Veintidós

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Noviembre 2019

Tan pronto Louis puso un pie en el aeropuerto, el recuerdo de su angustiosa despedida de Harry, le sacudió todo el cuerpo.

...-No quiero irme mamá, no puedo, quiero quedarme aquí con papá- habló este en un último intento de convencer a su progenitora.

La mujer negó.

-Ya hemos hablado de esto hasta el cansancio hijo. Tienes que venir conmigo, tu padre y yo así lo acordamos y ya no hay marcha atrás.

-Pe-Pero....

-Lo siento hijo, la decisión es irrevocable. Venga vamos, nuestra nueva vida en Inglaterra nos espera.

El menor resopló con resignación y siguió caminando tras su madre hasta el mostrador, donde debían facturar su equipaje.

Una hora después, sin remedio, la mujer y el afligido joven se subieron al avión, el cual poco después despegó con destino a la capital inglesa.

Varias horas más tarde, el aparato volvió a aterrizar y los pasajeros sanos y salvos se bajaron y salieron por la puerta de embarque.

En la terminal, los esperaba un guapo chico ojimiel.

-Soy la señora Poulston- -dijo la madre de Louis tras acercarse

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-Soy la señora Poulston- -dijo la madre de Louis tras acercarse.

-Oh, bienvenidos. Yo soy Liam Payne y seré su ayudante y guía señora, mientras usted se adapta.

-Oh vaya, gracias. Llamame Jay y este es mi hijo Louis. No pensé que la empresa tuviese empleados tan jóvenes- sonrió esta-¿Cuantos años tienes muchacho?

-Oh tengo veintiocho años y llevo tres en este país.

El menor recibió una linda sonrisa del guapísimo chico pero este ni siquiera se inmutó pues estaba demasiado triste.

Tras guardar las maletas en la parte trasera de la ranchera de Liam, los tres se subieron para poner rumbo a su nuevo hogar.

El edificio donde la empresa alojaba a sus trasladados empleados, era muy lujoso y tenía todas las comodidades, a parte de que estaba cerca del instituto donde el ojiazul tendría que repetir el último curso y a tan solo quinientos metros de una universidad.

...-Aquí está, el apartamento veintiocho. Este será suyo a partir de ahora, señor .. Jay-dijo el guapo chico abriendo la puerta y encendiendo todas las luces-Bueno, les dejaré para que se instalen. Si necesitan algo, no duden en llamar en el número veintiséis. Tanto Zayn, mi marido, como yo, les atenderemos gustosos.

-Vaya, es mucho mejor de lo que me esperaba- habló la mujer entusiasmada entrando -¿Qué te parece hijo?

El menor miró el lugar y se encogió de hombros, totalmente inmune a lo que le rodeaba pues tan sólo podía pensar en que ese lugar no era donde estaba Harry.

69. Olvidé respirar - Larry Stylinson TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora