Antagonista [JinSu/JimSu]

capítulo 11

Un solitario salón y Dahyun frente a mí.

Es irónico que pretenda acabar todo esto con algo parecido a las circunstancias en las que comenzó.

—¿Para qué me sitaste aquí?

Su voz es cautelosa, y su actitud sutil. Teme que pase lo de la otra vez, estoy seguro. Ni siquiera me he disculpado con ella, en realidad ya no lo recordaba.

Ambos nos miramos a los ojos con seriedad, un salón solitario y nosotros dentro, aunque todo es completamente diferente a tiempo atrás.

La petulante Dahyun que había planeado enrollarse conmigo para restregarselo a cierto Omega ya no está. Ni tampoco ese chico estúpido que un día la miro con deseo. Ahora la miraba y no entendía por que, pero ya no tenía nada de especial.

—Te quiero pedir un favor.

La omega sonrió y, oh sorpresa, la Dahyun petulante estaba de nuevo frente a mí, y con ello, unas ganas tentadoras por darle otra bofetada vinieron a mí.

—Kim Seokjin quiere algo de mí. Que sorpresa. Pero antes de que me pidas, lo que sea que vayas a pedirme, deberías saber que, nada es gratis en la vida, querido.

—¿Qué quieres? —pregunte despectivo.

—En realidad, no lo sé —fingio pensarlo —. Bueno, mi guardarropa está un poco pasado de moda.

¿Es en serio, quería ropa último modelo? Eso no hizo más que reforzar mi creencia respecto a esta chica y lo superficial que era, una cabeza hueca a la que le encantaban pasatiempos estúpidos como ir de comprás, leer las revistas que contenían cotilleos de famosos que ni siquiera imaginaban su mísera existencia y, se la pasaba horas en el espejo aplicándose tonenaladas de maquillaje.

Tan asquerosamente superficial, como pude siquiera pensar en engañar a Yoongi con esta tipa.

—Te daré suficiente dinero para que compres cuanto quieras.

Dahyun sonrió como lo haría un niño al ver miles de dulces junto a increíbles juguetes y su padre le dijera que es todo para él.

—Entonces pide lo que quieras, Jinnie —dijo en tono seductor y yo no pude evitar rodar los ojos.

—Quiero que alejes al enano ese de Yoongi.

—Jimin —me corrigió.

—Como se llame.

—No lo sé, una vez le pedí sus apuntes y apenas me miro... Pero lo intentaré.

Y sabía que lo haría con tal de obtener prendas nuevas que solo usaría una vez. Dahyun era tan cabeza hueca como para llorarle a un vestido último modelo.