-Señorita Cain, no es lo ideal.
-¿Qué mierda me importa a mí eso? Jamás me he montando en un barco pesquero y el hombre de la renta dijo que nos serviría para el viaje. Son sólo cuatro horas.
Viéndolo sobarse las sienes y entrecerrar sus ojos, le di la espalda y seguí caminando con mis dos enormes maletas por todo el muelle hasta llegar al pequeño yate pesquero que se nos había asignado apenas hicimos la renta.
-No vaya tan rápido, señorita Cain-su voz profunda sólo me incitaba a obedecerlo, así que detuve mi andar hasta que él estuvo lo suficientemente cerca de mí como para continuar.
Apenas llegamos a un lado del lugar destino, un señor de avanzada edad salió del interior del yate (que se notaba algo viejito) y pronto corrió a nuestro encuentro.
Iba a darle la mano, pero JungKook, que con el inmenso calor que hacía ese mediodía iba con un par de guantes de cuero y como extra una chaqueta, se adelantó a tomar las manos del hombre y revisarlas. El anciano se dejó hacer sonriéndole con comprensión y por lo menos JungKook no lo ignoró y le regaló una de sus medias sonrisas luego de asentir, negando cualquier peligro. Sólo entonces yo pude darle la mano al señor.
-Buenas tardes, jóvenes. Yo soy Garol Thister, pescador y amante del mar. Me informaron hace unos minutos que sería mi barco en el que viajarían.
-Así es-asentí-, pero comprenderemos si no se puede o...
-No, no-con una gentil sonrisa se apresuró a negar-. Verán, es que suelo, entre pesca y pesca, varar y dar paseos por varias de las islas desiertas que hay por todo lo largo y ancho de esta región del mar y justo hace unos minutos regresé de uno de esos viajes. No he podido sacar mis cosas. Apenas me ha dado tiempo de rellenar el tanque para ustedes.
-No tiene por qué preocuparse-intervino JungKook-. Será un viaje de unas cuatro horas, relativamente rápido. Prometo que, tan pronto como lleguemos a nuestro lugar destino, me aseguraré de que su barco vuelva a usted sano y salvo junto a sus pertenencias.
-Bueno, si ustedes no tienen probelmas con viajar junto a los objetos de un anciano...
-Por supuesto que no-le sonreí. Me parecía muy tierna la sonrisa del hombre y me acerqué para susurrarle. Realmente me importó muy poco si JungKook casi se infartaba o no-. El problema es que mi agenda se mantiene muy ocupada ¿sabe? Por primera vez en mi vida quiero darme un lujo de este tipo, así que me da igual cómo sea.
-Entiendo, señorita-es que en serio, esa sonrisa me daba ganas de adoptarlo como mi abuelo-. Entonces no hay problema. El barco es todo suyo.
Luego de acomodar nuestras maletas y que el amable hombre le explicara JungKook cómo usar su viejo yate (que de viejo lo único que tenía eran los mecanismos los cuales se mantenían tan nuevos y eficientes como años atrás), finalmente partimos, guiándonos por un mapa.
La primera media hora de viaje la pasé sentada cerca del borde de la embarcación, dejando que mi cabello suelto ondeara junto a la brisa y oliendo aquel relajante aroma a mar que tanto amaba desde que era pequeña.
Después me fui a joder a JungKook.
-JungKook.
-¿Hum?
-Gracias por cumplir mi capricho-como si se tratara de una pequeña niña, me abracé a su costado.
-No me quedaba más remedio de igual forma. Usted se las arreglaría para cumplir con su deseo.
-Me conoces muy bien-reí, y me aparté de él. El contacto físico lo molestaba así que lo mejor era evitarlo mientras estuviera conduciendo y cambiar de tema. Por lo menos conversación debía sacarle-¿Sabes manejar todo tipo de vehículos?
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⚞Tʜᴇ Bᴏᴅʏɢᴜᴀʀᴅ⚟ ༐ Jᴇᴏɴ JᴜɴɢKᴏᴏᴋ ༐ ✓
Fanfic-¡J!¡U!¡N!¡G!¡K!¡O!¡O!¡K! ¡JungKook, JungKook! -Señorita Cain, deje de hacer porras hacia mi persona sin motivo aparente. Concéntrese en su trabajo. -Es que no puedo concentrarme cuando tengo un escolta tan lindo y caliente ¡Compréndeme, JungKook! E...