Hasta Que Te Des Cuenta | JJP

Te quiero a mi lado

Jinyoung no podía creer la rapidez con la que el tiempo avanzaba. En un abrir y cerrar de ojos habían pasado once meses desde que les anunciaron que serían un grupo. Once meses desde que Jaebeom le dejó en claro que no podían ser nada más que amigos y compañeros. Aunque en un principio se encontraba decepcionado y frustrado, Jinyoung aprendió a respetar y a entender la decisión de Jaebeom.

En un principio resultaba difícil estar cerca el uno del otro. Se extañaban demasiado, pero los sobrepasaba la incomodidad. Sus amigos concordaban en que era una estupidez que no estuvieran juntos cuando los dos se gustaban y se querían en la misma medida. Sin embargo, ellos no comprendían la perspectiva de Jaebeom. Fueron un par de semanas las que ni siquiera eran capaces de mirarse o hablarse, pero poco a poco supieron resignarse. No podían mantenerse alejados por tanto tiempo. Más allá de la atracción los unía una fuerte amistad y Jinyoung prefería tener eso a nada.

Ninguno volvió a mencionar el tema de su enamoramiento y prácticamente actuaron como si nunca hubiera sucedido. El hecho de que tuvieran meses ocupados entre la planeación de su debut ayudó demasiado a que lograran distraerse de eso. Habían tenido por lo menos tres cambios de concepto y grabaciones a medias que terminaban por ser descartadas porque JYP no parecía satisfecho. Desde su punto de vista algo le hacía falta al grupo, pero no sabía qué era.

La respuesta vino de la mano con la breve aparición de los trainees en el programa de YG Entertainment, WIN: Who Is Next. Ahí Mark, Jackson, Bambam y Yugyeom habían impresionado a todos incluido Yang Hyun Suk. Ese fue el momento decisivo en el que JYP decidió agregar al grupo a Bambam y a Yugyeom. Sobra decir lo felices que los dos menores se encontraban. Todos estaban orgullosos de ellos y habían hecho la tan ansiada fiesta que Jackson llevaba tiempo pidiendo.

Ahora finalmente quedaban tres meses para su debut. Dentro de poco se convertirían en GOT7, pero Jinyoung no se sentía satisfecho. A pesar de los intentos de Jaebeom por ignorar sus sentimientos, siempre terminaba demostrando lo mucho que deseaba estar con Jinyoung en un lazo más profundo. Desde que se habían mudado a su nuevo dormitorio grupal ya no podían disimular la tensión que cada día se acrecentaba. Quizá era el hecho de que ahora tenían un poco más de privacidad o el efecto del tiempo.

Jinyoung llegó a temer que lo que los dos sentían se enfriaría y desaparecería. Sin embargo, no fue así. Cada vez estaba más convencido de que ese sentimiento se reafirmaba y se volvía más intenso aún cuando no estuvieran en una relación. Podía decir que a Jaebeom le pasaba lo mismo. Eran los pequeños detalles los que lo delataban. Siempre priorizando a Jinyoung y mirándolo con tanta adoración. Él era el único que podía molestarlo y salir impune. Jaebeom era incapaz de enojarse realmente con él. Habían noches en las que se colaba a su cuarto y se metía en la cama para domir juntos. Jinyoung no le recriminaba porque el calor que emanaba lo hacía sentir cálido y seguro.

Pero últimamente se estaba cansando. Sólo quería poder tomarlo de la mano y abrazarlo libremente sin ninguna restricción. No sabía de dónde había sacado tanta paciencia y fuerza de voluntad para respetar la decisión de Jaebeom. En los días pasados lo había comenzado a invadir una sensación de opresión y desesperación. Su corazón había llegado al límite. Quería confrontarlo y que lo aceptara o lo rechazara definitivamente. Cualquiera para que finalmente encontrara paz y pudiera darle un cierre a esa etapa.

Antes no hubiera sido capaz de dar ese paso, pero ahora lo necesitaba. No le hacía ningún bien tantas emociones acumuladas. Si Jaebeom decía que no una vez más, no miraría atrás. Comprendía que tuviera miedo porque a los siete les había costado tanto ganarse su lugar y eso sólo era el comienzo. Sin embargo, el que estuvieran expuestos al ojo público no significaba que dejaran de ser humanos. Jinyoung aprendió que había un límite que debía de separar su vida personal de lo profesional. Ser artista no era el equivalente a tener que abandonar sus propios intereses por satisfacer los de la empresa y sus fans. No era el tipo de persona en la que quería convertirse.