

—¿Qué pasa? ¿Dónde están todos? —preguntó el hada azul

—Esos forasteros, Greg y Tamara, raptaron a Henry —consiguió decir Belle—. Se lo llevaron por un portal

—¿Un portal? ¿A dónde? —preguntó el hada azul

—No lo sabemos —dijo Olivia—, los demás los han seguido en el barco

Belle sacó de su bolsillo algo que Olivia había visto que Gold le daba. Un pequeño papel y un frasquito. Se lo tendió al hada azul que se acercó a leerlo.

—¿Un hechizo de protección? —dijo el hada azul confundida

—Porque Rumple ha dicho... que llegaría más gente —dijo Belle

Olivia dejó que fueran sin ella a las minas para lanzar aquel hechizo de protección, aunque luego vio aquel chorro de luz blanca brillante que creo una especie de extraña cúpula de luz que se vio solo por unos segundos. Justo después, entraba al hostal de La Abuelita solo para subir a su habitación y tirarse en la cama. Sacó las llaves que había recibido y empezó a jugar con ellas lanzándoselas entre las manos. David le había dejado sus llaves de la comisaría por si algo sucedía tras escuchar a Emma.

¿Qué se suponía que era ella ahora? ¿La sheriff suplente? Era raro. Ella solo era una profesora de primaria, no tenía ni idea de ser sheriff. Joder, apenas había conseguido usar su magia un par de veces y Emma pretendía que protegiera la ciudad con ella. Las hadas podrían hacerlo mejor. Aunque las hadas, ni el hada azul, habían estado allí antes de que se fueran para que se lo dijera, claro. Además, Gold le había dado a Belle ese hechizo de protección, ¿no era suficiente? Para empeorar las cosas, no podía dejar de pensar en Neal. Su mejor amigo no podía haberse ido así sin más. Le costaba aceptar la palabra de Emma de que estuviera muerto. Si los portales llevaban a otro mundo, podría estar vivo en otro mundo.., ¿no?

Ninfa | 𝙤𝙣𝙘𝙚 𝙪𝙥𝙤𝙣 𝙖 𝙩𝙞𝙢𝙚.​Donde viven las historias. Descúbrelo ahora