Esperaba a que Emily abriera su taquilla aunque veía que estaba atascada finalmente se abrió de golpe, salía de ahí un par de tangas. La gente se reía ante la situación. Emily se retiró un poco de esa ropa interior mirando al suelo. Me quedaba mirando a esas personas que se reían y el del último que era Jason no se reía. Le pillé con su cara de preocupación. Cuando vio qué me fijé en él sacudió su cabeza echando una risa forzosa. Rápidamente se fue. No puede ser. Ya te pillé Jason.
Mientras estábamos en clases, yo estaba pensando en lo que me imaginé ayer aunque era imposible pero veo que todo era posible. A Jason le gusta Emily. Esa cara de embobado, de preocupación, como si le molestará lo que le hicieran a ella. Ya me se su plan, eres tan idiota.Como el viernes había llegado íbamos hacer noche de chicas para animar a Emily. La pobre había pasado la peor semana de su vida. Aunque las dos se estaban hartando de comida muy basura, yo solo estaba lamiendo la cuchara llena de helado de fresa. Las dos hablaban ignorando la maldita pelicula de amor que veíamos. Raro que las dos de llevaran bien pero me alegró en vez de qué estén peleándose.
En medio de la pelicula se oyó el móvil, era el de Hilary, pero ella estaba en el baño. A si que me decidí cogerlo yo.
—¿Quién es?.— Pregunté.—
—¿No eres Hilary?.— Pregunto una voz masculina. Era Ewan.— —Ya ves que no.— Contesté.—
—Dormiré entonces mejor, buenas noches.— Susurró con un tono alegre, colgo luego.— Frucí el ceño mirando el móvil de Hilary. ¿Que querría decir eso con eso?. ¿Que dormirá mejor.. oyendo mi voz? ¿A que venía esto?. Dejé el móvil en el escritorio alejándome y volviendo a sentarme a la cama.
Aunque nos fuimos a dormir muy tarde mis pensamientos me impedían a lo de el otro día de la salida y lo de está noche. Puede que él sea a sí de naturaleza, pero eso en mi idioma es tontear. Sería imposible, él esta con mi amiga, tampoco me sorprendería los tíos son unos cerdos.
Sería sobre las doce de la mañana y ellas aún dormían, no dormí mucho tampoco y no las iba a despertar, a si que me fui a la bolera. Al entrar estaba mirándome en el pequeño espejo que siempre llevaba encima mientras retocaba mi pintalabios rosa claro de labios. Cuando guardé todo en el bolso miré a la barra. Alce mis cejas mirándole con una sonrisa irónica. A la que sorpresa.
—¿Bebiendo ya tan temprano?.— Pregunté mientras me cruzaba de brazos mirándole con mis cejas alzadas.—
—¿Hm?.— Giro su mirada a mi, luego rodó sus ojos.— La que faltaba.— Dijo Jason quitando la mirada de mi, volvía a coger su copa dando un sorbo.—
—No pensé que eras alcohólico.— Andaba por detrás de su taburete para sentarme al lado suya. Cuando lo hice miraba hacia al frente.— O sufriendo males de amor.— Dejaba mi boca en "O", luego mostrando una sonrisa con malicia.—
—¿Amor? El cerebro no te funciona, yo nunca me enamoró.-Dijo con un poco de voz borracho, no paraba de beber.— —Es verdad, las tratas a todas por igual.— Jason no digo nada, solo balbuceaba. En ese momento me pedía mi querisidimo batido de fresa que no faltara. Movía con la pajita aquel batido sin mirarle.
—¿Por que iba a tratar alguna diferente?.— Preguntó.— —¿Por que me preguntas eso? Si no te gusta nadie, no te rayes más.— Dije encogiendo mis hombros, actuaba como si lo que él hiciera estaba bien.— —Se que piensas que me gusta Emily y eso no es a sí.— Dijo seriamente dando un pequeño porrazo a la barra, parecía rabioso.— Tenía mis ojos cerrados dando pequeños sorbos al batido, los abrí luego mirándole, sonrei un poco alzando mi ceja.
—Eso lo has dicho tú, yo no pensé nada de eso.— Me hacía la tonta ladeando mi cabeza hacía un lado. Abrí mis ojos como una lunática.— Pero si tu has pensando eso.. será por algo.— —Estas muy equivocada, no soy hombre que se puede enamorar, todas son unas imbéciles, todas.— Apretaba su puño hablando con cabreó, totalmente borracho.—
—No lo dudó.— Dije manteniendo mis ojos abiertamente. Aparte la mirada de él volviendo a coger mi batido. Cuando me lo bebí todo de un sorbo lo dejé en la barra.— Lo dejó a tu cuenta Jason.— Dije saltando de el taburete, me dirigía para la puerta de la bolera yendome.—
Besaba a Peyton mientras estábamos en el sofá. Tenía la mano debajo de su camisa tocando su torso. El timbre interrumpió esa magnífica magia de el polvo. Fue abrir poniendose bien la ropa. Se escuchaba la voces desde el salón, malditos. Vinieron al salón mientras saludaban.
—Solitos eh.— Decía Hilary con esa voz típica suya de estúpida, se comenzaba a reir tontamente.— —Si, nos gusta la oscura soledad.— Dije rodando mis ojos, me levante de el sofá para saludarles mejor. Veía como Hilary iba bien arreglada.— ¿Donde vas?.—
—Vamos a cenar a un italiano, ¿verdad?.— Dijo Hilary mostrando su sonrisa, mientras miraba a Ewan.—
—Claro.— Dijo Ewan sin más.—
—Voy a darte el libro Ewan.— Dijo Peyton acercándose al salón.—
—Necesito ir al baño, ¿Me puedes decir donde esta?.— Pregunto Hilary hacia Peyton.—
—Si yo te digo, ven.— Dijo Peyton saliendo de el salón.— Hilary se fue detrás de él y claro.. nos quedamos los dos solos, era genial. Eché mi pelo ondulado cobrizo hacia atrás, suspire luego.
—Hacéis bien en quedaros en casa, va a llover.— Dijo Ewan como si quisiera romper el hielo.— No dije nada por qué no tenía sentido contestarle a eso. Le di la espalda sin querer mirarle.
—¿Ocurre algo?.— Preguntó.—
—¿Como vas a dormir hoy Ewan?.— Pregunté intentando que no se me notará algo extrañada.— —Bien, como todas las noches, ¿Y esa pregunta?.—
—Ayer llamaste y no se a que te referias a eso de.. Dormiré entonces mejor, después de hablar conmigo.— —Por qué oí tu voz.— Dijo en un susurró casi sin escucharse.—
¿Qué dijo? Claramente si.. él esta tonteando conmigo, esto.. esto no puede ser verdad.
—¿Qué?.— Dije asombrada a lo que digo. Trague saliva intentando reaccionar normal, me giraba despacio hasta mirar su cara.—
—Los amigos se dicen esas cosas.— —Para con eso de los amigos.— Dije interrumpiendo su última palabra. Miraba fijamente a sus ojos.— Estoy harta con esa excusa.—
—¿Que quieres oír entonces Elizabeth?.— —No quiero oír nada.— Dije encogiendo mis hombros, volviendo a estar normal.— Por qué no creo en palabrerías.— —Eh, no pienses las cosas que no son, no estoy tonteando contigo.— —Bien, entonces ahora es cosa de mi imaginación—
—Oye tampoco dije eso.—
—¿En que quedamos entonces?.— —En que somos amigos, los amigos se pueden decir ese tipo de cosas.— —¿Como cuáles?.— Alcé mis cejas preguntando con curiosidad.— —Como qué hoy podre dormir mejor por qué te estoy viendo.— Me mantenía fría. Por dentro de mi estaba en plan...
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Ahora ellas son los chicos.
HumorElizabeth Hardwicke tiene unas amigas que están harta de que se rían de ellas. Siempre juegan y la tratan como un trapo sucio. A diferencia de Elizabeth que es ella quién juega y trata a quién quiera. Ellas siempre acaban con el corazón roto. Cuando...