Veintisiete

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Poco antes de que el reloj marcara las nueve de la noche, Louis entró en el apartamento muy apurado, tras haberse despedido de Harry, el cual luego regresó al hotel.

Este aún no había dejado su mochila en su habitación, cuando de repente escuchó el timbre de la puerta.

...-¿Quién será?, Mamá tiene llaves -sé preguntó dudoso mientras se dirigió allí.

-Abreme la puerta, jovencito, sé que estás ahí.

-Oh mierda, es Zayn- susurró el joven ojiazul al escucharlo -suena muy molesto.

-Louis, ábreme ahora.

-Lo siento, ya me voy a la cama, nos veremos mañana.

-Abreme o se le diré a tu madre

El chico rápidamente abrió y miró al mayor con ojos aguados.

-No, por favor. No le digas nada a mi madre de esto- suplicó.

El mayor resopló con resignación a ver al más joven de una pieza y sin un rasguño.

-¿Sabes lo preocupado que estaba?, Me has tenido en vilo toda la tarde, ¿Quién era ese hombre?, ¿Por qué te fuiste con él?

-Te prometo que te lo explicaré todo pero ahora vete. Mi madre está por llegar y todavía no he hecho los deberes de mañana.

-¿Cuándo harás eso?, ¿Cuándo me hablarás de tu novio secreto?

El más joven miró al psicólogo con sorpresa.

-¿Có-Cómo lo has sabido?

-No hace falta ser muy inteligente. Sabía que tu depresión tendría un trasfondo como este pero dime, ¿Cuánto tiempo se quedará?.

-No lo sé, creo que solo ha venido por un par de días.

Zayn asintió conforme.

-Está bien, te guardaré el secreto no pero luego me lo contarás todo, ¿Ok?

-Ok, muchas gracias Zayn.

(...)

En el día siguiente, tras pasarse todas las clases muy ansioso por volver al hotel donde Harry se alojaba, nuevamente los chicos pasaron unas horas juntos en la cama, muy abrazados y sin querer separarse.

En el día siguiente, tras pasarse todas las clases muy ansioso por volver al hotel donde Harry se alojaba, nuevamente los chicos pasaron unas horas juntos en la cama, muy abrazados y sin querer separarse

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...-Mi vuelo saldrá en la madrugada, debo regresar. Mañana en la noche tengo un concierto en San Francisco. Ed ha estado llamando sin parar para apurar mi regreso.

-No quiero que te vayas, Hazza. Te voy a extrañar muchísimo.

-Lo sé, pequeño pero tiene que ser así. Tan solo te pido que ya no estés tan triste. Te prometo que en cuanto pueda volveré, ¿De acuerdo?

El joven ojiazul se abrazó con mucha más fuerza al cálido cuerpo del músico.

-Te amo, ya cuento los días para estar así de nuevo contigo.

69. Olvidé respirar - Larry Stylinson TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora