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— ¡Hey, chicos!

El grito de Maddox nos recibió apenas aparecimos en la vista del grupo, aunque juntos y separados a la vez Ricky y yo caminábamos hacia los chicos con malas caras y un ambiente incómodo que nos rodeaba desde las ultimas palabras dichas en la kanoa hacía ya largos minutos. El lugar donde todos se reunían estaba iluminado por una cálida fogata que se veía hermosa.

Apenas cruzar miradas con el grupo mis ojos se dirigieron a EJ quien se levantó de su cómodo lugar junto a Gina, la chica que había colocado una expresión de desilusión al vernos acomodó mejor la cobija que cubría sus hombros y miró fijamente a Ricky que pasó directo a sentarse donde antes estaba sentado EJ dejándome sola frente al grupo, soledad que no duró demasiado.

Le sonreí apenas a EJ cuando llegó a mi lado cubriéndome con una cobija de color rojo que antes posaba sobre sus piernas desnudas por el short que llevaba.

— ¿Está bien si la uso?

— Claro que si, debes cuidar tu temperatura — el chico me sonrió y empezó a jalar de mi manta que sujetaba con fuerza para sentarme en un tronco con un almohadón encima.

En todo momento miré a EJ.

Él realmente se preocupaba por mi.

Me reconfortó en un segundo después de todo el mal rato.

Cuando ya me senté pensé que se sentaría a mi lado, pero Jason fue más rápido y se cambió para así pasar su brazo por mis hombros acomodándose para no moverse más.

EJ rodó los ojos y empezó a caminar para sentarse al otro lado de la fogata en el único lado libre, junto a Val y Ashlyn.

Intenté detenerlo, pero mi mano fue muy lenta y sinceramente no quería llamar la atención así que lo dejé.

— ¿Donde estabas? — Jason me susurró al oído.

Mordí mi labio y solo me hundí en su hombro encerrándome más en la manta que realmente estaba muy calentita.

— Veía los fuegos artificiales.

— ¿Te sientes mal? Te ves un poco pálida — su mano se posó en mi frente verificando mi temperatura, negué con la cabeza y miré en dirección de Ricky que conversaba efusivamente con Gina, ahora se le veía feliz.

— No me siento mal, solo algo indispuesta, no pasa nada.

— ¡Okey, basta de blabla! — Carlos gritó colocándose en el centro y de pie haciendo que todos le miraran — ¡Es el momento más improntas de la batalla de colores! ¡La noche de verdad o reto!

Los chicos le celebraron las palabras gritando y aplaudiendo.

— Esto será fácil, a cada uno le tocará un verdad o reto, empezaré yo y elegiré una persona, después de su verdad o reto esa persona elegirá a la siguiente y así sucesivamente ¿Entendido?

— ¡Si! — todos gritaron a la vez emocionados y la ronda empezó con Carlos que se encontraba sentado junto a Kourtney.

— Entonces yo empiezo... — todos empezamos a golpear los pies con el piso haciendo u. sonido de suspenso esperando a la persona seleccionada — ¡Ashlyn!

— Oh, no, ya me puse nerviosa — dijo la chica mirando su alrededor.

— ¿Verdad o reto?

— Verdad.

— ¿Es verdad que no sabias tu verdaderos antepasados zodiacales hasta este verano?

— Oh, no, eso es un crimen — dijo Kourtney a unos metros de mi.

CONTINUE, Ricky BowenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora