⟣ᴅᴏᴄᴇ⟢

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JᴜɴɢKᴏᴏᴋ

No estaba siendo nada fácil volver a ser el hombre de hierro que era antes de haber dejado salir mis sentimientos.

Me costaba infernalmente permanecer quieto viendo a la mujer que amo coquetearme y restregarse contra mí sin disimulo y no poder siquiera robarle un beso o regalarle una sonrisa.

Maldita sea la hora en la que quise ser un escolta que sigue las reglas, me reñía a mí mismo.

Apenas dos meses luego de nuestro regreso, todo parecía más tranquilo.

Lograron encontrar al autor intelectual del atentado hacia Sarah y sus otros dos compañeros, siendo un orador australiano cuya presencia de mi chica no le convenía y se alió a uno de los escoltas de otro miembro de los Elders que quería deshacerse de su protegido y su mano derecha así que le pasó toda la información que había escuchado de las reuniones con su protegido pues cada miembro debía dejar bien claro cada paso que daba o pensaba dar para así mantenerse más organizados.

Por supuesto que aquello conllevó a una revisión a cada uno de nosotros...aunque Sarah chilló en descontento y gritó como loca para que nos sacaran a JiMin y a mí de esa fila porque confiaba más en nosotros que en la humanidad.

Sí, esas fueron sus polémicas palabras, seguidas de su entrada a la fuerza a la fila de donde nos sacó a JiMin y a mí, arrastrándonos casi. Por supuesto, sabía que no había estado del todo contenta con eso, así que, deteniéndose abruptamente en medio de la multitud de personas que eran testigos de la escena, señaló a uno de los oficiales a cargo de la investigación y lo amenazó, afirmando que si volvía a hacerle perder el tiempo desconfiando de sus fieles escoltas "lo denunciaría sólo por haberla ofendido gravemente".

Ajá. Mi chica es toda una fierecilla.

Luego de eso, como ya decía, todo parecía ir por los caminos de la paz, hasta que a Sarah le llegó la notificación de la solicitud de su presencia para la firma de un convenio con varios abogados que querían aliar el bufete de ella al suyo pues querían tomar un caso de un criminal súper rebuscado y meticuloso contra el cual no tenían las pruebas suficientes como para acusarlo y así más labia de abogados que apenas recuerdo.

Sarah accedió. Sin embargo...

-No comprendo nada-bufó, cruzando los brazos por sobre su pecho y el cinturón de seguridad en el asiento de copiloto-. Ni siquiera me dieron los datos de ese tal delincuente. Ah, pero si me niego, de seguro querrán hundirme porque así de mierda está el mundo en los últimos días. No soporto a los lucrosos.

Mantuve mi mirada al frente para ocultar mi burlona sonrisita.

Es que se veía muy tierna con ese puchero en los labios.

-Como sea, me parece muy sospechoso ¿sabes? Hablé con el director de mi bufete y él no estaba enterado de nada de esto.

Inmediatamente fruncí mi ceño.

¿Qué carajos hace esta mujer yendo hacia donde claramente le van a tender una trampa?

-Voy porque pensé que era la oportunidad perfecta para sacarme a otro tramposo de encima-al parecer leyó a través de mis ojos-. Te tengo a tí para cuidarme, así que no creo que haya muchos problemas.

Eché por completo mi espalda hacia atrás en el asiento y suspiré.

Esta mujer me va a volver loco.

No se dijo nada más en lo que quedaba de camino y agradecí que, no como otras veces, Sarah hubiese decidido esperar a que fuera yo quien le abriera la puerta antes de ayudarla a bajarse.

⚞Tʜᴇ Bᴏᴅʏɢᴜᴀʀᴅ⚟  ༐ Jᴇᴏɴ JᴜɴɢKᴏᴏᴋ ༐ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora