Estaba inmóvil en el taburete ya qué Emily se fue al baño, tenía que coger una llamada. Mientras yo miraba que Ewan estaba sentado de espaldas. Él no sabía dado cuenta que le estaba mirando. Hacia.. hacia bastante tiempo que no le veía y le veía cambiado físicamente. Él estaba cambiado, y creó que yo también.
—Tia que me tengo que ir.—Dijo de repente una voz cercana a mí que resultaba ser Emily.—Me ha llamado una chica, le tengo que hacer un peinado que mañana tiene una boda, y se lo tiene que dejar toda la noche.—
—E-Entonces otro día nos vemos.—Dije mirándola nerviosamente mientras la mirada se me desviaba hacia Ewan, intentaba evitarlo.—
—Ajá.—Asintió como si nada mientras me miraba y se giró rápidamente, salía pitando de la bolera por la puerta.—
Ella se había ido sin despedirse de Ewan. Y él seguía ahí como si nada. ¿Que hago yo ahora? ¿Me meto en el servicio como una tonta hasta que se vaya él? Eso sería muy patético.. ¿Y si salgo corriendo sin que él se diera cuenta? Esa opción al menos es un poco mejor aunque en realidad éste huyendo pero no sé que decirle después de tres años..
Miraba al baño y miraba a la puerta mientras aun me mantenía sentada en el taburete. Piensa rápido.. hazlo. Salté de el taburete y andaba rápidamente hacía la puerta, el corazón me iba deprisa al pensar qué el estaba detrás y el corazón se me paralizó al no poder dar un paso más.—Elizabeth.—Dijo él afirmando que era yo con toda seguridad.—
Mis ojos estaban abiertos como platos y me mantenía quieta. Ya no puedo huir ya que me ha pillado. Sólo será cinco minutos lo que hablareis, preguntará por Emily y se irá. Sería lo más normal.
Me daba media vuelta muy despacio sin querer ver su rostro bastante asustadiza, di finalmente la vuelta entera hasta ver su rostro. Él realmente estaba cambiado. Su pelo estaba más rubio y más corto. Sus ojos azules se pusieron muchos más claros. Demasiado. Y su manera de vestir era más seria. Como más informal, él estaba diferente.
—Hola Ewan.—Dije en un susurró casi sin que se me oyera y luego aclaré mi garganta para poder repetir lo que dije.—Hola.——Es una sorpresa verte por aquí después de mucho tiempo, ¿Como estás? Luces.. luces muy bien.—Decía como si nada hubiera pasado entre nosotros y sonreía con alegría.—
—Estoy como siempre.—Dije un poco nerviosa y me quedaba mirando con asombro su actitud. —
—Estás muy bien es como te veo.—
—Gracias.—
—No es nada.—Dijo en una risa leve y luego mantenía su sonrisa neutro.— ¿Has venido hoy?.—
—Hace unos días, había quedado hoy con Emily pero al parecer se fue a peinar a una chica.—
—¿En serio? Vaya, y yo pensaba qué seguía en el baño.—
—Que va ya se fue.—Dije mirándole y luego aparté la mirada hacia otro lado encontrando un reloj.— Yo también me voy.—Bajé la mirada a él.—
—Te acompañó a dónde vayas.—Dijo rápidamente dando un paso hacía a mí.—
—Voy a la casa de mis padres.—
—Pues vamos.—
—Puedo ir sola me se el camino.—Sonaba borde sin querer sonarlo y arqueaba una ceja mirándole.—
—Pero es de noche y te puede ocurrir lo que sea.—
—En Brooklyn nunca me ha pasado nada es tontería que me pasé ahora.—
—Solo dejame acompañarte.. ¿Si?.—Dio un toqué a mi brazo con su mano y luego la quitaba despacio mientras nos mirábamos.—
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Ahora ellas son los chicos.
HumorElizabeth Hardwicke tiene unas amigas que están harta de que se rían de ellas. Siempre juegan y la tratan como un trapo sucio. A diferencia de Elizabeth que es ella quién juega y trata a quién quiera. Ellas siempre acaban con el corazón roto. Cuando...