Dos

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Dos semanas antes de dar su último concierto de la temporada, el cual sería en Los Ángeles, California, su ciudad de acogida, Harry estaba en la cuidad de nueva York, encerrado en la habitación de hotel.

Permanecía sentado ante el espejo, sin dejar de pensar en la conversación telefónica que acababa de tener con Taylor, su última novia, lo cual lo había dejado bastante mal.

Apenas llevaban un año juntos pero el músico creía haber encontrado en esa relación un consuelo, un refugio donde desconectarse de su ajetreada fama.

El ojiverde había perseguido desde años atrás, ser reconocido por su talento musical y su linda voz, sin embargo todo cambio muy rápido.

En cuestión de meses, había pasado de ser un muchacho que tocaba en las puestas de las Iglesias y el metro a tocar en locales nocturnos para pagarse sus estudios y de ahí a dar grandes conciertos con estadios llenos de fans eufóricas.

En la actualidad, a sus veinticinco años, su carrera había despegado, poseyendo más fama y dinero del que nunca hubiera podido imaginar.

Aún así, eso siempre había ido acompañando de la sensación de que algo le había faltado en su vida y en ese último año, el estar con Taylor lo había llenado.

Ese vacío había desaparecido, lo cual le había hecho creer que lo haría para siempre pero las cosas se estaban torciendo.

Primero, habían sido unas cuantas situaciones, en las que Harry había notado que su novia actuaba un tanto nerviosa.

Luego vinieron unas extrañas llamadas, de las cuales no decían quién había sido y entonces empezaron las salidas nocturnas injustificadas.

Lo último estaban siendo los continúos enfados de esta sin venir a cuento pues la modelo, a la que había conocido en una cena benéfica, le había parecido una persona hermosa tanto por dentro pero apenas podían estar juntos por sus trabajos.

A pesar de todo, aprendieron a adaptarse a sus respectivos horarios y siempre habían encontrado un tiempo para verse y amarse.

Esos momentos habían sido preciosos, al menos para el músico y por ello estaba asustado pues temía que eso cambiase y nuevamente se quedaría solo.

De repente, unos golpes lo sacaron de sus pensamientos.

...-Harry, ¿Estás listo?, Ya es la hora.

Su manager y amigo de la infancia, Ed Sheeran era quién estaba llamándolo.

-Hey oye, ¿Estás bien?, ¿Por qué estás encerrado con llave?- escuchó tras no emitir respuesta alguna-oye, ábreme, Harry... Hazza

El músico soltó un profundo suspiro y finalmente se levantó de la silla y a continuación abrió.

-¿Estás bien, amigo?, Pareces preo...

-S-Si, si, estoy bien tranquilo- contestó volviendo a sentarse en la silla-es solo qué...buah, olvídalo, tengo que irme.

-Oye te conozco muy bien, ¿Qué ocurre?, ¿Otra vez te has peleado con tu novio verdad?-le detuvo por el brazo el pelirrojo.

-No es nada, no te preocupes, ¿Vale?, Todo está bien- el músico cogió entonces su guitarra para salir.

Ed asintió con la cabeza no muy confiado pues conocía muy bien a su amigo, ya que habían estado juntos desde primaria y sabía lo mucho que le había afectado en sus estudios y de adulto, en el trabajo, su vida personal.

-Está bien-dijo acercándolo y dandole un abrazo-suerte amigo, déjalos alucinados como solo tú sabes.

-S-Si, claro, seguro que lo haré.

(...)

A la hora prevista, Harry salió a escena y comenzó a tocar primero una tema, luego dos, tres y más... tocó todas las canciones de su nuevo disco, mientras cientos de fans lo victorearon a pleno pulmón.

Siempre le era emocionante estar sobre un escenario pero esa vez no lo fue tanto, ya que solo pudo pensar en Taylor, en qué estaría haciendo y con quién.

Esa noche miles de emociones se unieron y lo abrumaron constantemente hasta el final de su actuación, donde finalmente se despidió y volvió a su habitación de hotel.

Durante horas intentó hablar nuevamente con su novia pero le fue imposible, así que acabó cogiendo unas botellas del mini bar y se emborrachó para dejar de pensar.

Esa no fue la única vez que eso ocurrió pues vinieron otras más, en las siguientes semanas, hasta que un día la modelo confesó tener otro amante y entonces su relación llevó a su fin.

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69. Olvidé respirar - Larry Stylinson TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora