Siete

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Ed entró con molestia en su apartamento, seguido de sus dos invitados, quiénes subiendo en el ascensor minutos antes, no habían dejado de mirarse.

Ed entró con molestia en su apartamento, seguido de sus dos invitados, quiénes subiendo en el ascensor minutos antes, no habían dejado de mirarse

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Tras soltar la maleta de su representado, este emitió un gruñido.

-Aaaarrrg...al fondo hay una habitación libre, puedes instalarte allí- habló dirigiéndose al ojiverde- te aconsejo que te acuestes ya, mañana hay mucho que decidir.

El músico sonrió con sorna y acto seguido cogió su equipaje, mientras vio como este se acercaba a Louis y le acariciaba suavemente un hombro.

-Bueno, ahora te haré esa cena tan deliciosa que te prometí, ve a bañarme, ¿De acuerdo?

El más joven asintió solamente con la cabeza pues se sentía muy abrumado, ante la atenta mirada de ambos hombres.

-Wow, así que cocinas y todo-dijo el músico con sarcasmo deteniendo su paso- vaya, llevo años conociéndote y jamás me has preparado nada.

El representante hizo oídos sordos y caminó hasta la cocina, donde se dispuso a comenzar mientras cogía un delantal.

El castaño ojiazul echó a andar, dirigiéndose hacia la habitación, la cual llevaba dos días ocupando pero entonces fue detenido por la mano de su ídolo.

-¿Cómo es que has acabado aquí?, ¿Qué es lo que Ed quiere de ti?- preguntó muy impaciente-¿Hay algo entre él y tú?

Louis negó casi ofendido.

-No, claro que no hay nada entre nosotros, es solo trabajo.

Harry frunció el ceño y aún sujetando al chico lo llevó por el pasillo hasta detenerse en la puerta que su representante le había dicho.

-Muchacho, no sabes el peligro que corres aquí, eres menor y no puedes estar viviendo bajo el mismo techo con dos hombres mayores.

-¿Por qué?

El músico chasqueó la lengua con fastidio.

-Está más que claro que Ed está interesado en ti y si llegara a ocurrir algo entre vosotros, eso sería delito.

El más joven miró al suelo con tristeza.

-No soy un niño ¿Sabes? y además yo no...

-Claro que no-le interrumpió rápidamente el músico- tú debes estar con gente de tu edad. No puedes involucrarte con hombres como nosotros, corres peligro aquí, deberías irte cuanto antes.

-¿Por qué me dices esto?, ¿acaso no quieres tenerme cerca?

-No, no es eso pero no está bien, debes irte cuanto antes. Vete antes de que te desgracies la vida, es por tu bien, todavía eres un niño.

Tras escuchar eso de la boca del hombre al que amaba, el más joven dio un paso atrás y aguantando las lágrimas echó a correr.

Tras llegar a la puerta de su dormitorio, este la abrió y rápidamente se metió en el interior, donde tras cerrar se dejó caer mientras rompía a llorar.

-Yo te amo, yo te amo solo a ti- repitió muy dolido-y no soy un niño, no lo soy.

El músico entró también en la habitación que su representante y amigo le había indicado y luego de cerrar, soltó la maleta y se desplomó sobre la cama.

Se sentía realmente mal y ni siquiera sabía porqué la había tomado con Louis pues no era asunto suyo si Ed terminaba en la cárcel por meter la polla en un culo adolescente.

Lo cierto, era que su amargura le estaba haciendo aborrecer la felicidad de cualquiera a su alrededor, era cruel e injusto pero no lo había podido evitar.

Ver con qué ojos de depreciación, su representante había mirado al ojiazul, le había recordado de alguna forma la infidelidad de Taylor.

Pasada una media hora, el representante ya tenía la mesa puesta y su plato estrella preparado, spaghetti carbonara, sin embargo no había rastro del más joven.

-¿Por qué tardará tanto?

Extrañado se quitó el delantal y caminó hasta la puerta de este, entonces tocó con los nudillos.

-Lou, ¿estás bien?, La cena ya está lista.

Este esperó unos segundos pero la puerta no se abrió, ni tampoco obtuvo respuesta.

-Louis- llamó de nuevo- oye, voy a entrar.

El pelirrojo giró el pomo de la puerta y tras abrir vio que todo estaba a oscuras, entonces encendió la luz y reparó en el bulto de mantas de la cama.

-Lou, ¿Ya estás dormido?, ¿Te encuentras bien?- preguntó acercándose.

El chico tapado totalmente y en silencio, esperó a que el mayor desistiera y se fuera pues no tenía cuerpo para enfrentarlo, tras haber estado llorando, desde que había escuchado las duras palabras del músico.

-Oye, ¿Duermes?- escuchó de nuevo.

Luego de eso, notó la mano del representante sobre las mantas y a continuación un profundo suspiro.

-Ok, está bien, descansa entonces, buenas noches.

Hasta el momento, Louis no había pensado en que los actos y muestras de atención de Ed fueran con intenciones amorosas como el guapo ojiverde le había dicho pero ahora que había esa posibilidad, ya no estaba tan seguro de querer estar allí.

En un principio, la idea de participar en la promoción del disco de su crush le había parecido lo más increíble del mundo pues estar cerca de él por mucho más tiempo que las horas que había pasado con el pase VIP, era como un sueño.

Sin embargo, todo se había empañado de un matiz sucio, tras haber escuchado al músico y comprobar que para él tan solo era un molesto adolescente, quién había llegado para entorpecerlo todo.

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69. Olvidé respirar - Larry Stylinson TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora