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Pov; Ricky

La noche estaba encantadora, los árboles se movían con gracia y la hermosa luna junto a las estrellas era una de la pocas cosas que iluminaban la noche, ya que los faroles y luces tenían poca potencia de luz, quizás era porque la luz solar que las recargaba se había terminado hace ya mucho.

La llegada al campamento había sido solitaria, me había integrado muy tarde al parecer, pero encontrarme a Gina y EJ apenas llegar me había echo sentir reconfortado, incluso llegué a pensar que me había equivocado de campamento.

Empecé a tararear una melodía que no me podía quitar de la mente desde mi salida de la casa de Lily.

Sonaba a felicidad y tranquilidad.

Me gustaba.

Pero un nuevo sonido llegó a mis oídos, sorprendido por la delicada melodía que combinaba a la perfección con la mía empecé a seguirla como una abeja sigue a una flor.

Me hacía recordar a algo haciendo calentar mi pecho.

Llegué a un costado del lago con un árbol grande frente a mi tapándome la vista de este, sonreí por la delicada voz de la chica que se me hizo conocida, pero caí en un abismo instantáneo de emociones cuando palabras empezaron a salir, sabía quien era esa chica, sabía a quien le pertenecía esa delicada melodía y voz de ángel. Era lo que me había enamorado de ella de primera.

Don't wanna leave u anymore.

Me asomé finalmente viendo finalmente lo que mi mente había imaginado durante meses.

Sam estaba allí, cubierta por la luz de la luna y la fría agua del lago con los ojos cerrados.

Estaba tan hermosa como recordaba.

Entonces me vió y el mundo se detuvo.

Oh, darling, all of the city lights
never shine as bright as your eyes.

No pude evitarlo.

Mis ojos brillaron con solo verla.

Y una sonrisa ligera e inevitable surgió en mis labios.

Por un momento había olvidado todo lo sucedido con ella, lo malo y el dolor.

Por un momento nada me importó.

Solo ella frente a mi y su presencia tan brillantes como la luna misma.

Sus ojos inolvidables y puros seguían allí, mirándome fijamente con una expresión de sorpresa que cambió con lentitud a una sonrisa suave.

Ella estaba aquí y yo también, parado como un idiota mirándola.

Me sentía un idiota por ella.

— Ricky — ella saludó von su voz suave, de veía sorprendida, pero a la vez tranquila, se veía diferente — Hey...

— Sam...

— Estoy feliz de verte — sonrió como solo ella podía hacer y empezó a caminar en mi dirección.

El inicio de su brasier se empezó a ver así que instintivamente me di una cachetada mental por no quitar la mirada de ella, la estaba mirando muy fijamente. Desvíe la mirada de ella para darle la espalda y se pudiera cambiar con su ropa que estaba a un costado más atrás de mi.

— Si, igualmente. No esperaba verte aquí.

La mano de Sam me tomo el hombro, volví mi vista a ella al verla ya vestida con el cabello mojado, tenía poco cabello, pero se le veía saludable. Se veía bien, aun más brillante que antes de su ida repentina.

CONTINUE, Ricky BowenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora