Seis

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Marzo de 2019

Harry suspiró por enésima vez en esa noche, seguidamente se tomó el último trago de whisky de una botella, la cual tras soltarla rodó por el suelo hasta chocar con uno de los muebles donde se detuvo.

Las cuatro paredes de su casa se le venían encima cada vez que se quedaba en ella pues los recuerdos de su fatídica relación, le invadían en cada recóndito lugar de esta.

Harto de tanta tristeza, este decidió irse a un hotel pues a pesar de estar llamando a su amigo y mánager por horas, no le había contestado.

Lo cierto era que no sabía nada de él desde hacía varios días, ya que habían discutido porque Harry no quería hacer mucha campaña de su último disco, el cual estaba próximo a salir a la venta.

A él lo que le gustaba era el trabajo de estudio, la composición de cada tema y los conciertos, todo lo demás aunque era necesario, lo consideraba superficial y exagerado en la mayoría de las ocasiones.

Ed acostumbraba a elegir productores y editores musicales demasiado pintorescos y estos tenían ideas demasiado cansadas para el ojiverde.

El músico tenía por seguro que su guitarra y él eran suficientes para entrar en los corazones de sus fans pero en realidad no era así pues en el mundo de la música hay mucha competencia y cada disco necesita un buen marketing para entrar por los ojos de los compradores, antes de hacerlo por sus oídos.

Tras disfrazarse y meter un poco de ropa en una maleta, este salió por la puerta y caminó por las calles, oculto de las curiosas miradas y molestos paparazzis acosándolo con sus flashes.

Así, de incógnito, se sintió más cómodo y relajado por eso había dejado su coche en la casa, necesitaba aire fresco y dar un paseo, seguro le ayudaría a dormir.

A cada paso, Harry se fue despojando de parte de su agónica melancolía pues pasando totalmente desapercibido, pudo admirar lo bonita que estaba la luna en lo alto del cielo y lo hermosas que eran las luces de las cuidad.

La verdad era que ya llevaba un tiempo notándose cansado de su vida, a pesar de amar su trabajo pero se sentía incompleto.

Mientras caminaba por las aceras de la calles, volvió a sentir la paz y ese cosquilleo que invadió su cuerpo, justo como la primera vez que se había subido a un escenario.

En el trayecto, reparó en que el apartado de su representante no estaba lejos, así que decidió hacer un parón e intentar dialogar con él para llegar a un acuerdo.

Cuando minutos después, este llegó al edificio, reparó en que el coche de Ed estaba parado frente al portal y parecía estar dentro de él con otra persona.

El músico se quedó asombrado en cuanto las puertas se abrieron y su representante salió, entonces vio que rápidamente rodeó su coche y ayudó a un muchacho a salir también.

Harry no tenía ni idea de que a este le gustaran los hombres y mucho menos que saliese con alguien tan joven.

Movido por su incertidumbre y los restos de alcohol en su sangre, decidió acercarse y hablarle.

...-Buenas noches, ¿Acaso estás evitándome?- preguntó molesto parándose tras ellos.

Ed se giró sorprendido, lo mismo que hizo su acompañante, el cual resultó conocido para el músico, aunque no recordaba de donde.

-¿Hazza?, ¿Qué demonios haces aquí?, ¿Has estado bebiendo de nuevo?-El representante enseguida miró a su acompañante quién se había quedado atónito, como si le faltara el aire.

-¿Ha-Harry?-el más joven emitió un leve balbuceó

-Llevo tiempo intentando localizarte- habló el músico nuevamente-me he ido de mi casa y necesito pasar un tiempo lejos. Quería que me acogieras en tu casa pero ahora iba camino a un hotel. Por cierto, ¿no vas a presentarme?.

Ed habló nervioso.

-É-Él bu-bueno es... él es...

-Soy yo, Louis-dijo el adolescente con algo de tristeza en la voz-soy el ganador del pase VIP de uno de tus concierto, supongo que no me recuerdas.

El ojiverde frunció el ceño y se acercó más a este para verlo de cerca.

-Oh joder, es cierto, eres ese chiquillo.

Instintivamente, el adolescente de tapó la nariz pues su ídolo apestaba a alcohol.

-No soy un chiquillo-le corrigió rápidamente-tengo quince años.

El músico se giró y golpeó a su representante en el hombro.

-¿No te da vergüenza?, ¿Acaso no ves que es un crío?, ¿Saben sus padres que sale contigo, un hombre hecho y derecho?

El pelirrojo asintió con la cabeza.

-Si por supuesto que lo saben y están de acuerdo.

Louis entonces se apartó de ellos y sacó el móvil de su bolsillo.

-¿Qué haces?- preguntó el representante con extrañeza.

-Llamo a un taxi, me iré a mi casa.

-Creí que te quedarías en mi casa por una semana- el representante lo cogió de un brazo- tus padres no regresan hasta entonces, además tus cosas...

-No quiero molestar, yo ...

Harry miró a Ed aún más molesto.

-¿Se está quedando en tu casa?, ¿Desde cuándo?

-Un par de días- respondió este- tenemos un trato y no dejaré que lo rompa-el representante le arrebató el móvil a Louis.

-¿Trato?- Harry reaccionó aún más molesto- ¿Qué clase de trato?, ¿ahora lo llaman así?

El más joven miró de nuevo a su ídolo con desconcierto pues parecía estar haciéndose una idea equivocada de la situación.

-Es solo trabajo, nada más, yo sol...

-No tienes que explicar nada- le interrumpió el representante-al ojiverde no le interesa hablar de ciertos temas, además, así bebido no lograrás hacerle entender.

Finalmente el músico chasqueó la lengua con fastidio y acto seguido dirigió la vista a Ed, al que dió su maleta para comenzar a caminar hacia el edificio.

-Ok, entonces si no hay nada romántico entre vosotros, supongo que no habrá ningún problema en que yo me quedé aquí también.

El representante entonces resopló con molesta resignación.

-No, claro que no, cómo podría negarme a tu siempre grata compañía.
.......

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69. Olvidé respirar - Larry Stylinson TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora