Una oportunidad

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Sería estúpido decir que Jinyoung se enamoró de Jaebeom la primera vez que lo vio. Si tuviera que definir con una sola palabra su primera impresión de él simplemente diría "Idiota", porque para Jinyoung Jaebeom era un completo idiota.

Jaebeom era una de esas personas indescifrables, alguien explosivo e impredecible. Jinyoung nunca sabía que era lo que estaba pensando, podía pasar de un estado de calma total a uno de insoportable hiperactividad, constantemente saltando y gritando de un lado a otro.

Definitivamente era todo lo contrario a él. Jinyoung disfrutaba del silencio y de la soledad, y no es que le desagradaran los demás, pero prefería perderse en su monólogo interno y en las páginas de libros. Al ser un trainee con aspiraciones a convertirse a idol su día era lo suficientemente agitado como para que su tiempo libre también lo fuera. Necesitaba descansar de la música movida y de las coreografías complejas.

Sin embargo, por más que lo intentara no podía alejarse del caos que significaba tener a Jaebeom de compañero de cuarto. No entendía como le quedaba energía después de los entrenamientos pesados que hacían. Jaebeom siempre se encontraba cantando a todo pulmón o haciendo bailes improvisados que no tenían ningún sentido y que lo hacían parecer un gorila enojado.

Era común escuchar a los otros trainees golpeando su puerta o las paredes para pedirles que se callaran. Lo peor era que Jinyoung recibía todas las quejas como si fuera su obligación controlar a Jaebeom. En algún momento intentó hablar con él, pero lo único que consiguió fue una almohada volando directo a su cara y un sinfín de insultos que al principio decidió ignorar, pero que después optó por devolver empezando así la costumbre de discutir entre ellos.

Jinyoung no podía creer que tuviera que rebajarse al nivel de Jaebeom que desde su perspectiva se asemejaba cada vez más a un simio irracional. Recordaba a menudo cuando lo conoció en aquella competencia de baile que organizó JYP Entertainment por el 2009, como de todas las personas que se encontraban ahí con la que menos quería que lo juntaran era Jaebeom. Le daba la impresión de ser algo así como un holgazán que no ponía ni el mínimo esfuerzo en practicar. A pesar de que las posibilidades de que terminaran juntos eran bajas, sucedió. No podía creer su suerte cuando los emparejaron.

Realmente llegó a pensar que su oportunidad de volverse un trainee y debutar se había acabado. Sin embargo, fue grande su sorpresa cuando ambos consiguieron el primer lugar. Esa era una constante que a menudo se le olvidaba. No importaba cuanto cuestionara a Jaebeom, este siempre terminaba sorprendiéndolo de la mejor o de la peor manera.

A veces deseaba no haberlo conocido. Tal vez hubiera estado mejor si simplemente hubiera optado por audicionar para otra empresa, pero no importaba desde donde lo viera, aún con todas las dificultades muy en el fondo se sentía agradecido por haber tenido a Jaebeom de pareja. Separados eran buenos, pero juntos eran algo indescriptible, algo como miles de explosiones de fuegos artificiales, talento en su máxima expresión.

No podía afirmar que fueran amigos, la verdad es que no compartían nada en común y no eran capaces de mantener una conversación por más de cinco minutos sin tener la necesidad de ahorcarse mutuamente. Por eso la química que tenían al realizar una presentación juntos era un fenómeno extraño que ni ellos podían explicar. Tan sólo fluían de una forma natural.

Algunos decían en broma que el destino estaba decidido a unirlos, que eran almas gemelas, pero nadie que pronunciara esas palabras salía ileso de las salas de práctica. No obstante, por más que se tratara de una broma tonta y que ellos se empeñaran en negarlo, parecía que así era realmente. Muchos se convencían de eso cada vez que por algún u otro motivo terminaban emparejados al azar en un juego, una coreografía o incluso como compañeros de cuarto.

Hasta Que Te Des Cuenta | JJPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora