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La noche se encontraba tranquila al igual que yo, la luna me acompañaba en mi paseo por los vacíos pasillos de la clínica. Sentía mi cuerpo activo, mi mente no paraba de rodar u sentía un cosquilleo en el estómago.

Mis papás se habían ido hace unas horas por mis cosas y los chicos hoy tenían el baile del campamento así que probable te ahora estarían divirtiéndose con la gran temática disco.

Estaba tan emocionada de ir, tenia mi ropa lista, pero bueno, no todo es posible, al menos no para mi.

Me aferré a mi bata y me detuve frente a un gran ventanal mirando la noche estrellada frente a mi, las estrellas brillaban y la luna llena se veía hermosa. Siempre me habían atraído las noches así, traían siempre buenos recuerdos y paz.

El sonido de unos osos rápidos en el vacío lugar se escucharon con fuerza alarmando mis sentidos, miró a todo mi alrededor hasta coincidir con una angustiante mirada azul a lo lejos que se apreciaba hacia mi con rapidez. EJ que vestido de un lindo traje rosa con una
camisa azul se detuvo frente a mi, que sorprendida por su inesperada visita toqué su pecho acelerado que subía y bajaba, le miré preocupada.

— Hey ¿Estás bien?

— Gina terminó conmigo.

Mis ojos se abrieron estupefactos, mi mano cayó y mi corazón se aceleró.

Ya sabía lo que significaba esto.

Sin poder hablar solo jale conmigo al chico que silencioso me siguió. Ahora estábamos sentados en una banca fuera de la clínica, en un lindo jardín que apenas era iluminado por un par de luces, la chaqueta de EJ descansaba sobre mis hombros mientras que el chico descansaba su cabeza en sus manos mirando hacia el piso, se veía abatido.

Dolía verlo así. Se sentía amargo.

— ¿Crees que fui mal novio?

— ¿Qué? — sorprendida lo miré, el ni siquiera se movió seguía allí, ocultando su rostro de mi — EJ, tú no...

— ¿Entonces porque nadie se queda? Solo estaba dando lo mejor de mi, Sam...

— Eres un buen chico, quizás no era para ti simplemente.

— Ella quería estabilidad y no se lo pude dar, pero solo estaba intentando... Gina creía que ella era un tal vez, pero ella era mi objetivo, quería hacer todo esto por ella, por ambos, pero no quiso verlo, aunque lo intenté.

La voz de EJ se quebró entonces ya no pude más, mi cuerpo se estremeció y me ablandé, me coloqué de pie y me agaché frente a él, tomé su rostro y lo levante observando sus hermosos ojos zafiro brillando por las lágrimas que contenía.

— Estabas haciendo lo correcto, desde que conozco nunca has hecho nada sin justificación, creciste como persona y lo pude presenciar, se más que nadie que eres un buen chico, EJ. Quizás los no lo vean, pero tú estás haciendo las cosas bien, y si no lo entiende, Gina, o quien sea, es su problema.

— Hoy se que no pude darle el baile que quería, pero estaba asustado de mañana y eso me comió por completo, Sam, solo estoy intentando con todo mi corazón, para tener mi objetivo, que era estar feliz con ella, pero... Todo se acabó.

— EJ, aun no se acaba, tu objetivo no solo era ella, lo sé, tú quieres libertad, demostrar algo que lo harás, y estoy segura de eso. Cumplirás con tu palabra, EJ, así que no te caigas aún, debes callar la boca de las personas no confían.

— ¿Y si no lo logro?

— Lo harás, porque confío en ti.

Un silencio nos envolvió, entonces trague saliva y me coloqué de pie pesando en que quizás me pase con mi sinceridad.

CONTINUE, Ricky BowenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora