Epílogo

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Jinyoung se dedicaba a mirar por la ventana las calles mojadas de Seúl mientras el carro en el que iba lo conducía a su casa. La temporada de lluvias siempre lograba ponerlo nostálgico. No era fácil estar en una ciudad tan grande cuando, a pesar de lo concurrida que era, no dejaba de sentirse solo. En menos de dos años su vida había dado un giro de 180º. Después de siete largos años llenos de alegrías, pero también de dolor, por fin habían ganado su libertad. Ahora cada uno había seguido caminos distintos.

Los primeros meses no habían sido sencillos. Se había acostumbrado a verlos todos los días por lo que una vez que se separaron no supo qué hacer con su tiempo. Todo su esfuerzo y dedicación siempre había sido para GOT7, para la música y sus fans. No existía ninguna duda de que amaba demasiado la sensación de pararse sobre un escenario, pero necesitaba explorar otras opciones, seguir su interés por la actuación. Tenía hambre de aprender, de moverse en círculos diferentes y crear nuevas experiencias; de crecer y madurar.

Si bien los otros habían firmado con nuevos sellos musicales, él fue el único que lo hizo con una agencia de actores. Rápidamente se llenó de trabajo y eso lo mantuvo ocupado. Le ayudó a evitar pensar en la tristeza y la reemplazó por felicidad ocasional. Sin embargo, su apretada agenda lo había mantenido alejado de sus amigos y sin permitirle saber mucho de sus vidas más allá de lo que veía en redes sociales. Habían mantenido el contacto únicamente a través de saludos apresurados en sus cortos tiempos libres.

Durante su tiempo en JYP a menudo tenía la impresión de que sólo estaba viendo un pequeño fragmento de la vida. Los horarios los mantenían encadenados y siguiendo únicamente órdenes. Se sentía como una máquina en automático. Había visto la pasión de sus amigos casi extinguirse por las constantes restricciones en cuanto a la toma de decisiones y la contribución creativa. Incluso él llegó a cuestionarse miles de veces si había elegido el camino correcto. Sin embargo, la respuesta llegaba de la mano con esa adrenalina que nunca lo abandonaba cuando hacían una presentación y podían ver a sus fans. Si su música lograba mover algo en las personas, era suficiente y el sacrificio había valido la pena.

Una vez que su contrato estuvo a punto de terminar intentaron negociar, pero a pesar de que lo hablaron en múltiples ocasiones y contemplaron todas las opciones, los siete concordaron en que era momento de partir, de luchar por sí mismos para ganarse un lugar dentro de la industria, y perseguir sus propios sueños, aun si eso significaba que no podrían mantenerse juntos. Todavía recordaba la manera en la que habían llorado en una habitación de hotel durante su última gira creyendo que se había acabado. Se sentía irreal que no fuera de ese modo.

Si tenía que agradecerle a alguien profundamente era a Jaebeom. Aun cuando los demás decidieron partir y seguir adelante él se aferró al trabajo de esos siete años. Creyó con firmeza que les pertenecía y que su legado únicamente se mantendría intacto si estaba en sus manos. Aunque estaba igual de ocupado que el resto, se había tomado el tiempo de reunir la documentación necesaria para obtener los derechos del grupo. A pesar de lo mucho que todos habían cambiado desde que empezaron hace casi diez años, Jaebeom mantenía intactas cada una de las cualidades que lo habían hecho enamorarse de él en primer lugar. Por ello sentía que le había fallado de algún modo cuando dos meses después de que finalizara su contrato decidiera terminar su relación.

A él mismo le costó entender sus motivos, pero al estar juntos por tanto tiempo tenía miedo de que el amor que una vez sintieron no fuera más que un espejismo producto de la costumbre y el cariño. Necesitaba espacio para conocerse nuevamente y saber qué era lo que quería. Aunque odiaba tener que lastimar a Jaebeom, no podía engañarse y pretender que las dudas no lo invadían, no hubiera sido justo para ninguno de los dos. Por meses hizo todo por reprimir la necesidad de ir a buscarlo, de llamarlo o preguntar por él. Había sido lo más difícil que había tenido que hacer en su vida, y en ocasiones se preguntaba si las noches de Jaebeom habían sido igual de solitarias que las suyas, si también había tratado de llenar el vacío ahogándose en las viejas memorias de su romance.

Hasta Que Te Des Cuenta | JJPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora