Veintitrés

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Por la mañana, Jay estaba por salir hacia su nuevo trabajo pero antes se encaminó hasta la habitación de su hijo y lo apuró para que este no llegase tarde a las clases en el nuevo instituto.

...-Cielo, date prisa, son casi las ocho y media.

-¿Mamá puedo no ir hoy?, Todavía tengo mucho sueño

La mujer negó y rápidamente entró en la habitación y corrió las cortinas.

-De eso nada. Venga, arriba. Arreglate y vete que pronto comienzan las clases, yo ya tengo que irme.

Louis refunfuñó pero finalmente obedeció.

-Así me gusta. Oye y alegra esa cara, todos creerán que estás enfadado con ellos.

-No lo estoy con ellos, lo estoy contigo y con papá por traerme a este país.

Lejos de molestarse, la mujer sonrió con ternura, luego estiró su mano y acarició la cabeza de este.

-Sé que es duro cariño pero verás que en unos días todo irá mejor. Siento no acompañarte en tu primer día pero también es el mío y debo estar allí cuanto antes.

El ojiazul chasqueó la lengua con desgana.

-Si claro, lo entiendo

De repente el timbre de la puerta se escuchó.

-Ok, ese debe ser Liam que viene a buscarme para llevarme a la empresa. Date prisa, arreglate y desayuna algo. Te quiero mucho, hijo. Adiós.

-Adiós, mamá

Tras despedirse con un tierno beso, Jay se fue dejando a su hijo totalmente deprimido pues había mirado su móvil y no tenía ningún mensaje.

Minutos después, este se arrastró hasta la ducha y luego de derramar varias lágrimas, las cuales se fueron por el desagüe, este se vistió y fue a la cocina, donde a pesar de tener sus cereales favoritos no fue capaz de probar bocado.

Este decidió mandarle un mensaje al músico.

Mensaje:

Te amo, esto es un infierno

El joven estudiante resopló molesto pero intentó no desesperarse pues pensó que seguro Harry estaría dormido pues estaría agotado.

Poco antes de salir del apartamento, su móvil vibró en su bolsillo, entonces rápidamente lo sacó y vio que era un mensaje del músico.

Mensaje de Harry

Buenos días, pequeño. Yo también te amo. Mucha suerte en tu primer día, hablaremos en la tarde cuando salgas.

El ojiazul sonrió y ya me animado, se fue caminó a clase y aunque estaba bastante nervioso por como le iría en ese nuevo instituto, tenía la esperanza de que al menos haría un amigo, ya que así le sería más fácil y no echaría tanto de menos a Niall.

Cuando al fin llegó ante el gran edificio, el ojiazul caminó con decisión a través de los jardines llenos de estudiantes y a continuación entró.

El conserje lo miró extrañado, entonces se dio cuenta que había hablado con acento americano.

-Oh emm...hola, mi nombre es Louis y soy nuevo aquí.

El hombre asintió y a continuación le indicó que le siguiese pues le mostraría el aula que le pertenecía.

69. Olvidé respirar - Larry Stylinson TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora