Capítulo 11.

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Un mes después.                                                                        Desde el punto de vista de muchas personas esta bien mi mundo. Tengo amigas. Tengo "novio". Pero desde el mío es una pesadilla. Desde que estoy con Peyton "conociéndolo". Tengo pegada a Hilary todo el rato. Ella es lo que quería que yo me echará un "novio" cercano y salir los cuatro en pareja. Antes rotundamente me negaba, pero que ya esta noche es la tercera vez que he quedado en pareja con ella y su novio. Parece pesadillas de la mal gusto, pero todo lo hacia por un motivo. Ewan. Él me negaba que saliera con su amigo. Pero él no es nadie para decirme nada. Por eso "estaba" con Peyton. Aunque la relación entre Ewan y yo.. ha mejorado algo. Nos intercambiamos pocas palabras, pero bueno. Nos encontrábamos los cuatros en una hamburguesería comiendo. Todo parecía de típico salida de adolescente de 17 años. Nunca me gustaron las citas dobles. Ni mucho menos si cada uno tiene que pagarse lo suyo, por eso estoy aquí. Por qué Peyton me lo paga todo. Si pienso que es un caballero es muy ridículo, pero lo es. Hoy iría esta noche a casa de Peyton a tirarmelo. A mi no me da reparó acostarme con él por qué es guapo. Pero él lo estaba evitando hasta esperar esta noche. Justo cada uno se iba por su camino, comenzaba a llover.                                                                    *******                                           Entremos rápidamente a su casa. No había nadie y menos mal que no nos pilló toda la lluvia. Daba unos cuántos pasos al salón para asegurarme que no había nadie en casa.                                                                       
—¿Cuando vienen tus padres?.— Pregunté mirando rápidamente el salón. Me giraba luego mirándole a él, esperando a su respuesta.—                                                                        
—Mañana a la tarde, tenemos la casa la noche libre.— Dijo un tanto nervioso. Puso una mano en su nuca sonriendo un poco de los nervios.—                                                                        
—Genial.— Dije andando hacia a él aceleradamente.—                                                                                                                                        Puse las manos en su cuello besándole repentinamente. No se esperaba que iba a ser tan directa. Varios minutos le estaba besando bajando mis manos para quitarle su camiseta. Bajo sus manos a las mías corriendo agarrandolas. Me impedía quitarle la camiseta. Apartaba mis labios de los suyos rápido. Frucia el ceño sin entender su reacción. ¿Y esto?.                                                                                                                                                
—¿Que pasa?.— Pregunté.—                                                                        
—Quiero enseñarte algo, ven.— Dijo soltando una mano, aunque la otra aún la tenía agarrada.—                                                                                                                             Comenzó andar mientras agarraba mi mano. Andaba detrás de él extrañada. A saber que me enseñará. Cuando llegamos a una puerta, me soltó la mano. Suponía qué era su cuarto. Abrio la puerta despacio dejandome pasar. Me quedaba mirándole viendo que se apoyo en la puerta. Tenía una sonrisa completamente tímida. Me hizo una señal de que entrará. Parecía ansioso. Entré a su cuarto. Oh, Dios mio. Mis ojos están sangrando. Mucho. Su cuarto. El suelo. Su mesita de noche estaba llena de velas. Su cama llena de pétalos de flores formado un corazón. En medio había una rosa. ¿Que mierda es esto?. La cara se me cambio por completo. Puse una mano en mi frente sin creerme lo que estaba viendo. ¿Pero que coño es esto?.                                                                      
—¿T-te gusta?.— Preguntó con su temblor de voz, oía como andaba hacia a mi por detrás hasta ponerme al lado mía.—                                                                         
—Esto..-Seguía en la misma posición sin saber que hacer. Quité la mano de mi frente dibujando en mi cara una sonrisa forzada. No sabía como decirle que odiaba estas cosas.— ¿Donde esta aquí el servicio?.—                                                                        
—¿Q-qué?.— Dijo sin esperarse mi reacción. Abría y cerraba su boca varias veces dejandóla finalmente abierta, señalaba dónde estaba en el servicio.— Esta ahí.—                                                                                                                                       Corrí hacia el servicio entrando. Di un portazo yendome al lavabo. ¿Es una sala de cupido lo que acabo de ver? Los tios no hacen ese tipo de mariconadas. Yo solo quiero echar un polvo, sin sentimientos y el me hace una floristería. Por Dios como a la mayoría de tias le puede gustar eso. Mantenía mi mirada en el espejo con el rostro mojado de agua. Tenía mis ojos abiertamente para decirle la excusa. Para la proxima vez que se folle a un oso moroso.

Ahora ellas son los chicos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora