La vuelta de los héroes

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No hubo más problemas durante los días siguientes. Afortunadamente, pensó Olivia. John y Michael se mantuvieron tranquilos en el motel de la Abuelita. Nadie más sabía lo que había pasado en la tienda. Ariel volvió al poco de irse, después de entregar el mensaje y Belle y Olivia se dedicaron a ayudarla, buscando en los registros de la ciudad, tratando de averiguar la identidad de Eric en Storybrooke.

No era un trabajo divertido pasarse horas mirando en los registros y yendo a comprobar cada persona que quizás pudiera ser. Por desgracia, la identidad real no aparecía junto a la identidad falsa. Si al menos los registros estuvieran digitalizados, hubiera sido más fácil. Pero ni Belle ni Olivia sabían como era Eric, y obviamente Ariel no tenía una foto, así que solo podían suponer.

Por eso Olivia decidió que aprovecharía el tiempo para hacer justo eso. Se le daban bien los ordenadores y no era solo el registro, también los archivos de los casos de la comisaria entre otras cosas estaban solo en papel. Si iba a estar allí, podía ayudar metiéndolo todo en el ordenador mientras buscaban a Eric.

Finalmente, Belle dio con el príncipe. Suerte que encontraron una foto y pudo mostrársela a Ariel para confirmarlo. Los registros de la maldición lo identificaban como Marcus Andersen, trabajaba en el puerto. No ponía una residencia, pero al parecer tenía un barco a su nombre. Era posible que viviera allí.

Belle acompañó a Ariel a buscar a su príncipe. Olivia decidió mientras tanto tomarse un descanso y se dirigió en sentido contrario, hacia la cafetería de la Abuelita. Se dirigió hacia allí caminando con tranquilidad. La cafetería estaba como siempre, en el interior todavía quedaban algunas mesas libres, pero cuando vio a Ashley en una mesa, se sentó frente a ella

—¿Qué tal? —saludó

—¡Olivia! —dijo Ashley—. Bien, solo descansaba un poco. Acabo de terminar de trabajar. Tengo diez minutos antes de ir a por Alex a casa de su abuelo.

—¿Dónde trabajas? —preguntó Olivia

—Aquí mismo, hay una lavandería ahí detrás —dijo Ashley—. Aunque estoy pensando en abrir mi propio negocio.

—¿En serio? —dijo Olivia

—Si, aquí no hay una guardería y había pensado... bueno...

—Eso es genial, Ashley —dijo Olivia—. Seguro que te va bien.

—Gracias —dijo Ashley agradecida—. Tu trabajabas como profesora, ¿verdad?

—Si, aunque de niños un poco más mayores —dijo Olivia—. Aunque lo dejé porque la verdad es que no se hasta cuando estaré aquí. 

—¿Has pensado en buscar trabajo aquí? —dijo Ashley

—Frederick me mencionó que intentaban buscar una sustituta para Mary Margaret en el colegio, pero no lo se... —dijo Olivia

Un fuerte ruido pero lejano sobresaltó a todos en la cafetería. Muchos se levantaron y se giraron a mirar por la ventana. Había algo en el cielo. Algo que se acercaba. Olivia no tardó en darse cuenta de que tenía la forma de un barco. Sonrió. Así que habían vuelto. Varios en la cafetería se apresuraron a salir del lugar, como la Abuelita o dos enanitos que comían en una mesa cercana.

—¿Eso es...? —dijo Ashley

—Eso parece —dijo Olivia

Pero ella no se levantó. Por lo que había visto en la calle, la abuelita y los dos enanitos no eran los únicos que iban al encuentro del barco. Ella podría verlos más tarde, aunque no podía negar que tenía ganas de ver a su mejor amigo. Ashley pronto se despidió para ir a por su hija. Olivia decidió que tenía que ir a la comisaría. Ahora que estaba Emma, ella ya no estaría allí y había dejado un par de cosas en el edificio.

Ninfa | 𝙤𝙣𝙘𝙚 𝙪𝙥𝙤𝙣 𝙖 𝙩𝙞𝙢𝙚.​Donde viven las historias. Descúbrelo ahora