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— ¿Y no me dijiste?

— No es mi tema — elevé los hombros quitándole importancia — Gina, molestarse por tan pequeñas cosas cuando la vida es tan corta es innecesario, a veces ocultar cosas no significa algo malo, y no siempre se hace con malas intenciones, se un poco empatica.

— ¿Tan empatica como fuiste tú al abandonarnos a todos e irte sin despedirte por meses? — atacó Gina inmediatamente deteniendo mi paso, me giro hacia ella con las cejas fruncidas.

— ¿Abandonarlos? ¿Eso es lo que crees?

— ¿Que no fue eso lo qué pasó? — preguntó ahora sarcástico Ricky apareciendo a un lado de Gina.

— Genial, ahora están tan unidos que piensan de la misma manera, que mierda.

— Te fuiste a mitad del show, dejaste unos pedazos de papel y solo te marchaste, me llamaste luego de una semana, Sam, una semana donde no dejaba de llamarte cada día sin parar, ¿No sabes lo que te llore? — Gina se acercó molesta casi gritándome.

— ¿Todo este tiempo te lo guardaste? — bajé la cabeza y mordí mi labio — Que desperdicio.

— _demás no me dijiste nada más que "Lo siento, me estaba tratando".

— Y gracias a esa desaparición según ustedes aquí estoy viva, pero parece no les alegra para nada — ya molesta di un paso al frente, mis ojos ardían por las lágrimas que querían salir — Casi muero ¿Y lo único que piensas es que los deje? Vaya mierda de egoístas que son.

— Estabas bien, todo estaba bien, pero solo te fuiste muy codiciosa.

— Solo quería estar sana para vivir, pero ya no vale la pena vivir una vida que solo ustedes quieren que sea. No soy una muñeca que pueden manejar, y no soy un maldito perro de apoyo, jodanse.

— ¿Tú el apoyo? Ja — Gina soltó una risa fuerte — Nosotros siempre estuvimos para ti, nosotros, no tú, siempre estábamos aquí para cuando regresaras, pero me cansé, de las mentiras y las huidas.

— Si no puedes comprenderme, no puedes ser mi amiga, lo único que quiero es comprensión, y tú nunca me lo vas a poder dar. Tú nunca comprendes a la gente, Gina, nunca haces el intento siquiera, piensas en ti y solamente en ti, y eso a mi no me sirve con la vida de mierda que he tenido.

— Entonces ya no quiero ser tú amiga.

— Genial, finalmente coincidimos en algo.

Molesta salí del lugar con las lágrimas saliendo por mis ojos, pero una mano toma de la muñeca deteniendo mi paso rápido.

— ¿Cómo eso de que casi mueres?

Era Ricky que tenía una mueca en la cara.

— ¿Que te importa a ti ahora? Solo lo que te importa es si estoy a tu lado o no, y ya no lo estoy. Ya no dependo de ti, Ricky, no como antes, y ahora tú tampoco lo haces, estamos bien.

— ¿Sigues pensando así? Deja ya eso, no dependíamos de nadie, Sam, solo nos amábamos, solo era amor y tú como siempre lo destruiste, yo solo te amaba.

— Me amabas demasiado para mi situación, nunca podría darte lo que tú querías, yo... Yo en cualquier me iría, y dejarte atrás, nunca podría.

— Ya lo hiciste.

— ¿Pero no estoy muerta, no?

Me suelto finalmente de su agarre volviendo a caminar con rapidez, alejándome mas aún de la persona que tanto había amado, y amo. Sin remordimiento, sin culpa, ya no podía más con eso.

Entonces mi rodillas fallaron, ensuciando mi pantalón de café mi cabeza retumbó haciéndome perder el sentido, recuperándolo luego de uno segundos cuando unos fuertes brazos me agarraron alzándome como una princesa en peligro, intentando enfocar mi vista pude ver el cabello largo de EJ así que con más fuerza me agarre de él si entiendo me segura por primera vez en meses, estaba segura que siempre lo tendría allí, EJ era diferente, mejor.

CONTINUE, Ricky BowenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora