⟣ᴠᴇɪɴᴛɪᴅᴏ́s⟢

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-Este ha sido el mejor regalo de aniversario de la historia.

Mi comentario causó sus risas, y se acurrucó más a mi pecho, acariciando con delicadeza mis tatuajes, cosa que me agrada y ella adora hacer.

Desnudos sobre la cama, éramos un desastre de sábanas y ropa regadas por todas partes. La tarde estaba cayendo y cediéndole paso a la noche, pero ninguno de los dos quería levantarse de allí. Sólo queríamos seguir compartiendo aquel grato rato juntos, siendo acompañados por la hermosa melodía que creaban las olas a unos metros de nosotros.

Besaba su cabeza y acariciaba su cabello una y otra vez, sintiéndome en el paraíso al estar recibiendo el calor de su cuerpo contra el mío.

-KooKoo...

-¿Hum?

-Ya hace un año que estamos juntos...

-Umjun

-Y tú conoces a mis padres...pero yo no conozco a los tuyos.

Una gran sonrisa creció en mis labios y con mis dedos la obligué a alzar su mentón. Estaba sonrojada y sus ojitos hermosos no se mantenían por más de dos segundos en un sólo punto de mi cara.

-¿Quieres conocer a tus suegros, RaRah?-tímidamente, asintió y rápidamente ocultó su rostro en mi cuello, causándome unas buenas risas-. Ellos también quieren conocerte, mi amor. Han estado reclamándome por no haber sido capaz siquiera de darles tu nombre, pero realmente quería esperar a que decidieras tú porque sé que necesitas cuidar tu imagen y esas cosas.

Suspiró una sonrisa y volvió a verme.

-El mes que viene he planificado una misión en Corea del Sur-eso me tomó de sorpresa-. Visitaré varios refugios de animales, orfanatos, hogares de ancianos, y demás, y pensé que...quizás podríamos quedarnos con tus padres, para que pases más tiempo con ellos y de paso me conozcan. No creo que sea tan malo convivir con mis suegros y pasar un buen tiempo en familia.

Volvía a mí la euforia que sentí desde un principio que llegamos allí, y me volví a lanzar sobre ella, dejándola por completo bajo mi cuerpo, besándola en cada rincón posible, provocándole cosquillas.

-¡Carajo, Sarah! Eres la mujer perfecta ¡Me siento el maldito hombre más afortunado del puto planeta!

Entre risas, rodamos en la cama y al final terminamos levantándonos para vestirnos, recojer un poco el desastre que habíamos armado y encender algunas luces para que nos alumbraran. En el closet había ropa ligera, chanclas y sábanas para andar por allí por los demás días que nos quedáramos allí, así que tomamos ropa de ahí puesto que no teníamos más nada encima.

Como llevábamos bastante tiempo allí enredados, Sarah me había explicado todas las modificaciones que habían hecho, como compartir la energía eléctrica, el internet y el sistema hidráulico con las otras islas a los alrededores (que también eran privadas en su mayoría y otras pocas eran pequeños pueblos); así que la comunicación con mis padres iba a ser fácil y ya estábamos dispuestos a hacer una videollamada. No me puse a pensar mucho en qué hora sería en mi país natal, pero estaba seguro de que, si mis padres estaban durmiendo, la noticia que les teníamos era lo suficientemente importante como para justificar el haberlos despertado.

Mi rubia hermosa y loca estaba nerviosa a mi lado, ambos recostados en la cama, y por ello atrapé sus pies con los míos para regalarle caricias. Ella me sonrió. La videollamada ya estaba en curso. Sólo faltaba que mis padres contestaran.

-Tranquila, RaRah. Mis padres te amarán.

Iba a decirme algo, pero justo en ese momento su celular sonó.

⚞Tʜᴇ Bᴏᴅʏɢᴜᴀʀᴅ⚟  ༐ Jᴇᴏɴ JᴜɴɢKᴏᴏᴋ ༐ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora