69. Olvidé respirar - Larry Stylinson Terminada

Treinta y uno

Harry estaba desesperado por hablar con Louis antes de que este se fuese de nuevo a Inglaterra.

El más joven no había querido responder a ninguno de sus mensajes, ni tampoco le había contestado a las llamadas que le había hecho.

Finalmente, este decidió arriesgarse y presentarse en la casa de los Tomlinson pero al llegar se encontró con que Jay estaba sentada en el jardín, disfrutando de un café mientras hablaba por su móvil.

La mujer estaba ultimando todos los detalles con el notario, a causa del testamento de su exmarido y también con el alquiler de la casa, ya que su hijo no había querido que la pusiera a la venta.

En un par de días se irían y debía arreglarlo todo pues el tiempo que le había dado la empresa para temas personales, ya llega a su fin.

Desde la parte de atrás de un taxi, el músico esperó una oportunidad, la cual llegó unos veinte minutos después cuando vio salir a la mujer de la casa, despedirse de su hijo y subirse al coche de su exmarido.

Tras ver alejarse el vehículo, el ojiverde pagó al taxista y a continuación se bajó, luego caminó hasta la puerta principal y timbró.

La puerta se abrió con rapidez, sin embargo cuando el joven ojiazul vio de quién se trataba, trató de cerrarla de golpe pero el mayor puso su pie y logró entrar.

....-Vete, no quiero saber nada de ti-dijo Louis caminando hacia el salón- Además mi madre no tardará en venir.

El músico resopló con resignación pero no obedeció, este le siguió hasta detenerse frente a frente.

-Pequeño, no puedes ser así, yo te amo y tú me amas.

-No, yo ya no te amo.

Harry sonrió ante el tierno puchero del más joven.

-Está siendo caprichoso y ni siquiera me dejas dar mi punto de vista en esta historia.

-Eres un cobarde, siempre lo has sido. Te da miedo ser feliz y por eso ni siquiera te has planteado mi propuesta.

El músico extendió su mano y acarició las mejillas de este, de las cuales estaban comenzando a rodar unas lágrimas.

-Si lo he pensado y sabes que si quiero ser feliz contigo pero nuestra situación no es fácil.

-Sé que no es fácil pero yo tan solo quería que me dijeras que lo pensarías pero te negaste muy rápido.

-No, tienes razón, lo siento pero estaba en shock, no me lo esperaba.

Louise se limpió las lágrimas.

-¿Y ahora que lo has pensado?, ¿Qué dices?

El ojiverde dio un paso y estirando sus brazos rodeó el cuerpo del más joven y lo abrazó.

-Te amo más que a mi vida, eso nunca lo dudes, pequeño pero debes ponerte en mi lugar. No puedo dejar colgado a Ed, ni tampoco cancelar todos los conciertos y eventos que tengo contratados en los próximos meses. Además está tu madre, ella no aceptará nuestra rel....

-Tendrá que hacerlo, Hazza- le interrumpió el joven moreno- En Inglaterra yo ya soy un adulto legalmente.

-Pequeño, para tu madre siempre serás su bebé y mientras no cumplas los veinte, estés aquí o en Inglaterra, no lo soportará y yo no quiero que os separeis por mi culpa.

El ojiazul resopló desanimado.

-Entonces, nosotros seremos los que seguiremos separados ¿verdad?.

El músico besó las mejillas de este.

-Ed me ha dicho que en Marzo tengo unos días libres, así que iré allá y estaremos juntos de nuevo.

-¿Lo prometes?

-Si, lo prometo.

El joven ojiazul asintió muy sonriente y a continuación dio un salto para subirse a la cintura del músico, haciendo que este perdiese el equilibrio y cayese en el sofá.

-Oh Dios mío, ¿Estás bien?-preguntó ojiazul al verlo gemir de dolor.

El mayor suspiró con resignación.

-Si, estoy bien. Es solo que no me acostumbro a tus ataques sorpresa, auch, mi espalda- rió el músico entre risas.

-Lo siento, es que te hecha a mucho de menos y no sabes lo que me estaba costando hacerme el duro. Casi me muero al verte en la puerta, no creí que fueses capaz de venir.

-De hecho llevaba un buen rato esperando. No sabía que más hacer, tú ni respondías a mis llamadas.

Louis se inclinó y le dió un beso en los labios

-Estaba molesto y triste pero después de pensarlo creo que tienes razón, es mejor esperar .

-Te amo, pequeño.

-Yo también te amo, Hazza.

Un nuevo beso se dio y luego otro y otro más, hasta que el mayor suspiró profundamente.

-Creo que debería irme, tu madre vendrá pronto y no quiero que nos encuentre en una situación comprometida.

El joven ojiazul negó.

-Ella tardará bastante. Se ha ido a la notaría y después iba a casa de su amiga a tomar café y charlar. Seguro no vendrá hasta la noche.

-Eres un diablillo, ¿Por qué me mentiste diciéndome que regresaría pronto?

Louis soltó una tienda y sonora risilla.

-Estaba molesto y solo quería molestarte.

Harry suspiró y acto seguido sonrió de nuevo.

-Oh Dios, como puedes ser tan adorable, pequeño.

Ambos se abrazaron.

-¿Tienes trabajo?

-No, he dicho a Ed que no me encontraba bien, así que ha cancelado la sesión de fotos para la revista musical.

El ojiazul se mordió el labio y lo miró con lascivia.

-Te deseo Hazza, ya no puedo aguantarlo más. Quiero hacer el amor contigo.

-L-Lou, pequeño, sabes que no puede ser. Ya lo hemos hablado.

-Pero tú también quieres hacerlo, nadie se enterará.

-Yo si lo sabré.

-En pocos meses tendré dieciiete.

-Lo sé pero debemos ser fuerte, por favor no me lo hagas más difícil.

El joven chasqueó la lengua con fastidio y acto seguido se bajó de las piernas del músico.

-Estoy cansado de masturbarme pensando en ti. Quiero dejar de imaginar cómo sería el hacerlo, necesito que me folles ya.

El mayor se levantó y frotó su cabeza con sus manos totalmente frustrado.

-No me digas eso, no me ayudas en absoluto. Yo tan solo quiero respetarte y si me hablas así, no puedo garantizar que pueda conseguirlo.

Louis se levantó y asintió.

-Ok, ok, me portaré bien.

Ambos caminaron hasta la puerta principal y tras unos cuantos besos y abrazos más, se despidieron.

Finalmente el mayor llamó un taxi y se fue a su casa pues no quiso arriesgarse a toparse con Jay y complicarlo todo, mucho más de lo que ya estaba.

......

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