Antagonista [JinSu/JimSu]

capítulo 8

La envidia nunca fue un sentimiento que me nublara los pensamientos. Es decir ¿de qué habría de tener envidia cuando literalmente lo tenía todo? o bueno, eso era antes.

Ahora la envidia me carcomía. Mi lobo hacía rabietas a cada tanto y la envidia y el egoísmo eran los detonandes de los miles de celos que me consumían.

Le tenía envidia a Jimin por la cercanía que últimamente había conseguido con Yoongi. Cada que los veía juntos tenía ganas de ir y separarlos.

Los rumores corren y no me gustan, porque sé que hay probabilidad de que sean ciertos.

—Ahora hagan parejas de dos —dicta el maestro de química.

Sus amigos se apartan de él a propósito, veo que incluso él está desconcertado.

Un recuerdo golpea mi realidad.

Aquellos días en los que empezaba a enamorarme de Yoongi, sus amigos solían hacer lo mismo. En mis recuerdos veo a un Yoongi confundido mientras que sus amigos se alejan risueños, un Yoongi que en cuanto descubre que se han alejado de ahí, es por mí, se sonroja y frunce el ceño.

—¿Me dejas sentarme a tu lado?

Aquel SeokJin no espero respuesta y tomo asiento al lado de Yoongi.

—Oye, no te he dicho que sí.

Las mejillas infladas del pequeño omega solo enternecio al SeokJin de aquel entonces.

—Min Yoongi se ve adorable cuando se enoja.

Aquel recuerdo es uno de los tantos que guarda mi corazón. Hoy en día, tengo tanta envidia de aquel SeokJin. Si tan solo pudiera retroceder el tiempo.

Me armó de valor y voy hacia él. Quizá mi cara lo oculte, pero me siento muy nervioso, los latidos de mi corazón parecen aumentar con cada paso. Y cuando me falta un poco más de un metro se percata de lo que trato de hacer. Me mira sin pestañear, se que una parte de él espera por mí y otra, quiere decirme que me detenga.

Le regalo una sonrisa y juraría que está a punto de corresponderme, quien sabe, termina siendo un misterio para mí cuando el cuerpo de Jimin se interpone repentinamente entre ambos.

He quedado a un metro de él.

—Si quieres... Podríamos hacer equipo —sugiere con una timidez que me asquia.

Sus amigos chillan de emoción en un rincón, nunca había odiado tanto que los omegas hicieran eso.

—De acuerdo —contesta Yoongi dudoso después de mirarme por sobre su hombro.

Al menos ha dudado.

«Yoongi, me gustaría que me dieras menos esperanzas».

Jimin le sonríe como tonto y va por su silla para sentarse junto al omega que aún quiero. Si continuó mirándolos, es obvio que golpeare a Jimin.

Ha sabiendas de eso me encamino a la puerta y al pasar por su lado cruzamos miradas, pero ambos la desviamos, él más rápido que yo.

Salgo del salón aprovechando que el maestro no está, no pienso quedarme en esta clase mientras lo veo con él.

Es increíble lo mal amigos que pueden ser el orgullo y el miedo, una vez con alguno de ellos rondandote nada es igual. Aún me ama, pero está destruyendo lo poco que queda de lo nuestro. Aún lo amo, pero no pienso buscarlo si ya me rechazo más de una vez.

Últimamente he sido tan grosero con él ¿podría lo nuestro ser aun más tóxico?