Veinticinco

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Diciembre 2019

Harry estaba sentado en la mesa de la cocina frente a su comida, la cual se había preparado al llegar del estudio, sin embargo no tenía nada de hambre.

El músico llevaba horas dándole vueltas a una cosa, luego de ver a llorar durante toda la videollamada del día anterior, quejándose de que cumpliría los dieciséis años y sería el peor día de su vida.

Él lo había llamado nada más despertarse y le había cantado una canción y mandado todos los besos del mundo pero al parecer no había sido suficiente y por ello el mayor se sentía realmente muy mal.

Sabía lo importante que era para cualquier niño y adolescente cumplir años, además de que ya hacía meses que estaban lejos el uno del otro, por ello estaba pensando en liarse la manta a la cabeza e ir a verlo.

Era arriesgado pues era un personaje público y además estaba el hecho de que la madre de Louis pudiera enterarse de todo, por ello debía actuar con cautela.

Tras pensarlo mucho, finalmente unos días antes de Nochebuena, este llamó a Ed y le dijo que estaría ausente unos días pues no aguantaba más y quería ver al ojiazul.

El representante puso el grito en el cielo como era de esperar pero nada de lo que dijo, hizo que este cambiase de idea, así que sin demora el ojiverde compró un billete online y dos días después hizo las maletas y se fue al aeropuerto para coger un vuelo nocturno y evitar así a la prensa y las fans.

Con gafas de sol, una gorra y una peluca, Harry logró subir al avión sin mayor riesgo y varias horas después, aterrizó en Inglaterra.

Tras coger un taxi, se fue a un hotel de las afueras de la ciudad pues ahora era bastante conocido mundialmente y seguía siendo un riesgo si lo descubrían.

Luego de registrarse en recepción y subir a la habitación, este se tumbó en la cama para descansar un rato.

En la tarde anterior al veinticuatro, este aprovechó para visitar a su padre, quién era un empresario reconocido en la cuidad y al cual hacía más de diez años que no veía en persona.

Cuando sus padres se habían divorciado su hermana mayor y el ojiverde se habían ido a California con Anne, su madre.

Luego de deso, el músico recorrió la cuidad que lo vio nacer y nuevamente disfrazado visitó las tiendas para encontrar un buen regalo que hacerle al ojiazul.

Todavía tenía tiempo pues que llegase la hora de poder ver al menor, quién probablemente saldría de los recreativos e iría directo a casa, como le había dicho que hacía desde que habían comenzado las vacaciones navideñas.

Sin embargo, casualmente ese día, Louis había quedado con Zayn para ir a una nueva cibercafetería y pasar un buen rato, otra estrategia del mayor para lograr hacerle abrirse y que siguiera contándole cosas.

En el tiempo que había pasado con el menor, este había indagado y había logrado que le hablara de su vida en Los Ángeles y de sus estudios, aún así, no había averiguado el motivo real que lo tenía así de deprimido.

El músico vagamente había oído hablar a Louis de sus vecinos pues el menor no había querido preocuparle si le decía que había estado viéndose con el psicólogo.

Por ello, cuando Harry vio que el joven ojiazul se detenía muy sonriente frente a un tipo mayor a la puerta del recreativo y se iban juntos, se quedó totalmente desubicado.

....-¿Quién demonios es ese tipo?, El caso es que me sueña mucho pero ¿Acaso nadie en este país se extraña de que un jovencito de dieciséis se vaya con hombre mucho mayor?-sé preguntó molesto.

-Oiga, ¿De qué lugar tercermundista es usted?- rió el taxista- aquí un chico de esa edad ya es mayor y puede ir con quién le de la gana, nadie puede meterse.

El músico resopló apretando sus puños pues era muy injusto saber eso.

-Deje de hablar y sigalos, por favor.

El hombre asintió y arrancó su taxi para seguir a Zayn, el cual luego de unos minutos aparcó en la cibercafetería.

El ojiverde pagó al taxista y se bajó, tras ver que estos se apeaban y entraban en el local.

-Louis, espero que tengas una muy buena explicación para esto- refunfuñó ajustándose el disfraz para entrar también.

Este se sentó en una de la mesas más alejadas, la cual le permitía ver todos los movimientos de los chicos y muy molesto se pidió una cerveza.

Zayn y Louis totalmente ajenos a la mirada de este, se tomaron sus Cocacolas mientras hablaban y jugaban a videojuegos en dos de ordenadores disponibles.

En un momento dado, el joven ojiazul se fue al baño, momento en el que el músico aprovechó para descubrirse y reclamarle.

Tras hacer sus necesidades, Louis se acercó a los grifos para lavarse las manos, entonces lo vio acercase pero no le reconoció hasta que este le habló.

-Parece que cambiando de país, también han cambiado tus gustos.

El chico se quedó totalmente estático y mucho más lo hizo, cuando el mayor se quitó la gorra, la peluca y las gafas.

-Ha-Hazza, ¿Q-Qué haces a-aqui?, ¿Có-Cómo has...

-¿Cómo te he descubierto con tu amante?-le interrumpió el músico furioso-oh perdona por dejarlo todo y venir a verte, parece que molesto. No sabía que llevabas tan bien tus dieciséis con ese tipo, que hasta sonríes todo el tiempo y bromeas pero en cambio cuando hablas conmigo tan solo lloras.

-No, no es así, déjame explicarte- Louis negó muy afligido e intentó abrazarlo pero este no le dejó.

-¡Sueltame!

-Harry, escucha, por favor

El mayor resopló y chasqueó la lengua con incredulidad.

-Ha sido un error venir, ahora lo veo. Adiós Louis, espero que estés bien.

-¡No!, ¡no, espera!-le gritó el joven ojiazul viendo como este se iba- ¡puedo explicarlo!, ¡Espera Hazza!

Rápidamente el músico se puso su disfraz, se fue hacia el mostrador y pagó su consumición, luego salió del local, mientras escuchaba a Louis llamarlo.

Zayn se levantó con rapidez y miró muy desconcertado al ojiazul, quién se acercó a su sitio, cogió su mochila y también salió del lugar, detrás del músico.

-Oye, espera, ¿A dónde vas?, ¿Quién es ese?- preguntó el morocho pagando para salir tras él.

Harry logró parar otro taxi y meterse en él pero este no logró arrancar pues el ojiazul se puso delante y luego se subió también.

-Bájate, no tenemos nada más que decirnos- habló el músico sin mirarle.

-Si tenemos que hablar, tengo que decirte que....

-¿A dónde vamos, señores?- preguntó en francés el taxista.

-Arranque y saquemos de aquí-le ordenó el más joven viendo que Zayn se aproximaba-¡rápido!, ¡arranque ya!

El taxista obedeció y haciendo chirriar las ruedas, arrancó, dejando que el psicólogo corriese tras el hasta que se quedó sin aliento.

Mientras en el interior del vehículo, Harry y Louis mantuvieron silencio el resto del tiempo, hasta que al llegar a las afueras de la cuidad, donde estaba el hotel en el que se hospedaba el músico, este le dijo que se detuviera.

Tras pagar, el ojiverde se bajó seguido del más joven, el cual aún en shock, no perdía las esperanzas de poder explicarse y poder abrazar al amor de su vida, en cuanto lo entendiese todo.

.......

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69. Olvidé respirar - Larry Stylinson TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora